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miércoles, 25 de abril de 2012

Día 14: La ciudad azul. Jodhpur

Partimos tempranito este día, después del desayuno en el Hotel Pleasent Haveli con una vista linda al fuerte, abordé mi Tata Índigo, con mi almohada inflable lista, y el agua que como ya es usual tiene Dipa para mi.

Dormí todo el camino tendida en el asiento trasero como toda una Marahaní, despertando de cuando en cuando para mirar por la ventana, viendo vacas, camellos, taxis, tuk tuk, jeep y buses abarrotados de pasajeros.



Llegamos a Jodhpur después del mediodía...  y pude notar que  la ciudad efervescía  comercial bajo el sol.


El Hotel Pal In Haveli a pesar de estar situado a una orilla de la Torre del Reloj es un remanso de tranquilidad. Mi dormitorio es enorme y limpio, con una linda aunque sencilla decoración.



La terraza del Hotel permitía una vista hermosa a la ciudad azul y al Fuerte Mehrangarh, que se erigía orgulloso como un gigante y perfecto castillo de arena playero. 

Almorcé allí mi habitual ensalada verde, no verde (pepino, tomate, zanahoria y cebolla), más una coca light por 150 Rupias y me quedé tranquila admirando el bello panorama.

A la hora indicada por Mahendra salimos a caminar por la ciudad azul, linda, linda, linda aún cuando un poco sucia, para mis ojos...

Nos cruzamos con vacas, monos y burros... yo gritaba entusiasta con los monos, hasta que me fui acostumbrando...  salían también niños de todas partes pidiendo que les sacara fotos y luego se las mostrara en la pantalla de la cámara....  




Me encontré con una ciudad atemporal, pero viviente ... que transcurre cotidiana, mientras yo paseo... !!!






Como ya es usual Mahendra se apoderó de la cámara instruyéndome como y donde posar a cada momento... aún así la recuperaba para obtener escenas tan lindas como esta ...


Mujeres en la ciudad azul ...
Lord Ganesh

Y los niños ... !!!




Atravesamos la ciudad antigua y llegamos al Sardar Bazar en plena ebullición... todo el mundo andaba comprando y vendían de todo... Mahendra me explicó que era porque en pocos día más era la fiesta del Dewali, por lo que todo el mundo compraba ropa y decoración para el hogar ...


Estaba re ple to ....

 Llegamos a la Plaza de la Torre del Reloj, donde se encuentran las famosas tiendas de especies, que han hecho famoso al comercio de la ciudad... visité algunos negocios, pero sólo compré incienso y una camiseta de algodón.


Y regresé al hotel para un regalo ... un Masaje Ayurvédico de una hora, con una terapeuta de la Escuela de Kerala (1.000 rupias)

Subí a una terraza del mismo hotel, donde había una carpa de género donde estaba situada la camilla y la terapeuta, quien me explicó los tipos de masaje - eligiendo yo el Abyhanga, restaurativo y de relajación- me instruyó quitarme la ropa y tumbarme en la camilla. 

El masaje fue por todo el cuerpo con aceite de sésamo, apropiado para el efecto y, realmente durante la hora que duró se me llegó a olvidar el ruido de la ciudad que bullía tres pisos más abajo... yo no sentía nada, ni una bocina, ni un motor... nada de nada... fue otro nivel de relajación ....  una maravilla ...



Subí a la terraza del Hotel a admirar el panorama nocturno ... otra maravilla ...



Y llegué finalmente a mi habitación a seguir a revisar mis compras, graciosamente envueltas en diario y pitillo... y seguí descansando feliz y agradecida por el gran día en la que sería una de mis ciudades favoritas en India... 




Distancia recorrida: 295 kilómetros.
Hotel: Pal In Haveli.
Guía: Mahendra Singh (msshayam93@gmail.com)
Actividad: Masaje Ayurvédico Escuela de Karala (1.000 Rupias). Hotel Pal In Hotel.



domingo, 22 de abril de 2012

Día 13: Recorriendo la ciudad dorada. Jaisalmer.

