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domingo, 22 de abril de 2012

Día 13: Recorriendo la ciudad dorada. Jaisalmer.

Luego de una reponedora y larga ducha, partí a disfrutar del desayuno a la terraza del Hotel Pleasent Haveli, que permitía una vista soberbia al Fuerte, brillante bajo el sol de la mañana luciendo tan dorado que hacía honor a su nombre.

Partimos en auto con Dipa a nuestra primera parada: el lago Gadi Sagar que es un estanque de aguas lluvia, que data desde tiempos inmemoriales y cuya misión era dotar de agua la ciudad.

Nos recibió un lugar netamente turístico, habían muchos vendedores, de sombreros sobre todo, y gente ofreciendo las fotos con el camello de la raza propia de la zona, orgullo de Jaisalmer, de hecho sólo en esta visita me he encontrado con grandes grupos de turistas, lo que no me había pasado en los días y ciudades anteriores.


Me senté un rato al sol, al lado del embarcadero, donde pude encontrar con facilidad el cocodrilo azul del que hablaba Isabel de Diarios de a bordo Blog, y otras embarcaciones con las que la gente organiza paseos familiares.





Vi como las personas lanzaban pan de molde cortado en pedacitos a los peces que nadaban en el lago, los que además tenían grandes bigotes!




La zona está rodeada por varios templos, y pequeños santuarios... y se oye la música por donde uno camine...


Hay una leyenda que cuenta que una prostituta ofreció pagar un puente de acceso al lago, a lo que el Maharajá se negó, y ella aprovechando una de sus ausencias mandó a construirlo igual, poniendo un Krishna en la puerta para que el soberano no se tentare a destruirlo ... y así permanece hasta hoy.



Nos trasladamos al Fuerte  donde me despedí de Dipa y me sumé a un grupo de cuatro españoles de islas, que hacían el recorrido inverso que yo, empezando desde Nepal, Sonia fue la primera en presentarse, viajaba con su novio, su hermano y la novia de éste y andaban a cargo de uno de los choferes de Mahendra que hablaba español. 

Pero antes fui bendecida por estos lindos Sadhus.



El gran movimiento del fuerte ya confirmó mis sospechas que estaba en un lugar totalmente turístico y empecé a sentir de a poco el acoso de algunos vendedores, especialmente unas chicas que intentaban vender unas tobilleras de "plata" a un precio irrisorio.



Entramos todos al Palacio, previo pago de 200 rupias por persona y por cámara y nos dieron un audio guía bastante explicativa del lugar, que incluía la historia del linaje de Maharajás que gobernaron el lugar y de otros aspectos de la vida palaciega.

La gracia del Palacio es que está completamente edificado en arensica, no habiendo ni un solo poste que no esté finamente decorado, en relieve, o con socavados que formaban figuras de animales y flores...





Las ventanas eran realmente un sueño ...



Lo único malo eran sus actuales habitantes los Murciélagos ... (a mi dan algo de asco).


Continué la marcha por las distintas salas del Palacio, encontrándome con rincones cada vez más lindos y que invitaban a sentarse a mirar e hipnotizarse con los detalles ...


En la parte más moderna del palacio encontramos una colección de turbantes, y muestras de ropa, muebles y artículos de los tiempos en que estuvo en uso.

Antes de salir, pasé por las tiendas alojadas en su interior, donde vendían alfombras y otros artículos típicos, entre ellas unas pulseras preciosas de papel maché propias de la región de Cachemira que compré por 100 rupias y que lucían como verdadera madera lacada.

Vista del Palacio desde Fuera de su entrada.

Caminamos hacia un Hotel cercano, donde nos dejaron usar el baño y subir a la terraza desde donde se obtenían espléndidas vistas hacia el Palacio, cuyos recovecos recién habíamos recorrido y de la ciudad que lucía dorada bajo el sol, que a esa hora ya estaba abrasador .



