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miércoles, 29 de agosto de 2012

Día 34: Kathmandu-Delhi. De colada a una Boda India.


Hoy me levanté justo para llegar a la práctica de yoga de las 08:00 A.M en Holistic Yoga Ashrama contiguo al hotel. Adhikari G. Shyam me volvió a recibir y organizó una serie de posturas de Hata para la espalda, compartiendo la clase esta vez con otro practicante que venía de una pasantía en un Ashram de Puri entrenado total.

De regreso al hotel y previa larga ducha, disfrute nuevamente la paz de la terraza del Ambassador Garden House y de un copioso desayuno que incluyó omelette, tostadas y café en prensa Francesa, más jugo de naranja fresco y ensalada de fruta... un pequeño lujo para mi.

Partí a hacer mis compras, y a repasar Thamel, encontrando justo frente al hotel una galería nueva - Sagarmatha Bazzar- donde vendían mucha ropa de calidad superior al resto y de muy buen diseño, obviamente a precio turista (pero fijo, que entre tanto regateo ya es un descanso en sí mismo) destacando la ropa de algodón orgánico con certificación y de cashmere (la Pashmina de verdadero Cashmere, debe pasar por el interior de una anillo de mujer, el precio, eso sí precio no menor de 30 US.) 


Pasé a una tienda donde estos jóvenes muy simpáticos que la desarmaron para encontrar la chaqueta precisa para mi, me ofrecieron te y me mostraron todos los colores del mundo, incluidos varios tipos de rojo; la chaqueta correcta en realidad  fueron dos, una negra con bordado en rojo (Nepalí) de la cual me enamoré y una con bordado blanco más sencilla pero igual de linda, ambas por 80 U.S - no se si me salieron caras, o me timaron (aunque en India estaban a 1/3 más del precio)- pero acá no hay, y si llegaran costarían el triple... buen negocio para mi.

Y continué mi sesión en  Natural Fiber Pvt.Ltd, Eco Textil Garden (www.naturalfibernepal.com),  donde Raj- el gerente-me contaba que todos sus empleados estaban en una feria en la Embajada de no sé donde y el estaba solo. El pobre hizo todo el esfuerzo para atenderme, pero se notaba que ese no era su cargo, explicándome el negocio del desarrollo sustentable y el proceso productivo del algodón, y de la certificación de orgánico, sin saber los precios de ninguna mercadería, aunque en mi beneficio debo decir obtuve un mejor el descuento. (shawl de algodón orgánico por 20 U.S)

Terminada mi jornada de compras, me fui al aeropuerto en un taxi que pidió el recepcionista del hotel, previo pago de 300 rupias y 20 minutos después llegué a Tribhuvan Airport de regreso a India.

La revisión en el aeropuerto es lenta y cansadora, en la entrada hay registro corporal y escáner de equipaje, donde se etiqueta, valida y timbra cada pieza de equipaje, incluida la cartera y la cámara de fotos, el segundo control es de pasaporte, el que hay que sellar certificando la partida y el tercero es al inicio de la escalera para ingresar al avión donde revisan completo el equipaje de mano, y el cuerpo, otra vez, en filas separadas por género, todo muy demoroso...


Los Himalaya desde el aire.

El vuelo Kingfisher, que compré on line desde Chile, por 134 US,  salió demorado 40 minutos, pero apenas se elevó me permitió una vista amplia de los Himalaya y de las nubes de algodón, un panorama bellísimo, que yo disfrutaba pegada a la ventana y por la pantalla de mi asiento, porque el avión tenía cámara por debajo y por atrás.

El vuelo fue tranquilo, salvo por una breve, pero intensa turbulencia (pensé dramaticamente en que si era mi hora en ese momento, moriría feliz y en paz). El trayecto duró algo más de una hora , por lo que conforme lo planeado me reuní con Mahendra en el bellísimo Aeropuerto Indira Gandhi, que me volvió a recibir con sus hermosos counter coronados por Mudras gigantes.

