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viernes, 13 de octubre de 2017

Tres días en el Lago Atitlan. Guatemala 2014

En este tramo del viaje de 3d/2n, por el Lago Atitlan también lo organicé bajo el consejo de Eva de Guardia (info@turansa.com) y me resultó súper bien elegir como base de operaciones San Francisco de Panajachel, en el departamento de Sololá, donde me quedé las dos noches.

El traslado desde Antigua tarda un poco más de 2 horas (son solo 100 km) y tiene como parada obligada el mirador panorámico y el necesario stop para tomar desayuno, con el más rico y reponedor café.





Terminado el desayunito, caminamos en grupo para el embarcadero, donde abordaríamos el barco, con que después visitaríamos tres de las más importantes (y lindas) ciudades alrededor del lago, presidido además por los volcanes San Pedro y Atitlan, ambos de más de 3.000 mts. de altura.  




Cruzamos el lago, animados por nuestro guía que iba de a poco introduciéndonos en los mitos y anécdotas locales, contándonos además que el lago es lugar de retiro gringo, por lo que por la orilla se pueden ver inmensos caserones de descanso.



Nuestra primera parada fue San Juan La Laguna, situado a la otra orilla del lago, es un lugar muy, pero muy tranquilo, dedicado casi entero ahora al turismo,  eco turismos y artesania, especialmente textiles. 



La primera parada fue para ver a mis favoritas mariposas revoloteando en una planta de café (con flor y todo).




Y luego visitamos cuanta galería de arte que había en la calle-subida prinnipal, llenas de colores y la técnica tan interesante de pintura de insecto, que representa el mundo como hormiga desde el suelo o desde el cielo, en escenas de la vida diaria: sembrando, cosechando o circulando con frutas o flores.



El único medio de transporte en el pueblo es el tuc tuc o mototaxi, no andan muchos autos, además de las camionetas que sirven como transporte colectivo.


Visitamos todo el grupo un lugar precioso, donde nos recibió Catalina, una maestra en las técnicas ancestrales de hilado y teñido de hilo y del tejido Tzutujiles, que nos explicó como a los niños de la escuela, el paso a paso del proceso del algodón desde la planta, hasta el chal.


Ella, hermosa y muy amable, hasta nos permitió jugar con su huso, haciendo parecer tan fácil una tarea imposible para cualquier inexperto.


Bajamos de ahí, cada uno a su ritmo, y yo me fui en búsqueda de todos los colores del mercado, medio vacío a esa hora. Las mujeres aburridas, me jugaban bromas, y negociaban fotos de ellas, por refrescos o galletas, a lo que yo accedí encantada !





La idea de las agrupaciones de artesanas en mantener el legado ancestral  de origen Maya, pero también fortalecer a las mujeres y a las familias que comandan.


Y ahí me encontré a mi pequeña y bonita amiga Abigail, al tanto también del negocio de las Pepsi, y fue a reclamar la suya, a cambio de la más tierna foto ...


Los tejidos son maravillosos, 100% naturales, aunque un poco caros (también por la onda fair trade), si uno no entiende que se está llevando miles de años de historia en cada uno de ellos.


Desde ahí, abordamos lancha de nuevo y nos movimos a San Pedro La Laguna, emplazado también a la orilla de lago, y que tiene una onda muy diferente del anterior, más movida y más turística, lo que queda manifiesto desde el desembarque donde nos reciben varias palapas ofreciendo cervezas y buena música.


Con el grupo subimos hasta la tienda del Beneficio Las Cristalinas, donde nos explican nuevamente todo el proceso del café: desde las condiciones para su cultivo, la flor, cuando el grano esta maduro, y las etapas de secado y tostado.

Hasta que pos supuesto, recién molido, nos convidan una buena taza, completando la ruta!




Ahí mismo, hay un espacio, para conocer algo del chocolate y su proceso.


Bajando de ahí algo de tiempo libre, solo circulé buscando postales, en clave relajo.


Hasta que me encontré con el más coqueto vendedor de maní, que amenizaba toda bolsa con Chile y Lima !


Una vez de regreso en el embarcadero, el guía nos alenta a descubrir la figura del Maya o "la nariz del Indio" en los cerros del frente, y a sacarnos "la postal", a su juicio, la mejor foto del paseo.




Reanudada la marcha por el lago nos encontramos con una nueva sorpresa: Se cree que Antoine de Saint-Exupéry  se inspiró en los paisajes de Guatemala para escribir El Principito, por lo que según la comunidad el Cerro de Oro, habría sido el origen de la serpiente que se comió al elefante, que ilustra en el libro.




