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viernes, 9 de junio de 2017

Mi primer viaje Guatemala. Antigua. Agosto 2014


Que emoción volver a escribir después de tanto tiempo, y además de uno de mis destinos favoritos y más esperados: Guatemala.

El viaje entero duró un poco más de 2 semanas visitando Antigua y sus alrededores con total calma, para luego cambiarme al lago Atitlan y sus pueblos - incluida dos lindas sorpresas para mi, fanática de las mariposas y de El Principito-, el universo de Chichicastenango, para cerrar con broche de oro en Flores, con la maravilla de Tikal y la sorprendente Ciudad de Guatemala.



El inicio del viaje fue Antigua es un universo en sí mismo, teñido de colores, lleno de restaurantes, cafés y tiendas preciosas, pero es a la vez, una ciudad viva, cosmopolita, pero sumamente auténtica, plena de tradiciones y guiños pre hispánicos  de la conquista y de la dominación española, pero de gran presencia original hasta la actualidad ...  sentirme viva y más americana que nunca es el mayor recuerdo que me traje de este viaje. 


La Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, hoy Antigua, fue fundada en 1542, capital de la capitanía General, hasta 1776, luego de ser destruida por una gran terremoto y declarada patrimonio por UNESCO en 1979.

La ciudad es maravillosa ... aunque suene cliché es viajar atrás en el tiempo, a la época de la conquista y del dominio, incluyendo la omnipresencia religiosa, que hace de esta ciudad una de las máximas exponente de las tradiciones del catolicismo, que inunda la ciudad con sus enormes campanarios.



Pase diez días en Antigua (por eso comí tanto), y desde ahí me moví a los alrededores. El tour por la ciudad de Antigua, pueblos aledaños  y la visita al cafetal lo reservo para un post aparte, dejando en este lo que se  puede hacer por libre, sólo callejeando en la pequeña, pero a la vez extensa ciudad.



1° Dormir:

Por precio, ranking y locación elegí el Hotel Aurora (www.hotelauroraantigua.com), está a unas cuadras del Parque Central, justo al frente de los dulces de María Gordillo y al lado del Museo del Chocolate, así que el aroma fue el mejor acompañante.




La casa donde funciona fue construida en 1929, y respeta la lógica de toda construcción Antigueña: un jardín central con coloridas flores, corredores  con mecedoras para leer y dormir y una fuente, un comedor con un vitral hermoso, donde se servia el desayuno cada mañana, con frutas y un café delicioso-. 

La habitación grande y confortable, con un baño recién remodelado

2° Comer, comer, comer:

Alrededor de la plaza de Antigua, y en todas sus calles, hay toda oferta de restaurantes y picadas, en todos los rangos de precios, y que abarcan desde comida tradicional, donde abundan los elotes, tortillas de maíz y la palta (Aguacate), a la que como buena chilena, amo con todo el corazón.

En este viaje creo que comí más que nunca, desde pequeños snacks de mis dulces vecinos, hasta comidas completas, incluyendo cena show.

Acá mi lista de recomendados, sin orden de preferencia:


-  Café La Condesa:

En pleno Parque Central,  ofrece café y comidita con aroma a tradición, situado en un lugar precioso y tranquilo, con una atención de lujo, y precio adecuado.



- Los Tres Tiempos:

Cocina Guatemalteca y fusión, con una terraza monísima. Por fuera no dice mucho, pero por dentro tiene una decoración preciosa, también haciendo mezcla entre lo tradicional, incorporando elementos más modernos.



La comida exquisita, colorida y a un precio súper bueno.



- Metiz Bistro

Lugar digno de repetirse. Llegué acá por la recomendación de mi buen amigo Crespo,  destaca por su buen gusto en la decoración y en la comida.

El Bistro es abierto, bello, y con una atmósfera súper cosmopolita, los macarrones una sorpresa y los sandwich además por sabor, destacan por una hermosa presentación




- Restaurante Los Moros (www.posadadedonrodrigo.com/antigua/dining-es.html)

Este día fue para arreglarse y salir a la tradición, para visitar el restaurante de una de las posadas más clásicas de la ciudad: la posada de don Rodrigo.

Me puse  mi mejor pinta viajera, y me instalé con un ceviche (inquietante por el tomate, pero rico) y un vinito blanco (español) a disfrutar del grupo que tocaba dos marimbas enormes, con maestría: desde paso doble hasta las piezas más queridas del folclore latinoamericano.