Mahendra y Sundar me condujeron nuevamente al Hotel Godwin Deluxe (www.godwindeluxe.com/delhi-hotels.aspx) donde me asignaron una habitación más linda que la vez anterior, con amenidades, una decoración de lujo y un baño impecable automatizado y con ducha con hidromasaje :)


Ese día Mahendra nos invitó a comer en el restaurante del Hotel a mi y a otro de sus pasajeros: Ramón, otro viajero solitario de origen Catalán, que iniciaba sus días en Delhi, y que resultó ser un verdadero caballero, encantador y por supuesto mi buen amigo hasta estos días.

Compartimos una linda cena, aunque con gusto a despedida para mi.

Mahendra ordenó varios platos que ya se me hacían conocidos como Dal, arroz Basmati y las infaltables Chapatis adobadas con Ghee y Paneer. Él y nos entretuvo todo el tiempo conversando e interrogándonos sobre nuestras experiencias en India, nuestras sensaciones y opiniones respecto de su empresa y como mejorarla.

Después que se retiró Mahendra, nos quedamos con Ramón en la terraza conversando al sabor de unos
Mojitos (sí, en Delhi) y bajamos a caminar por el barrio cercano a la estación de trenes siguiendo el sonido de unos tambores que resonaban en el aire.

Mi sorpresa fue máxima cuando a lo lejos divisamos a un hombre ataviado con un tocado de frutas y flores vestido de blanco arriba de un caballo blanco (lo más parecido al Príncipe Azul que jamás vería), rodeado por una procesión de percusionistas y de personas que portaban sobre sus cabezas candelabros enormes de luces blancas ... un verdadero espectáculo.



Efectuadas las averiguaciones de rigor descubrimos que el hombre a caballo era un novio, y el matrimonio era justo frente a nuestro Hotel, así que nos instalamos discretos en una escalera viendo todo de lejos, acercándonos de a poquito muy disimulados al área donde se desarrollaría más tarde la ceremonia, detrás de la cual había un enorme Buffete de especialidades Indias, postres y agua.


Y ahí el novio hizo su entrada triunfal, acompañado de su propia procesión de hombres, muy arreglados todos.



Conforme nos íbamos acercando, las personas comenzaron a vernos con rostro amigable, invitándonos Chai y a participar en la ceremonia; ambos estábamos tímidos al respecto, porque considerábamos que sólo presenciar la ceremonia de lejos era un regalo, pero ellos insistián invitándonos incluso a la casa donde se estaba arreglando la novia.

Recorrimos el interior de la carpa alfombrada y muy decorada con flores y telas, donde pudimos ver los regalos con que el novio agasajaría a su novia, principalmente telas y joyas, y los regalos que los invitados llevaron, desde cómodas, closets, un plasma y  un equipo de aire acondicionado.


Las mujeres estaban todas  bellísimas, con sus cabellos brillantes, trajes hermosos y sus manos tatuadas con Henna, y nos sonreían tímidas ocultándose un poco de nuestras curiosas cámaras que a esas alturas disparábamos con total relajo.




Me pareció que recibir extranjeros en la boda era de buen augurio, por la calidez del trato que todos tuvieron con nosotros, pero quizás es solo la hospitalidad de esas personas generosas y gentiles que nos abrieron la entrada a esta ceremonia como si fuéramos uno más de la familia, de hecho, cada vez nos iban presentando a más parientes, ocupándose de nosotros uno de los tíos del novio, quien además dispuso que nos sirvieran comida y postres.

El menú: Dhal, arroz, Chapatis y postre

Durante todo el tiempo estuvimos rodeados de niños que nos miraban curiosos, preocupados además que no  nos perdiéramos detalle de cuanto estaba ocurriendo.

Ellos posaban con toda naturalidad luciendo sus galas, pidiéndonos que les mostráramos las imágenes luego en la pantalla, un desorden total de risas y juegos...



Conforme transcurrían los minutos la expectación iba aumentando para la llegada triunfal de la novia, quien llegó cerca de la 01:00 A.M. con un vestido lindísimo en tonos burdeo con ribetes dorados, muy maquillada y llena de joyas, acompañada por su madre y bajo un velo rojo que sostenían 6 galanes a su alrededor.