Luego de una reponedora y larga ducha, partí a disfrutar del desayuno a la terraza del Hotel Pleasent Haveli, que permitía una vista soberbia al Fuerte, brillante bajo el sol de la mañana luciendo tan dorado que hacía honor a su nombre.

Partimos en auto con Dipa a nuestra primera parada: el lago Gadi Sagar que es un estanque de aguas lluvia, que data desde tiempos inmemoriales y cuya misión era dotar de agua la ciudad.

Nos recibió un lugar netamente turístico, habían muchos vendedores, de sombreros sobre todo, y gente ofreciendo las fotos con el camello de la raza propia de la zona, orgullo de Jaisalmer, de hecho sólo en esta visita me he encontrado con grandes grupos de turistas, lo que no me había pasado en los días y ciudades anteriores.


Me senté un rato al sol, al lado del embarcadero, donde pude encontrar con facilidad el cocodrilo azul del que hablaba Isabel de Diarios de a bordo Blog, y otras embarcaciones con las que la gente organiza paseos familiares.





Vi como las personas lanzaban pan de molde cortado en pedacitos a los peces que nadaban en el lago, los que además tenían grandes bigotes!




La zona está rodeada por varios templos, y pequeños santuarios... y se oye la música por donde uno camine...


Hay una leyenda que cuenta que una prostituta ofreció pagar un puente de acceso al lago, a lo que el Maharajá se negó, y ella aprovechando una de sus ausencias mandó a construirlo igual, poniendo un Krishna en la puerta para que el soberano no se tentare a destruirlo ... y así permanece hasta hoy.



Nos trasladamos al Fuerte  donde me despedí de Dipa y me sumé a un grupo de cuatro españoles de islas, que hacían el recorrido inverso que yo, empezando desde Nepal, Sonia fue la primera en presentarse, viajaba con su novio, su hermano y la novia de éste y andaban a cargo de uno de los choferes de Mahendra que hablaba español. 

Pero antes fui bendecida por estos lindos Sadhus.



El gran movimiento del fuerte ya confirmó mis sospechas que estaba en un lugar totalmente turístico y empecé a sentir de a poco el acoso de algunos vendedores, especialmente unas chicas que intentaban vender unas tobilleras de "plata" a un precio irrisorio.



Entramos todos al Palacio, previo pago de 200 rupias por persona y por cámara y nos dieron un audio guía bastante explicativa del lugar, que incluía la historia del linaje de Maharajás que gobernaron el lugar y de otros aspectos de la vida palaciega.

La gracia del Palacio es que está completamente edificado en arensica, no habiendo ni un solo poste que no esté finamente decorado, en relieve, o con socavados que formaban figuras de animales y flores...





Las ventanas eran realmente un sueño ...



Lo único malo eran sus actuales habitantes los Murciélagos ... (a mi dan algo de asco).


Continué la marcha por las distintas salas del Palacio, encontrándome con rincones cada vez más lindos y que invitaban a sentarse a mirar e hipnotizarse con los detalles ...


En la parte más moderna del palacio encontramos una colección de turbantes, y muestras de ropa, muebles y artículos de los tiempos en que estuvo en uso.

Antes de salir, pasé por las tiendas alojadas en su interior, donde vendían alfombras y otros artículos típicos, entre ellas unas pulseras preciosas de papel maché propias de la región de Cachemira que compré por 100 rupias y que lucían como verdadera madera lacada.

Vista del Palacio desde Fuera de su entrada.

Caminamos hacia un Hotel cercano, donde nos dejaron usar el baño y subir a la terraza desde donde se obtenían espléndidas vistas hacia el Palacio, cuyos recovecos recién habíamos recorrido y de la ciudad que lucía dorada bajo el sol, que a esa hora ya estaba abrasador .