Y acompañando la ensalada de palmitos, estuve entretenida con el Baile de los Moros y del venado, con quienes además baile y saqué fotos, danzas que representan la conquista de los españoles, y que se dice fue una de las tantas formas de evangelizar de los frailes dominicos.





- Dulces Típicos Doña María Gordillo 


Mi vecina del frente y donde tuve una visita diaria, está concurrida y tradicional dulcería que data de 1872 y sigue encantando a locales y visitantes, con los olores y colores de los dulces (nada de chocolate) y con su hermosa decoración.


Las chicas impecablemente vestidas explican pacientemente la diferencia entre cada dulce y hacen sus propias recomendaciones, que incluían guayabas y cocadas, aunque mis favoritos fueron el mazapán y las tradicionales Canillitas de Leche.





- Bonus Track: Ostería de Francesco:

No tengo ninguna foto, pero lo pasé tan bien !

Me animé a ir, porque está al lado del hotel, salía número 1 en Trip Advisor, y fue una super experiencia.

Es un lugar estupendamente atendido, tanto así que me invitaron a la despedida de un familiar que se estaba celebrando, como una más de ellos, después de mi deliciosa pizza, me puede quedar brindando con la famiglia !



3° Recorrer:

Hay que armarse de zapatos cómodos, porque todo en Antigua se trata de recorrer e intrusear, tomar cada día una ruta distinta, intentando abordar entre tanto color y gente interesante, lo que más se pueda. 



No es una ciudad extensa, las calles están ordenadas por numero y norte y sur, estando toda la actividad cerca de la Plaza Mayor (Parque Central), con modelo "clásico", Catedral, Ayuntamiento y pasillos plenos de comercio (y casa de cambio) y que hacían espacio para las marimbas o simplemente sentarse a ver el mundo pasar.



En todas las cuadras hay una iglesia, un vestigio de un ex convento, un guiño colonial, colores y más colores, para maravillarse, además por el estado de conservación y respeto de las tradicionales formas.


Aunque si de recorridos se trata la más fotografiada es la 5° Avenida o Calle del Arco, que es una de las postales más admiradas de la ciudad, de ida (por los colores) y de regreso (por la vista al volcán que preside toda la ciudad), con lluvia o con sol.




Antiguamente se situaba el Convento de Santa Catalina Virgen y Mártir que era de Monjas de Claustro, por lo que crearon este pasadizo, que resguardara la clausura de las religiosas, en 1693.




La calle del arco termina en el Parque de la Merced, donde hay varios puestos de comida al paso (Elotes ... mmm!) y una iglesia maravillosa, además de otras tiendas más de souvenir,






4° Hacer: la verdadera experiencia de Cacao: Chocomuseo (www.chocomuseo.com)

Esta fue una de mis visitas más queridas, y no solo, cuando pasaba camino al hotel a comprar chocolate, sino, cuando fui al taller "Beans to Bar" (sí, en inglés), donde explican en teoría y práctica, el origen y el proceso del Cacao, y como se ha desarrollado, con lo mejor de ambos mundos, de los Mayas hasta hoy.

El taller dura casi tres horas, en grupo de máximo 6 personas, se trabaja, bebe y come chocolate y todo por 25 USD.



Pasamos, guíadas por el simpático "maestro" por el proceso de cosecha, desgrane, limpieza, tostado y molido del Cacao. Mientras tostamos los granos nos contamos entre nosotras (yo y 5 cinco chicas israelíes), que andábamos haciendo y por qué Guatemala, sin tener que explicar obviamente por qué el cacao...  nos convocaba el gusto universal.



Luego que bebimos té de cacao y la "bebida de los Dioses", de acuerdo al rito Maya, empezamos a derretir Cacao, para preparar nuestra propia bandeja de chocolates, en un molde y que luego de ponerle los topping que eligiéramos, embolsaríamos para llevar (obviamente no llegaron a Chile)





5° Visitar

Casi todas las visitas de la ciudad las hice en el tour que contraté ahí mismo con Turansa (evadeguardia@turansa.com), , y que compartiré en un post posterior, pero me reservé dos para hacer por libre, primero, porque el tour ya tenía bastante visita a iglesia y estimé bueno dosificar un poco y, dos, porque al menos  a la primera, quería dedicarle un poco más de tiempo.

- Hotel Casa Santo Domingo:

El hotel se emplaza en lo que fuera el convento y Templo de Santo Domingo y colegio Mayor de Santo Tomás de Aquino, incluso si uno no se aloja ahí, es un lugar fantástico para pasar el día y no exagero, por la cantidad de cosas que tiene en su interior para ver, visitar y probar.