Se veía muy joven y para mi gusto algo asustada.



En ese minuto ya los tambores sonaban al máximo y el tío que comandaba la ceremonia lanzaba con alegría rupias al cielo, que los niños se peleaban al caer ...

La novia se subió a la tarima, se enfrentó a su novio, lanzando sobre el tocado que llevaba en la cabeza una guirnalda con flores, bajando ésta suavemente por su cabeza y cuello, lo que despertó la locura de los asistentes quienes aplaudían a más no poder ... el momento culmine de la jornada.



Luego de eso volvió la calma y los novios empezaron a posar para fotos y videos sobre sus arreglados sillones acompañados de sus familiares y amigos.



Nosotros sintiéndonos felices y afortunados - habiendo cumplido con otro "must" la boda India, casi tan importante como encontrarse con un set de filmación de alguna película de Bollywood- comenzamos la despedida de regreso al hotel, distante a media cuadra, llevándonos las mejores imágenes de los rostros que nos acogieron generosos en su fiesta ...

Sobre todo de los niños :)





Y los no tanto ...


El más galante de la noche ... se  creía un verdadero Adonis...

Después de la explosión de color, música y sensaciones de la que fuimos espectadores privilegiados, me acosté con los tambores aún resonando en mis oídos, feliz y agradecida por la fortuna de poder ver algo así y sentir el cariño de las personas que celebraban una ocasión tan íntima con dos perfectos desconocidos ...







lunes, 27 de agosto de 2012

Día 33: Caminando Thamel y Durbar Square Kathmandu

Después de dos días seguidos  de madrugar, este día decidí levantarme tarde, ducharme con calma y tomar un largo desayuno en el jardín del Ambassador Garden House,  el que incluyó café en prensa Francesa y las usuales especialidades Nepalís (sausages, ham, brown potatoes),  el que cambié por tostadas con mantequilla verdadera exquisita y un omelette, sin ningún contratiempo.


Me pasó a buscar el guía que había contactado días antes en Patan, Jay Kumar Sah (alanraj30@gmail.com), artista, viajero, guía y sherpa de medio tiempo, como él mismo se definió, quien por 25 dólares me ofreció su recorrido personal por Durbar Square Kathmandú y sus alrededores.

Iniciamos el recorrido por unas tres cuadras de la calle Thamel, donde la vida transcurría a un ritmo frenético, no funcionaban las tiendas turísticas, sino pequeños mercados de vegetales multi colores,   carnicerías con sus piezas al aire sin refrigerar y las tiendas donde vendían toda clase de ropas y elementos para el hogar y por donde circulaba la gente de la ciudad viviendo su vida, mientras yo paseaba y observaba como espectadora privilegiada.




Ingresé a Durbar Square con el mismo ticket que había comprado el primer día por 300 rupias (para ello debe sellarse el primer día en la Oficina Turística y sirve para tres jorndas).




La primera parada fue Hanuman Doka, templo muy Sagrado, cuya entrada está prohibida para los no Hindues, aun cuando se puede apreciar la estatua del Dios Mono, erigido por un gobernante Malla en el año 1672 d.C.



Frente a él había un Templo llamado Jagannah, el más antiguo de la plaza y en cuya cornisa estaban talladas 84 poses inspiradas en el Kamasutra... y el primer día que pasé no lo vi !







Unos pasos más allá estaba el imponente Kal Bhairah, la imagen de Shiva en su dimensión más destructora, siendo el más famoso Bhairah y el lugar donde las personas suelen jurar decir la verdad, según la explicación que dan en el folleto entregado junto con el pago del ticket de entrada. 



La vida en la plaza es non stop, circulan decenas de turistas, pero también tuc tucs, personas cargando fardos imposibles con lazos afirmados desde la frente, fieles saludando a sus deidades y obviamente en medio de vacas y más vacas.






Rodeamos el Shiva Parvati Temple, cuyas imágenes situadas en la ventana dominan  toda la actividad de la plaza y los fieles y seguimos por Trilokya Mohan Narayan, que data de 1690, y está enteramente dedicado a Lord Vishnu.