Lo cierto es que el escritor efectivamente vivió en Guatemala, y se cree hace otros guiños al país en el libro al mencionar tres volcanes “a los que deshollino todas las semanas, pues también me ocupo del que está extinguido…".

Avanzando más por el lago, llegamos a Santiago de Atitlán, el más grande de los pueblos visitados, y cuya mayoría de habitantes pertenecen a la etnia Tzutujil.

Cada uno de nosotros subió al tuc tuc y subimos raudos al cementerio, donde se vive el sincretismo entre catolicismo y tradiciones Mayas hasta el día de hoy, e incluso, poniéndole otro componente post moderno, porque los mausoleos, están pintados con las insignias de los equipos de fútbol de la liga española del gusto del finado. 



Siguiendo el inquietante paseo, tuvimos una parada mística, que ya me había adelantado un poco el libro "Bahía de los Misterios" de un de mis autores chilenos favoritos Roberto Ampuero, la máxima atracción: Maximón.




No quiero ser irrespetuosa con la descripción,  pero el lugar una especie de capilla, era de una estética  totalmente kitsch, pero con una atmósfera de gran solemnidad y recogimiento. Se podía entrar sólo por turnos, y un grupo de hombres muy bien arreglados cuidaban que nadie faltara al respeto.  



Maximón, es puro sincretismo, es mitad Santo Católico (Simón o Judas) y medio Rijlaj Mam, guardián protector Maya, y como dicen ahí, produce mucha confusión en los extranjeros, de hecho yo no logré concluir si es bueno o malo, sí que es muy protector y de acuerdo a lo que todos coinciden muy efectivo en cumplir con los pedidos.

En medio de la sala y bien custodiado, está la figura llena de corbatas y con un puro encendido 24/7. Se puede ofrendar cigarros, aguardiente, ron o una corbata para asegurar sus favores. Un hombre, ahi mismo te recibe en el altar y te va guiando para que uno mismo ordene la ofrenda, yo no alcancé, por miedo de perder a mi grupo.




Saliendo de ahí caminamos hacia la iglesia Santiago de Atitlán, más "tradicional" para mí que la capilla de Maximon y sus custodios.

En su explanada apareció Magdalena, una conocida de nuestro guía, con su peno cano hermoso, largo y trenzado y una cinta, muy colorida que comenzó a enrollar con maestría sobre su cabeza, conformando un precioso tocado.






Entré a la iglesia, a mirar y agradecer la fortuna de poder ver algo así, porque además de la tradición, el sincretismo, los pueblos que vimos están muy conectados con la tierra en lo cotidiano y la divinidad, como uno la entienda, viviéndose una devoción tan bonita, que tuve la suerte de presenciar.




En mi tiempo libre solo vagué por las calles, viendo el mundo pasar … un panorama más lento y más sencillo, de esos que uno ya no ve … a los niños disfrutando del helado, y cada quien haciendo lo suyo en la más total calma.



Y hasta que llegó la hora de reunirse en el embarcadero para regresar a San Francisco de Panajachel.

La ciudad es más bien pequeña, pero muy turística, con amplia estructura para comer y organizar excursiones, como punto de partida a los demás pueblos del lago.

La calle principal está llena restaurantes y pequeños bares, además de algunas tiendas de ropa, donde compré un vestido de lino precioso, de excelente confección a muy buen precio.




Caminé hacia el otro lado del pueblo y ahí estaba la Iglesia San Francisco, la orden más importante que se instaló en el pueblo en tiempos de la Colonia, y que preside desde el siglo XVI año a año la más importante fiesta local del santo patrono.




También se puede caminar por la costanera del lago, donde además de poder admirar los colores del atardecer, se encuentran estas escenas de la vida más cotidiana de las mujeres del pueblo, preciosas con sus trajes y pelos larguísimos.




Durante las dos noches alojé en la Posada de Don Rodrigo, situada frente al lago, con una vista preciosa y muy bien atendida. Tiene un pequeño museo en sus dependencias.


Parte de mi estadía ahí fue memorable por la cantidad y calidad de la comida que pude probar. El sábado se preparan las tortillas de maíz para el almuerzo en tiempo real y se sirven directo del comal a la mesa 


Y en la noche en el restaurante Las Espadas, pude disfrutar de un estupendo whisky sour, con un picadillo, que incluyó aguacate (mi alimento favorito), en un rico guacamole. 



