Día 7: Paseando Estambul.

Previo desayuno bufete en nuestro nuevo hotel Yusufpasa Konagi, que incluyó jugo fresco, frutas, pan, quequito y café, partimos la ruta delineada para ese día,  ya mentalizadas con ser pacientes porque afuera llovía y a mi la lluvia en días que hay que recorrer ciudades caminando me frustra mucho, pero esta vez no logró aguarnos el panorama.

Partimos el recorrido cruzando Sultanhamet por detrás de Santa Sofia y llegamos al Palacio Topkapi, sede del imperio Otomano desde el siglo XV hasta el siglo XIX, y ejemplo de la arquitectura y del lujo Sultanezco. 

Se trata de un complejo de 700.000 metros cuadrados, que comprende varios edificios unidos por jardines donde transcurría otrora la vida del emperador y su CO. 

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En nuestros días el Palacio funciona como Museo, albergando desde carros de transporte, ropas del Sultán, armas y joyas, de hecho ahí se encuentra una de las armas más caras del mundo: el puñal de Topkapi

Pagamos la entrada por 20 libras luego de hacer una fila considerable (Martes no funciona) e ingresamos moviéndonos con dificultad para ver entre la multitud los tesoros, especialmente las joyas, que eran verdaderamente ostentosas.

Decidimos, influidas por muy buenos comentarios, ingresar a las dependencias donde funcionaba el Harem del Sultán, donde se dicen llegaron a vivir más de 500 mujeres, rodeadas de lujo, pero también de intrigas palaciegas. 

 Las 15 libras que hay que pagar quedan compensadas con el nivel de conservación del lugar y además porque no está tan lleno como las otras dependencias del palacio.

Nótese que el relieve fue logrado sólo con pintura; esto no es una ventana.

Fuimos recibidas por el árbol de la vida .... por paredes decoradas con motivos florales de colores brillantes casi en casa rincón y por representaciones de cómo habría sido la vida dentro de Harem.

Salimos de allí horas más tarde, maravilladas y contentas y, tomamos literalmente la ruta que seguía la maratón de Estambul que transcurría con normalidad a esa hora entre el Gullhane Park y las calles de alrededor y, aún bajo la lluvia paramos por el café más lindo ...

El Barista se enamoró de mi amiga ... 

Caminamos a ritmo tranquilo, pero contra el viento hacia Eminonu, porque por la maratón el Traim estaba cerrado, y decidimos embarcarnos en un ferry con rumbo a Besiktas para visitar el Palacio de Dolmabache.

El tipo que nos ofreció el paseo, inició la negociación cobrando 40 libras por cada una, y finalmente accedió a llevarnos a las dos por el mismo precio, lo único malo es que tuvimos que esperar como 25 minutos antes del zarpe, porque los lindos tenían que esperar a que se llene el barco y terminar el pescado frito que estaban cocinando ...

El paseo fue breve y a ritmo tranquilo, obtuvimos lindas vistas del Palacio donde residió y falleció Ataturk, el padre de Turquía moderna.

Como llovía copiosamente a esa hora, decidimos parar a almorzar y probar otra recomendación de nuestros amigos: Kumpir, y valió la pena completamente: se trata de una papa grande cocida con cáscara y rellena con mantequilla y queso derretido en su interior, deliciosa y reconfortante para ese frío día de lluvia.

Caminamos después de probar ese manjar hacia el Palacio, por una calle embanderada y bajo la lluvia...

Llegamos empapadas a las 16:30 horas, pero el museo lo cierran a las 16:15 horas... :( ... 

El guardia empatizó con nosotras y nos dejó entrar un rato y pudimos igual pasear por los Jardines, pero igual quedamos tristes por no haber organizado mejor los tiempos... ahora tenemos una razón para volver...

A esa hora ya funcionaba el Traim, así que compramos el Jeton por las usuales dos libras turcas y nos fuimos a la parada del Gran Bazar, pero sorpresa! era Domingo y estaba cerrado !... ya no lo podíamos creer, así que nos compramos calcetines secos y partimos a vitrinear las tienditas de souvenir situadas en la calle que corre a la orilla del tranvía, las que tienen súper buenos precios.

Paramos en el hotel a descansar un ratito y a secarnos el pelo y la ropa y partimos en taksi a la estación de trenes (Orient Express) en Sirkesi, a ver la danzas Sufi o Derviches. 

 Compramos la entrada en la puerta por 40 libras cada una, y disfrutamos de la danza y de la música que daba cuenta de una conexión profunda con la  divinidad, quedamos con muchas ganas de saber más de ella.

Salimos de ahí felices y maravilladas de haber disfrutado una experiencia tal y caminamos hacia Eminonu de nuevo en busca del mejor Balik Ekmek, en una de las barcas recaladas a la orilla del Golden Horn, donde por 5 LT pudimos disfrutar de un  sandwich de pescado a la plancha con ensalada tipo Toscana, más vino blanco, muy tradicional... 

El lugar era alucinante, pasaba gente para todos lados y además circulaban por el otro lado- el del agua- decenas de embarcaciones a ritmo acelerado.

Tomamos el traim de vuelta a Sultanhamet donde cumpliríamos nuestro último "must" Turco, así que buscamos una bonita terraza y nos entregamos al relajo del Narguile, esta vez con sabor a Manzana, y todo por 20 LT.

Pasamos un rato gravísimo allí, disfrutando del olor dulce que despedía la pipa, compartimos con dos parejas de Chilenos, que andaban en una ruta por Grecia y Albania, que contaban sobre la contingencia en en el vecino país y daban datos a mi amiga para manejarse en la crisis.

Conversamos también con un par de Ingleses encantadores - Ian y Chris- que disfrutaban su paseo del año lejos de sus cónyuges ... ellos nos contaron toda su vida, del orgullo de ser Galés, de sus desventuras amorosas y de como vencieron la adversidad saliendo fortalecidos (Rrresiliencia) hasta que cerraron el local.... nos separamos en el Hipódromo, cada uno a su hotel ...

Con mi amiga seguimos riendo a pesar que ya nos empezábamos a  preocupar por arreglar nuestras maletas para continuar con nuestro periplo, ella a Grecia en Crisis y yo a India ...  y ciertamente empezábamos a entristecer porque nuestro periplo se acababa, aunque con todos los must hechos :)

Lufta Turquia !!!!!  (Gracias Turquía)
Güle Güle !!!!!