Y encontramos la imagen de la Garuda, ser mitológico mitad ave mitad humana, que sirve de vehículo de Lord Vishnu, por lo tanto muy venerada en el Hinduismo, usándose como amuleto protector y por lo tanto ícono de los Guerreros.





Ingresamos nuevamente por el Kumari Ghar, lugar donde reside la Niña Diosa viviente- reencarnación de la Diosa Durga o Taleju- seleccionada luego de un largo proceso entre un grupo de niñas descendiente Newari, entre 4 y 7 años de edad, quienes luego de pasar unas pruebas, ostenta dicho cetro hasta su primera menstruación.

La niña Kumari no puede ser tocada, ni pisar el suelo, ni salir del Templo sin autorización, y únicamente desde hace poco tiempo tiene derecho a recibir educación formal. 


La niña aparece sólo de cuando en cuando en compañía de su sacerdote guardián. La verdad, yo no se si si soy muy afortuanada o qué, pero las tres veces que visité el Templo, pude ver a la niña ... Jay me dio una explicación simple: la importancia de las donaciones de los grandes grupos de turistas/fieles ...



Cada vez que la niña apareció por la ventana se hizo un silencio solemne, comenzando los fieles a juntar sus manos sobre el pecho en señal de respeto, comentando lo afortunados que eran por poder ver  a esta pequeña joya.



Saliendo del Templo caminamos hacia Basantapur Durbar, erigido en 1770, y es conocido como el antiguo Palacio Real, que es impresionantemente lindo, perfecto, muy bien conservado y que hoy funciona como Museo. 


Y llegamos a Freak Street, lugar donde se asentaron los Hippies que llegaron en masa a Kathmandu en los años 70, y que situaron a Nepal como parte de su ruta asentada en Turquía e India. Estaba lleno de tiendas donde vendían joyas de coral rojo y turquesa.





Subimos a un café para ver todo desde el cielo, y ahí fue cuando aprendí más, Jay- mi guía- es muy inquieto y abierto para hablar de todo, contestando todas mis preguntas con relajo, desde religión (Budismo su especialidad), política y sociedad, como  también de arte (su tema) y música (su gran recomendado es Prem Joshua),  muy entretenido y no como un típico guía latero.

Me preguntaba mucho sobre Latinomaérica y nuestras costumbres, de nuestras similitudes, contándome además las miles de anécdotas que le han pasado sobre todo con las turistas europeas ... y me habló del fin de la Monarquía, de la relación con China, y de su simpatía por la causa del Tibet... de verdad parecía estar con un amigo, así que lo puedo recomendar 100% ...





Ya terminado el recorrido por Durbar Square, paseamos tranquilos por los bazares contiguos y por las calles paralelas a Thamel, coloridas, y bullentes de actividad comercial y religiosa.





Paramos por una tienda de música en Thamel donde Jay me dio sus favoritos, y estuvimos largo rato escuchando desde tecno, loores, mantras y música de películas, para todos los gustos (colección Putumayo botada de barata), pero ninguno por más de 4 euros :), un verdadero paraíso.

Ya despedida de mi guía, caminé hasta Garden of Dreams, que son unos jardines lindísimos, donde además funciona un restaurante muy lindo, y me devolví a mi hotel.

A la hora pactada en la mañana partí a mi clase de Yoga, a Holistic Yoga Ashrama con un profesor de apariencia inquietante Adhikari G. Shyam (shyam_adhikari19@yahoo.com), pero de muy buen método. 

La práctica duró dos horas (300 rupias), y fue bien intensa, sobre todo al final con Paranayama. Eramos sólo 2 alumnas, así que fue muy personalizado, mi compañera se preparaba para iniciar su ascenso al Everest al otro día ... mi heroína !!!, le confesé.



De regreso al hotel decidí comer ahí algo ligero, con te de Jazmín para favorecer mi descanso, mientras resonaba en el aire las canciones que las bandas en vivo tocaban en los bares contiguos, así que comí al son de The White Stripes y Red Hot, luego de lo cual subí muerta de cansancio o muy relajada a dormir feliz.