 Seguimos caminando por las calles del Fuerte, explicándonos el guía que éste es la única ciudad amurallada de Rajastán en cuyo interior la gente aún vive, aún cuando con la llegada del agua y de las tuberías, y el alto tránsito de personas en su interior ha hecho que la arenisca se carcoma y ya no sea tan seguro vivir allí (Esa es la explicación porque Mahendra nos alojó fuera del Fuerte, su Hotel favorito dentro del Fuerte se encontraba en reparaciones por un derrumbe recientemente sufrido).

Paseando por los recovecos de la ciudad amurallada encontramos todos los productos ...




Y visitamos dos Templos Jainistas contiguos edificados con los mismos materiales.

La ciudad de Jaisalmer también está situada en la ruta comercial por el desierto que alguna vez y unió China con la zona Pérsica, por lo que los comerciantes cada vez más prósperos lavantaron templos para honrar a sus deidades, que están en actual uso y efervescían en actividad a esa hora.






Previo pago de 100 rupias, y de dejar nuestros zapatos fuera, ingresamos a maravillarnos con las decoraciones del interior de los Templos, presididos por la figuras de Adinath que  es uno de los 24 iluminados para esta religión que guía en la ruta de la transmigración de una vida a otra.







Continuamos nuestra caminata y el guía nos compro agua y bebidas, para reiniciar la ruta del Haveli. Jaislamer se destaca por la magnificencia de dichas construcciones, y de su estupendo estado de conservación.

Comenzamos por el Salim Ji Ki Haveli, que sirvió de residencia al Primer Ministro de Jaisalmer. Pagamos 50 rupias para entrar y el mismo encargado se encargó de hacer el tour en inglés, nos explicó las etapas de construcción y las técnicas. El detalle de los frisos y celosías ya alcanzaba un nivel superior, estos Havelis no destacan por sus frescos y pinturas como los de Mandawa, sino la forma como se amolda la arenisca para hacerla tan versátil que aparece emulando hormigón, mármol, incluso rejillas de metal. 



En el interior del Haveli nos mostró el uso de las lámparas de aceite, los candados de la época y unos artefactos para difuminar aceite, hechos en metal calado, para que el viento los traspase e hiciera viajar el aroma por la habitación.



Quedamos maravillados con los interiores, y los detalles de los techos y tapices.


A la salida del Haveli y bajo un sol abrasador nos subimos los 5 y el guía en un tuk tuk y volamos a toda velocidad por las antiguas calles de la ciudad amurallada hacia  Patwon Ki Haveli.



... Donde tomé la foto más linda de todo el viaje....

Kalicharan Singh

Kalicharan Singh es un vendedor de abanicos con plumas de pavo real, pero además es un ser humano bello y generoso, que no sólo no se molestó porque me quedé mirando como hipnotizada su trabajo, sino que me mostró una revista en la que él sale en la portada y me permitió sacarle esta foto sin cobrarme un peso, con el sólo compromiso que se la envíe impresa a la dirección que me indicó.

En la plaza frontal al Haveli vendían de todo, y encontré nuevamente las insignes marionetas que ya tan familiares se me hacían.


Para entrar al Patwon Ki Haveli hay que pagar 150 rupias, más 50 otras rupias por cada cámara de fotos.


Ingresamos a recorrerlo felices y admiramos maravillados su arquitectura y también su decoración interior que data del siglo XIX y que incluía murales pintados en sus paredes, muebles y artefactos que usaron sus antiguos habitantes.



 Nos quedó pendiente un tercer Haveli Nathmal Ki, pero a esa hora se hizo patente que estábamos en el desierto porque subió la temperatura fuertemente, así que después de una breve parada en una tienda de joyas de plata, (muy cara),  decidimos hacer huelga e ir a almorzar y refrescarnos al hotel.

Compartimos todos en la terraza un almuerzo que incluyó ensaladas frescas, y agua; de hecho, pedí una ensalada Caprese en su equivalente Indio, y llegó una gran fuente de Tomates con Paneer y Albahaca seca, todo por 140 rupias.