 Seguimos caminando por las calles del Fuerte, explicándonos el guía que éste es la única ciudad amurallada de Rajastán en cuyo interior la gente aún vive, aún cuando con la llegada del agua y de las tuberías, y el alto tránsito de personas en su interior ha hecho que la arenisca se carcoma y ya no sea tan seguro vivir allí (Esa es la explicación porque Mahendra nos alojó fuera del Fuerte, su Hotel favorito dentro del Fuerte se encontraba en reparaciones por un derrumbe recientemente sufrido).

Paseando por los recovecos de la ciudad amurallada encontramos todos los productos ...




Y visitamos dos Templos Jainistas contiguos edificados con los mismos materiales.

La ciudad de Jaisalmer también está situada en la ruta comercial por el desierto que alguna vez y unió China con la zona Pérsica, por lo que los comerciantes cada vez más prósperos lavantaron templos para honrar a sus deidades, que están en actual uso y efervescían en actividad a esa hora.






Previo pago de 100 rupias, y de dejar nuestros zapatos fuera, ingresamos a maravillarnos con las decoraciones del interior de los Templos, presididos por la figuras de Adinath que  es uno de los 24 iluminados para esta religión que guía en la ruta de la transmigración de una vida a otra.







Continuamos nuestra caminata y el guía nos compro agua y bebidas, para reiniciar la ruta del Haveli. Jaislamer se destaca por la magnificencia de dichas construcciones, y de su estupendo estado de conservación.

Comenzamos por el Salim Ji Ki Haveli, que sirvió de residencia al Primer Ministro de Jaisalmer. Pagamos 50 rupias para entrar y el mismo encargado se encargó de hacer el tour en inglés, nos explicó las etapas de construcción y las técnicas. El detalle de los frisos y celosías ya alcanzaba un nivel superior, estos Havelis no destacan por sus frescos y pinturas como los de Mandawa, sino la forma como se amolda la arenisca para hacerla tan versátil que aparece emulando hormigón, mármol, incluso rejillas de metal. 



En el interior del Haveli nos mostró el uso de las lámparas de aceite, los candados de la época y unos artefactos para difuminar aceite, hechos en metal calado, para que el viento los traspase e hiciera viajar el aroma por la habitación.



Quedamos maravillados con los interiores, y los detalles de los techos y tapices.


A la salida del Haveli y bajo un sol abrasador nos subimos los 5 y el guía en un tuk tuk y volamos a toda velocidad por las antiguas calles de la ciudad amurallada hacia  Patwon Ki Haveli.



... Donde tomé la foto más linda de todo el viaje....

Kalicharan Singh

Kalicharan Singh es un vendedor de abanicos con plumas de pavo real, pero además es un ser humano bello y generoso, que no sólo no se molestó porque me quedé mirando como hipnotizada su trabajo, sino que me mostró una revista en la que él sale en la portada y me permitió sacarle esta foto sin cobrarme un peso, con el sólo compromiso que se la envíe impresa a la dirección que me indicó.

En la plaza frontal al Haveli vendían de todo, y encontré nuevamente las insignes marionetas que ya tan familiares se me hacían.


Para entrar al Patwon Ki Haveli hay que pagar 150 rupias, más 50 otras rupias por cada cámara de fotos.


Ingresamos a recorrerlo felices y admiramos maravillados su arquitectura y también su decoración interior que data del siglo XIX y que incluía murales pintados en sus paredes, muebles y artefactos que usaron sus antiguos habitantes.



 Nos quedó pendiente un tercer Haveli Nathmal Ki, pero a esa hora se hizo patente que estábamos en el desierto porque subió la temperatura fuertemente, así que después de una breve parada en una tienda de joyas de plata, (muy cara),  decidimos hacer huelga e ir a almorzar y refrescarnos al hotel.

Compartimos todos en la terraza un almuerzo que incluyó ensaladas frescas, y agua; de hecho, pedí una ensalada Caprese en su equivalente Indio, y llegó una gran fuente de Tomates con Paneer y Albahaca seca, todo por 140 rupias.