Hotel: Ambassador Garden House.
Guía: Jay Kumar Sah. alanraj30@gmail.com.
Conductor: Madan. Indrawati Treks & Expeditions. info@indrawatitreks.com

martes, 21 de agosto de 2012

Día 32: Caminando desde Nagarkot a Changu Narayan. Bhaktapur.


La hora de levantarse de este día energético nuevamente fue antes del alba para otro highlight Nepalí: la vista  al amanecer en Nagarkot. 

La excursión, como la del día anterior había salido tan bien, la volví a planear con la Agencia Vecina al Hotel Kantimpur Temple House: Indrawati Treks & Expeditions (www.indrawatitreks.com), e incluyó el transporte a Nagarkot y la visita a los dos sitios Patrimonio de la Humanidad del valle que me faltaban (Changu Narayan y Bhaktapur), lo que nos tomaría  casi todo el día,  más guía de Hiking, lo que dio un total de 55 bien negociados euros, más la propina para el conductor, Madan, con el cual nuevamente coincidíamos. 

Salimos pasadas las 06:00 A.M. para recorrer los 32 kilómetros que nos separaban de Nagarkot y su punto más alto, donde se ubicaba el hotel-mirador y su terraza, tardando el trayecto una hora y media, por lo sinuoso y angosto del camino.



Llegamos al Hotel View Point desde cuya terraza pude disfrutar de un fresco amanecer observando como el sol salía sobre las más altas cumbres del planeta, indicadas en cada uno de los vértices del mirador y, además un poco más abajo, entre las verdes laderas del valle, como se colaban las nubes entre medio de las colinas ... un espectáculo conmovedor.



Desde la terraza conforme los mapas se podían avistar los Anapurnas, el Ganesh Himal y el Langtang. Permanecí ahí por largo rato, descubriendo los colores que iba dejando el sol mientras ascendía sobre los cerros tutelares y bajé a tomar desayuno, con mi guía Sabin.


Debe ser el mejor desayuno que he tomado en mi vida, no por la comida (un bufete  que incluía papas salteadas con cebolla y pimentón, huevo duro, pan, mermelada y un café con leche delicioso, por 350 rupias cada uno), si no por la vista y la atmósfera de paz y silencio que reinaba; sentada al sol sentí que recibía la energía de primera mano directamente desde la fuente.

Observé los alrededores, notando que a esa hora pasaba de todo, se veía gente arando la tierra y otros haciendo sus ejercicios honrando al sol naciente.



Una vez finalizado el desayuno energético comenzamos la caminata en un tranquilo descenso; el camino olía a tierra, a pasto húmedo y era verde de cien maneras distintas, y el viento era tan fresco y limpio que me hacía recordar las vacaciones de mi infancia en el sur de Chile.


Avanzamos a ritmo tranquilo por suaves laderas, cruzándonos con expedicionarios europeos forrados en ropa de montaña y bastones (no era necesario), mujeres cargando montones imposibles de paja,  niños esperando que los pasaran a  buscar para ir al colegio, con los cuales jugué al luche y salté el cordel, despertando la risa de la madre de ellos y de mi propio guía.




Y todo ello enmarcado por las nevadas montañas y verdes colinas ...




En el trayecto cruzamos aldeas típicamente Nepalís, vivientes como antaño, donde sus habitantes secaban maíz al sol, las mujeres hacían un licor fermentado, y los animales dormían con toda la calma del mundo al sol.




... y vi las telas de araña gigantes con presas grandes enredadas en ella...



Fui recogiendo postales en esa aldea viviente por la cual cruzaba como una espectadora privilegiada ... caminando a la vez bajo el sol, y su luz clara y fuerte.






Visitamos en el camino además un Templo Hindú consagrado a Lord Shiva, muy Sagrado, explicándome mi guía la importancia de los símbolos, como el Lingam y la figura de las cuatro caras, que representa su omnipresencia. 