El bonus track de esta parte del viaje fue la visita que organicé a la Reserva Natural Atitlán. Llegué por mi cuenta en taxi, pagué la entrada en quetzales (como 9 USD) y partí a recorrer.




Como buena fanática de las mariposas aluciné en el Geodomo, donde funciona el mariposario más bello que he visto.  Hay cascadas, senderos y miles de flores para que revoloteen las dueñas de casa, como mejor les parezca.



La corta distancia permite además sacar fotos hermosas. Yo que soy fanática de las mariposas aluciné con la belleza de sus detalles y con lo cercanas que estaban.





Es impresionante lo cuidadas que están, hasta les ponen frutas para que coman.




Y están tan tan cerca que terminé con algunas en la cabeza, y otras varias en la cámara y el teléfono !




 La verdad esta visita fue para mi una fanática una experiencia maravillosa, aun cuando me costó muchísimo regresar al pueblo, porque por ese sitio no pasan taxis, solo tuve que esperar mucho rato, para que alguien llegara y me llevara de regreso a don Rodrigo.

Así pasé mis apacibles días en el lago, preparando el capitulo siguiente: el mercado de Chichicastenango y sus colores !









miércoles, 2 de agosto de 2017

Los alrededores de Antigua (Ciudad, Pueblos Cercanos, Volcán Pacaya, Cafetal y Macadamia)

Si bien la mayor parte de mis días en Antigua los pasé recorriendo la ciudad (y comiendo), también contraté con una agencia local Turansa (info@turansa.com), algunos recorridos. Mi agente Eva de Guardia, estuvo súper atenta a ayudarme a la organización de todos los traslados, la ruta por los volcanes, el lago Atitlán, ciudad de Guatemala y Flores y Tikal, y Leonel mi guía personalizado en Antigua, que es el más lindo y curioso de todos mis guías viajeros.



Leonelito




- Recorriendo la ciudad con Leonelito:

Leonel organizó todo un recorrido para ahondar en la historia y tradiciones de la  Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, más conocida hoy como Antigua. 


La ciudad desde la memoria colectiva se relaciona indefectiblemente con el pasado colonial y omnipresencia del catolicismo,que marca casi todas sus tradiciones, siendo imposible sustraerse al caminar por la ciudad de las imágenes de las procesiones sobre las calles engalanadas al  máximo y las alfombras de flores por las que transportan al Nazareno cada año en Semana Santa.

En esa clave partimos el recorrido siguiendo el Vía Crucis y todas sus estaciones.

Empezamos por la Iglesia de San Francisco el Grande, que data mediados del siglo XVI, pero como toda la Antigua, tiene varias edificaciones y adiciones posteriores a los grandes terremotos, siendo la actual edificación de 1967 aproximadamente.

Es bien conocida porque ahí se encuentra la tumba de Pedro de San José de Betancourt,  el primer santo centroamericano y sujeto de gran devoción y su árbol Esquisuchil, cuyas flores, dicen tener cualidades milagrosas.




Justo al frente se encuentra el Lavadero del Tanque de La Unión, que data de 1853 y fue levantado como lavadero público, por cuanto no todas las casas contaban con espacio para lavar. Leonel decía que era el Facebook de la época, porque eran verdaderos centros de reunión para las mujeres, que aprovechaban de enterarse de todas las novedades del vecindario.  




Volvimos al Parque Central, donde todo ocurre, frente al edificio del Ayuntamiento, que también se puede visitar.




Luego nos detuvimos en la Catedral, que está reconstruida, en la actualidad y donde descansa todo el año la figura de Jesús Nazareno y los estandartes de todas las cofradías, encargadas de su cuidado y conservación.

En la parte posterior, está la antigua iglesia en ruinas, con vestigios de una gran nave central, pero también de las dependencias de la cocina y comedor del convento Franciscano.




Caminamos la ciudad en busca de nuevas postales, recorriendo la más fotografiada  5° Avenida o Calle del Arco, que como ya había contado en el post anterior, es una de las postales más admiradas de la ciudad, de ida (por los colores) y de regreso (por la vista al volcán que preside toda la ciudad), con lluvia o con sol.






Al otro extremo del cuadriculado, y terminada la quinta avenida encontramos el Convento de la Merced, que es otra postal, en si misma, y preside el parque del mismo nombre con sus colores amarillo y blanco tan característicos de la ciudad. 

El templo data de 1767 y es muestra insigne del  estilo ultra barroco Guatemalteco.




Continuando con la ruta de los conventos, nos trasladamos a la Iglesia y Convento de la Compañía de Jesús, que también alberga en la actualidad una escuela de oficios, un café y un centro cultural. 