Primera parada tienda de chocolates ... azul para variar un poco.




Segunda parada, Museo Colonial, donde se exhiben piezas de orden religiosa del siglo XVI a XVIII, que adornaban las iglesias de la orden Dominicana, en aquellos tiempos en que Antigua era capital y Museo Arqueológico y de la Plata


Tercera parada, taller de velas, otra artesanía preciosa y muy tradicional del lugar donde se puede encontrar al artesano laborando, quien explica con paciencia infinita el proceso  e incluso, invita y anima a intentar desmoldar las velas.




 - Convento de Santa Clara:

Visite los vestigios del Templo y Convento de Santa Clara, hoy mayormente en restauración.

Cuenta la plaquita que el convento fue terminado a principios de 1700, en su primera versión, porque terremotos mediante, se ha debido levantar en más de una oportunidad.


El claustro es hermoso, y de los pocos coloniales que he visto  construido en dos niveles, servía para las religiosas de clausura pasaran sus días y realizaran sus actividades.

 El Templo, hoy en restauración (me dejaron entrar solo para sacar esta foto) y el frontis de la iglesia de los más lindos de la ciudad y expresión del Barroco Antigueño.





6 ° Comprar:Jade, jade, jade.

El Jade es considerada la piedra de la vida y la eternidad para los pueblos mesoamericanos, en la que se concentran todos los poderes divinos ... Hoy, en tiempos post hispánicos, se estima como piedra de protección y amuleto.

Visité la casa del Jade, donde compré unos ángeles preciosos de regalo para mi mamá y hermanas, y donde hay un pequeño recorrido donde explican el proceso de extracción de esta piedra y su pulido hasta llegar a hacer obras maestras como las máscaras funerarias de los antiguos mayas o piezas de joyería más moderna.



También pasé por Jade Maya (https://jademaya.com/) una gran tienda que además alberga un museo arqueológico.

Compré para mis sobrinos (también para mi) sus signos del calendario Maya, de acuerdo a su año de nacimiento según el calendario Cholqíj compuesto de 20 Nahuales.



Las demás tiendas y decenas de galerías alrededor de la calle del arco se reducen a la artesanía en madera, de colores con los tradicionales búhos, y las mantas Huipiles, (estilo aguayos) de todos colores y diseños y unos monitos pequeños de lo que pidieras hechos de mostacillas de colores maravillosos (El representativo del ave Quetzal fue el souvenir más querido para todos mis amigos)




Visité también el Mercado de las Artesanías que congrega, a unos pasos del terminal de buses, una serie de locales de artículos de cuero, pinturas (técnica de la hormiga o de la abeja, que representa el mundo campesino Guatemalteco desde el suelo o el cielo, respectivamente), miles de Huipiles de todos colores habidos y por haber.





Los infaltables souvenir más simpáticos.



Y mis favoritos que  los  muñequitos "quitapenas" que son unas figuras diminutas, hechos de madera y tela, que según la tradición indígena tienen el poder de llevarse las penas que aprobleman a sus dueños, lejos, donde no puedan inquietarlos ...  Las instrucciones son sencillas: “Si usted tiene un problema, entonces compártalo con un muñequito de las penas antes de ir a la cama. Dígale una pena a cada muñequito, luego colóquele debajo de su almohada. Mientras usted duerme los muñequitos se llevaran las penas muy lejos.” ... no sé si será verdad o mito, pero puedo decir que a mi me resultó.

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7° Masaje, masaje, masaje


Para mi, simplemente, no hay vacaciones sin masaje, por lo que en mi estadía investigué, y me decidí a probar algunas alternativas del menú local.

La primera experiencia fue en Mayan Spa, en la esquina de mi hotel, con un servicio correcto, pero atención destacada de la terapeuta y de todas las chicas que trabajaban acá. 



La segunda más consentida fue en el Spa del Hotel Casa Santo Domingo (www.casasantodomingo.com.gt/es/spa.html), la que valió cada Quetzal, pues es un lugar precioso, súper bien atendido, lo que hizo de esta experiencia especial antes de mi cena despedida que tomé en el mismo hotel.



Mi elegido fue masaje relajante con piedras de Jade, que aún se lo agradezco a la vida, porque a pesar que el precio era elevado, me dejó con las piernas turistas, más que relajadas y livianas, lo que entre tanto adoquín se agradece.

Próximo post: tour por Antigua, pueblos y cafetal.