Mi guía me señalaba el camino, y me daba algunos datos, pero también me preguntaba muchas cosas, de mi vida y mi trabajo y las ya normales, referidas a mis remuneraciones, estado civil y familia, aconsejándome que no confiara en los perros Nepalís, porque eran buenos para morder. 


También nos cruzamos con muchas tropas militares haciendo entrenamiento, autorizándome el Jefe de una de ellas a hacer la foto, pero de lejos.



Cada niño que vimos en el camino, salía a saludarnos, posando espontáneos e inquietos para la foto y recibiendo contentos los stickers que llevé para ellos.

Sabin, mi guía y dos niñas hermosas que salieron a nuestro encuentro.
Luego de cuatro horas de caminata sostenida, pero no de dificultad extrema, salvo una subida agotadora, llegamos a Chungu Narayan, cuyo alrededor estaba lleno de puestos de venta de te y frutas, pinturas de la escuela Thangka, y lugares para comprar ofrendas de cien colores diferentes.



El Templo, Patrimonio de la Humanidad, está dedicado a Lord Vishnu y al vehículo sobre el cual el se mueve: la Garuda,  sus partes más antiguas datan del siglo V, por lo que es   conocido como el Templo más antiguo de Nepal y lugar muy Sagrado para el Hinduismo.



Rodeando el Templo, pude presenciar  la actividad de los fieles, quienes hacían  una especie de discusión colectiva sobre unas escrituras, mientras otros arrojaban pétalos de flores y hacían reverencia a cada deidad presente, pintándose la frente con los urgüentos con que previamente el encargado del lugar había cubierto a la estatua, para así asegurarse un buen día.



Miré silenciosa el intercambio comercial en su puerta, las ofrendas de colores y las frutas refulgentes de brillo y color, el maní tostándose lento y también la devoción de los asistentes, que viven su religión desde la alegría, la fe y el respeto.




Saliendo del Templo atravesamos Changu Village que estaba en plena actividad comercial y turística, por lo que pude seguir recolectando imágenes hermosas, para luego reunirnos con nuestro conductor.




La siguiente parada sería Bhaktapur, que es la tercera ciudad Real - con Kathmandu y Patán- conocida como la ciudad de los Devotos. 

Previo pago de una entrada única de 15 dólares ingresé a ella e inmediatamente retrocedí en el tiempo; no se exactamente a que época, pero no a la de wi fi, micro ondas y celular, sino a la de gobernantes que reunían a su pueblo al tronar de una campana enorme, y donde se edificaron desde antiguo paradores en las esquinas para que sus ancianos hilen algodón y lana, conversen, jueguen y sigan viendo al mundo transcurrir frente a sus ojos.



La ciudad medieval, pero viviente, se recorre a través de sus tres plazas, que albergan edificios cívicos, templos hindués y también Budistas.

Comencé mi recorrido particular en Dattatreya Square, donde se encuentra el Templo del mismo nombre, rodeado por restaurantes, Tiendas de Te, y puestos donde exhiben la llamada joya del Himalaya  Black Rock Salt, cuyo vendedor ensalzaba sus propiedades digestivas, todo ello enmarcado con el ritmo de las flautitas de una canción folklórica que no dejaban de tocar… y cuyo disco por supuesto tengo en mi casa ahora ...





Te Nepalí
Black Rock Salt: " un regalo  único desde los Himalaya. Ampliamente utilizada
 en platos Asiáticos y como digestivo, por su popular sabor y valor medicinal"
Caminamos hacia un embalse al costado del cual las mujeres separaban el grano del trigo, colándolo al viento, dejándolo caer desde unas cestas de fibra vegetal ... me quedé mirándolas para ver que hacían, y ellas riendo se ofrecieron a enseñarme la técnica, instruyéndome a quitarme primero los zapatos para no ensuciar el grano ya listo ...





Yo estaba feliz, aunque preocupada de no malograr sus avances, y mi guía Sabin ya no podía más de la risa ...




Me despedí de mis nuevas amigas y seguimos caminando por la ciudad, cruzándome con toda clase de personas, desde hombres cargando aceite a la antigua usanza, procesiones celebrando la vida, y más ancianos que me sonreían y saludaban desde sus paradores ...