Después del almuerzo fresco, una ducha y una reponedora siesta que me sacó del letargo, partí con Dipa y Mahendra a un Templo Jainista situado en las afueras de la ciudad, rodeado de un lago lindo y donde me enseñaron algo de las aves propias del lugar.



Mahendra se apoderó nuevamente de la cámara y nos sacó fotos a mi y a Dipa en cada ventana y dintel, pidiéndome además que yo le sacara buenas fotos a él, en su ciudad de origen para colgarlas en su sitio de Facebook y en la página donde promociona los paseos.

Mahendra Singh

Sukhdeep

Estuvimos muertos de la risa, creyéndonos modelos y compartiendo hasta el atardecer ...


No se que tiene el cielo de la India que los amaneceres y atardeceres, ya hermosos de por sí, son tan particulares y conmovedores.



El día anterior Mahendra me había invitado a comer a su casa, yo acepté encantada, así que después del templo llegamos allá.

Me recibió con cerveza y chapatis recién hechos, su señora Anyana y su hija Vinita, me enseñaron a como se hacen y cuecen los panes, y me animaron a intentarlo yo... pero sólo salieron risas !!! ... y luego lo mismo con los Ugam, que eran como unos fideos de colores inflados que se sirven fritos.




Anyana es directora de un colegio situado a 60 kilómetros de Jaisalmer, viaja todos los días, y se encarga de la casa y de Vinita mientras Mahendra se encuentra de viaje, lo que ocurre la mayor parte del mes, toda vez que el negocio está creciendo .

Vinita tiene 14 años y va al colegio; el hijo mayor ya está fuera de la casa estudiando en la Universidad, estando próximo a regresar a casa para las festividades del Diwali o fiesta de las luces.


La comida fue servida a la usanza y preparada con todo el cariño por las chicas, consistió en Dal (guiso de lentejas, muy picante), Lady Fingers, Ugam, Arroz con Curry y unas albondigas de carne vegetal... estaba todo realmente delicioso !!!



En ese momento se incorporaron otros dos grupos de turistas que venían llegando del desierto: los mismos españoles con quienes había compartido en el día y otros tres españoles que venían desde Goa y Mumbai.

Y fue en la sobremesa donde llegó el momento más divertido de la noche !. Anyana y Mahendra se pusieron a cuchichear y me llamaron las chicas a su dormitorio; Anyana me ofreció uno de sus sari de lujo, de seda amarilla con ribetes dorados y violeta para que me lo pusiera, yo, feliz accedí gustosa.

Fue un momento muy especial, de compartir entre mujeres entre risas y comentarios que sólo hacemos nosotras: que podría tener más de esto o menos de esto, que si me veo mejor con tal o tal color, que producto usaban para que el pelo brille más, o como uno se ve más delgada ... ellas me peinaron, y pintaron con Bindi (en el entrecejo) y el Sindur (en la partidura), y bromearon con la búsqueda de un marido...

Después de ese lindo momento, las chicas le pidieron a Mahendra que me quedara a dormir allí y el se fuera al Hotel, para poder seguir conversando y riendo ... yo me hubiese quedado feliz, porque encontré increíble el cariño  y la disposición para abrir la casa a 8 extraños. 

Afortunadamente antes del viaje yo había chateado con Vinita, así que sabía de su existencia, aunque entonces no sabía que me iba a invitar a la casa,  igual yo había llevado un regalito para ella y la señora de Mahendra, pensándolo como una atención a él, pero en ese momento sentí que lo que había llevado era poco para retribuir todas las atenciones... aunque se y sentí que fue desinteresado.




Hasta que llegó la hora de marchar al hotel, todo el camino nos fuimos comentando lo atentos y generosos que fueron nuestros anfitriones.

Esa noche me dormí feliz y profundamente agradecida por vivir una verdadera experiencia ... lo que me hizo  extrañar más que los días anteriores a mi propia familia :) ...


Distancia recorrida: 0
Hotel: Pleasent Haveli (www.pleasenthaveli.com)
Guía: Mahendra Singh (msshayam93@gmail.com)