Después del almuerzo fresco, una ducha y una reponedora siesta que me sacó del letargo, partí con Dipa y Mahendra a un Templo Jainista situado en las afueras de la ciudad, rodeado de un lago lindo y donde me enseñaron algo de las aves propias del lugar.



Mahendra se apoderó nuevamente de la cámara y nos sacó fotos a mi y a Dipa en cada ventana y dintel, pidiéndome además que yo le sacara buenas fotos a él, en su ciudad de origen para colgarlas en su sitio de Facebook y en la página donde promociona los paseos.

Mahendra Singh

Sukhdeep

Estuvimos muertos de la risa, creyéndonos modelos y compartiendo hasta el atardecer ...


No se que tiene el cielo de la India que los amaneceres y atardeceres, ya hermosos de por sí, son tan particulares y conmovedores.



El día anterior Mahendra me había invitado a comer a su casa, yo acepté encantada, así que después del templo llegamos allá.

Me recibió con cerveza y chapatis recién hechos, su señora Anyana y su hija Vinita, me enseñaron a como se hacen y cuecen los panes, y me animaron a intentarlo yo... pero sólo salieron risas !!! ... y luego lo mismo con los Ugam, que eran como unos fideos de colores inflados que se sirven fritos.




Anyana es directora de un colegio situado a 60 kilómetros de Jaisalmer, viaja todos los días, y se encarga de la casa y de Vinita mientras Mahendra se encuentra de viaje, lo que ocurre la mayor parte del mes, toda vez que el negocio está creciendo .

Vinita tiene 14 años y va al colegio; el hijo mayor ya está fuera de la casa estudiando en la Universidad, estando próximo a regresar a casa para las festividades del Diwali o fiesta de las luces.


La comida fue servida a la usanza y preparada con todo el cariño por las chicas, consistió en Dal (guiso de lentejas, muy picante), Lady Fingers, Ugam, Arroz con Curry y unas albondigas de carne vegetal... estaba todo realmente delicioso !!!



En ese momento se incorporaron otros dos grupos de turistas que venían llegando del desierto: los mismos españoles con quienes había compartido en el día y otros tres españoles que venían desde Goa y Mumbai.

Y fue en la sobremesa donde llegó el momento más divertido de la noche !. Anyana y Mahendra se pusieron a cuchichear y me llamaron las chicas a su dormitorio; Anyana me ofreció uno de sus sari de lujo, de seda amarilla con ribetes dorados y violeta para que me lo pusiera, yo, feliz accedí gustosa.

Fue un momento muy especial, de compartir entre mujeres entre risas y comentarios que sólo hacemos nosotras: que podría tener más de esto o menos de esto, que si me veo mejor con tal o tal color, que producto usaban para que el pelo brille más, o como uno se ve más delgada ... ellas me peinaron, y pintaron con Bindi (en el entrecejo) y el Sindur (en la partidura), y bromearon con la búsqueda de un marido...

Después de ese lindo momento, las chicas le pidieron a Mahendra que me quedara a dormir allí y el se fuera al Hotel, para poder seguir conversando y riendo ... yo me hubiese quedado feliz, porque encontré increíble el cariño  y la disposición para abrir la casa a 8 extraños. 

Afortunadamente antes del viaje yo había chateado con Vinita, así que sabía de su existencia, aunque entonces no sabía que me iba a invitar a la casa,  igual yo había llevado un regalito para ella y la señora de Mahendra, pensándolo como una atención a él, pero en ese momento sentí que lo que había llevado era poco para retribuir todas las atenciones... aunque se y sentí que fue desinteresado.




Hasta que llegó la hora de marchar al hotel, todo el camino nos fuimos comentando lo atentos y generosos que fueron nuestros anfitriones.

Esa noche me dormí feliz y profundamente agradecida por vivir una verdadera experiencia ... lo que me hizo  extrañar más que los días anteriores a mi propia familia :) ...


Distancia recorrida: 0
Hotel: Pleasent Haveli (www.pleasenthaveli.com)
Guía: Mahendra Singh (msshayam93@gmail.com)




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