Seguí caminando hacia Thaumadi Square, que alberga el más impresionante Templo que me ha tocado ver: Nyatpol Temple, dedicado a la Diosa Lakshmi, deidad de la Riqueza y que se erige orgulloso e impresionante como una pagoda con un techo de cinco niveles y una escalera protegida por estatuas de pares de elefantes, leones, dragones y Diosas Tántricas.... y en mi caso con un niño simpatiquísimo que me acompañó en todo mi recorrido por la plaza, mostrándome lo que a él más le gustaba, mayormente las puertas y las vigas de madera tallada.







Continué  mi paseo y llegué a Durbar Square, que es la plaza principal, y donde se ubica la gran campana, con la cual el monarca llamaba a su pueblo a reunión,  la Puerta Dorada, el Templo Dorado y el famoso Palacio que sirvió de asiento a la realeza hasta casi el fin de la dinastía.







Ingresamos al área del Templo dorado, vetado para los no Hinduistas y fuertemente custodiado, permitiendo los encargados sólo la entrada al Estanque de la Cobra, pero no al recinto, ni siquiera asomarse a la puerta....




Aplanadas las calles de adoquín y atravesadas tres las plazas, paramos a comer y mirar desde una terraza la vida de la ciudad, que es un punto aparte, un verdadero mundo paralelo, la vida transcurría con simpleza, pero con una historia y una energía potente: las ancianas me llamaban hermana y me invitaban a sentarme junto a ellas... ! ... 

Almorzamos con Sabin, después de unas tres horas de paseo, en uno de los restaurantes que rodean Durbar Square; él ordenó Noodles con verduras y yo un Club Sandwich, con bebidas, por un total de mil rupias, por mi cuenta y agradecimiento a su simpatía y disposición.






Logré salir de la ciudad  cuando ya asomó la luna, llena y brillante, presidiendo el portal del 11.11.11, que esa noche se celebraba en la ciudad, con los niños vestidos a la usanza típica interpretando música y viviendo, viviendo, viviendo ….




De regreso a Kathmandu tardamos una eternidad por el tráfico infernal de Thamel, que al parecer es una condición permanente...

Debí cambiarme del Hotel desde el Kantimpur, porque no tenía más reserva, al Ambassador Garden House, (www.aghhotel.com, 45 dólares con desayuno), el que resultó ser una verdadera joya situada en el corazón de Thamel.

La habitación y el baño estaban impecables, pero eran los detalles los que le hacían honor a su nombre "Thamel´s finest boutique hotel", desde una bata de baño y zapatillas de levantarse, dispuestas en el baño, hasta agua mineral, agua caliente para un café, frutas en la habitación, y wi fi gratis las 24 horas en todo el hotel.




Si tuviera que ponerle un pero al hotel sería su cercanía con la zona de los bares y restaurantes, con el consiguiente ruido,  pero esa era también su principal ventaja, el comercio bullía a su alrededor, había un supermercado muy completo al frente (precio turista), una tienda de discos (mi perdición) y varias tiendas donde podías mandar a hacer en 48 horas blusas y vestidos.


No obstante haber madrugado ese día aún tenía energías para salir, y me animé a ir de compras, vi unos vestidos en una tienda cercana cuyo precio de lista ya era conveniente, pero negociados me salieron un chiste; el primero elegido, obviamente por recomendación del propio vendedor fue el rojo Nepalí, llevándome también pantalones de viscosa por un precio de chiste, (vestidos por 6 euros y pantalón por 8 euros) 

Ya avanzada la hora regresé al Jardín del hotel, donde disfruté largo tiempo de la terraza, la fuente de agua y el té de Jazmín y subí exhausta a descansar y a dormir feliz de haber vivido esta jornada, donde me energicé a full y que a ratos me hizo transportarme en el tiempo :)


Hotel: Kantimpur Temple House.
Guía: Sabin.
Indrawati Treks & Expeditions. info@indrawatitreks.com  
Conductor: Madan. Indrawati Treks & Expeditions. info@indrawatitreks.com