El templo data de 1690, destruido con los terremotos, y vuelto a levanta, hoy en  se encuentra en ruinas.



El convento restaurado, alberga el Centro de Formación de la Cooperación Española, con biblioteca y mini museo que trataba sobre la cultura prehispanica, principalmente los cultivos y un claustro hermoso.






- Recorrido por los pueblos cercanos (Sacatepequez):


En la tarde de ese mismo día, y después de mi nutrido almuerzo en el café La Condesa, me recogió de nuevo Leonelito, para trasladarnos a los pueblos aledaños a Antigua, situados en las faldas de los volcanes en el municipio de Sacatepequez.


Partimos en San Pedro de Las Huertas, un lugar súper tranquilo, situado a 4 kilómetros de la ciudad, y cuya iglesia, también barroca, preside su plaza principal.  


Unos metros más allá el lavadero público, en plena actividad.





Luego nos movimos a la Ciudad Vieja, también en las faldas del volcán Agua, donde fue fundada la primera capital, en 1527, y que luego fue trasladada por inundación.

Preside la plaza el ayuntamiento, con la hermosa torre del Reloj y la iglesia, también barroca,  pero esta vez blanca.




Continuamos hacia el pueblo de San Antonio de Aguas calientes, también súper tranquilo, con una plaza hermosa, con árboles coquetos y bancos para ver el mundo pasar.





Visitamos el mercado, donde se exhiben los textiles que hacen famoso al pueblo, y se encuentran las mujeres con sus telares trabajando y compartiendo.




- Macadamia Nuts:

Esta en una visita 100% turística, pero con sentido. El proyecto experimental, busca la reforestación a través del cultivo de árboles de Macadamia, como agricultura sostenible.

La idea, además, es hacer un negocio sustentable para las comunidades, en la comercialización de la nuez, que es comestible (venden chocolates) y también llena de vitaminas y minerales potencialmente utilizables en productos de belleza.



Ahí mismo mi cansado rostro y cuello, pudieron verificar las propiedades hidratantes y suavizantes del aceite, que por supuesto me traje a casa, junto con un delicado masaje, todo de cortesía, para consentirme aun más 



De la cocina se destacan los pancakes con mermelada de arándano, además del baño más hermoso que he visitado. 



- Café, café, café.

Soy fanática del café, en todas sus formas, por lo que una de mis visitas más añoradas en Guatemala fue la visita alguna finca cafetalera.


La elegida fue la finca Dalton, bautizada por su dueño como "Cafetenango" (como guiño al idioma aborigen donde "tenango" es "lugar".

La visita incluye transporte y guía personalizado.



La visita parte en los cultivos, donde se visitan desde los nurserys hasta las plantas que ya estaban cargadas de granos (verdes en mi visita), que ocupaban gran extensión de terreno.


Luego recorrimos todas las estaciones, de secado, pelado, y pesaje|, notando que es muy largo. Desde ahí avanzamos a la mejor parte, por el aroma, la estación de tostado


Obviamente la visita termina con un minuto para compartir una taza de espresso en la terraza bellisima del restaurante.



- Volcán Pacaya:

Este día la jornada inició de madrugada. Me recogieron en el hotel 06:30 am y comenzamos el ascenso hacia San Francisco de Sales, situado a 1900 metros.

Desde ahí comienza el lento y apacible ascenso, que se puede hacer caminando o a caballo ... si bien yo empecé caminando, la pendiente no es tan sencilla, y no quería sufrir, debí pedir caballo, por lo que seguí a paso lento la ruta, hasta alcanzar los 2.570 metros de altura.



A cada momento íbamos parando en cada uno de los miradores, desde los cuales se obtienen las más lindas vistas a la ciudad y los demás volcanes de cordón: Agua, Fuego y Acatenango.





El guía explicaba los datos geológicos y de las últimas erupciones, a la vez que contaba anécdotas y nos advertía de los peligros de cortarnos con la lava solidificada. Este volcán es muy activo, meses después de mi visita y de cuando en cuando despierta con furia y arroja lava, agua y vapor.


En un momento el guía nos animó a recoger varillas, y era para una sorpresa que nos tenía preparada para cuando bajáramos del cráter, a un área donde se podía sentir el calor de la tierra ... Nos repartió Marshmellows para asar !


Después de nuestro recreo merecido, el ascenso comenzó de nuevo, ahora sin caballo, para obtener nuevas vistas impresionantes de la ciudad y las montañas, hasta llegar de regreso a la van que nos conduciría de vuelta a Antigua.