Partí temprano mi jornada después de saludar al sol naciente desde el restaurante del Hostal, donde pedí sólo jugo de naranjas, para observar el tránsito en el Ganges.... y la increible veneración que desde el agua y los Ghats se rinde a Surya desde la antiguedad hasta nuestros días...
Salí a OM Shanti Yoga Niketan ( D3/99, Meer Ghat, Varanasi. www.banarasyoga.com), donde me volvió a recibir el Pandit Raj Kumar Vajpayee Yogacharya o simplemente Rajuiji, quien con paciencia y dedicación me alentaba diciéndome "Come on Sissy", como entendía él mi nombre y en forma increíble, pude ver avances en los pocos días de práctica sostenida.
Rajuiji, además de ser un profesor muy dedicado es Campeón de un Challenge de Asanas, donde obtuvo medalla de oro en su categoría.
Salí a la calle principal y el conductor me indicó que acababa de pasar por el Templo Dorado o Kashi Vishwanath, el más sagrado lugar para los Hinduistas y prohibido para quienes no profesan dicha religión... yo ya me presumía su importancia, por la cantidad de ofrendas florales que vendían en sus afueras, el gran número de personas que hacía fila para entrar; y por la fuerte custodia a su alrededor, pues estaba lleno de militares con armas grandes, para evitar atentados y saqueos.
Comenzamos el recorrido sólo midiendo el ritmo de la ciudad, más comercial y menos espiritual que el área de los Ghats contigua al río, aunque igual de cuando en cuando me topaba con una gran fila, explicándome el conductor que era para ingresar a algún Templo.
Llegamos al área del Templo de Shiva, que se erigía rojo bajo el sol, y bullía en actividad a esa hora. La entrada era gratis, pero en la entrada se encuentran varios Sadhus pidiendo rupias para comer, entregándote como agradecimiento de la donación una bendición, y una pulsera con hilos rojos y amarillos con una semilla, para protección.
Continuamos por el Templo Tulsi Mandir y Hanuman Temple o Templo de los Monos, el que estaba repleto de ellos, que se saben dueños del lugar, mostrándose muy traviesos y consentidos.
Yo caminé tranquila rodeando el altar, y observando las dependencias contiguas, llenas de niños que me sonreían curiosos y se reían de mi porque no me atrevía a pasar muy cerca de los monos, rodeándolos con cautela para no molestarlos.
Saliendo de allí nos dirigimos a la Universidad de Varanasi (Banaras University). Fundada en 1906 es la más antigua de esa parte de India y el centro histórico del conocimiento, que la ha hecho famosa a nivel mundial, sobre todo por la enseñanza de Filosofía Hinduista y el Sánscrito.
Sus facultades, que albergan más de 20.000 estudiantes de todo el mundo, se extienden entre medio de grandes y verdes jardines, y se erigen en edificios que asemejan la arquitectura inglesa con toques Indios...
Alberga también un gran Hospital y un Templo dedicado a Lord Shiva o Shri Viswanath Temple cuyo movimiento no paraba en ningún momento, en su interior había una gran fila pasar frente al altar y alrededor de unos pequeños arbolitos decorados con guirnaldas de flores.
Saliendo de la Universidad y luego de rodear el monumento erigido en honor a su creador, partimos hacia otro Highlight de la ciudad: Assi Ghat, que está situado en su extremo sur, en la confluencia del río Ganges y el Assi.
Esta zona es bastante más calmada que la cercana a mi Hostal, pero no menos importante, pues allí se emplaza el Lingam de Lord Shiva debajo de un gran árbol, siendo el principal centro de peregrinación de la zona.
Luego de despedirme de mi conductor y pagarle con gusto las 200 rupias que me pidió por pasearme, indicarme y esperarme, me quedé sentada allí largo rato, fascinada con el ritmo calmado del lugar: recorrí las librerías, la tienda de Productos Himalaya (la más completa que vi) y me quedé quieta solo viendo a la gente pasar.
Caminé otro rato hacia el contiguo Mahatma Ghat, que estaba medio desarmado, y me devolví para continuar mi recorrido.
Ese día se celebraba la más grande fiesta Musulmana El Aid Adha o del Sacrificio, que rememora el episodio en que Abraham accede a sacrificar a su propio hijo en muestra a su total obediencia a Dios, quien en su misericordia, pone un cordero en el lugar de su heredero, celebrándose desde ese episodio esta tradición, que además implica la obligación de dar gestos de generosidad y solidaridad con los más desposeidos.
En el barrio musulmán de la ciudad, en la puerta de cada casa estaban los corderitos amarrados esperando su turno para ser sacrificados y vaciados de su sangre como sacrificio.
En algunas calles donde ya habían sido sacrificados, las mujeres juntaban sus entrañas, y pasaban las maquinas retro excavadoras recogiendo los demás restos de piel.
Desde Assi Ghat le pedí a un tuk tuk que me llevara a Ramnagar Fort, residencia del Maharajá de Varansi y que data del siglo XVIII.
El hombre luego de unos 20 minutos me dejó en la Rivera del río y me dijo que el Fuerte estaba al frente y que solo se puede llegar en barco, los que salían de ahí mismo. La verdad es que no vi ninguno, así que me quedé intentando conversarcon las mujeres que trabajaban en la construcción de un nuevo embarcadero, quienes me invitaron a quedarme con ellas, porque en el Fuerte- en su concepto- no había nada que ver.
Las chicas haciendo el trabajo duro me sonrieron y me dejaron fotografiarlas, invitándome a conocer sus casas muy pero muy probres, ubicadas en un Slum contiguo, presentándomelas como un verdadero palacio, a pesar de todo. Yo agradecí el gesto y me despedí sonriéndoles feliz porque me mostraron un pedacito de su vida.
De regreso a Assi Ghat me dirigí de inmediato a Sparsa Ayurvedic Centre por un masaje Ayurvédico, que ya empezaba a extrañar, elegí un combinado entre Rejuvenate Oil Massage, a cuatro manos y un Natural Beauty Care para la cara, que incluía baño de vapor de rosas, un masaje con pindas de arroz, y luego uno con aceite, correspondiente al dosha dominante. Todo el paquete por 1.300 rupias, las mejor gastadas de mi vida.
El masaje a cuatro manos fue una experiencia de relajación superior, partió en los pies, donde me aplicaron aceite tibio y continuó por las piernas perfectamente sincronizado por las dos terapuetas, siguiendo luego por la espalda brazos, estómago y cabeza. Yo estaba feliz, porque ya no daba más de relajada, sintiendo que ya no podía pedir más a la vida.... 100% recomendable...
El tratamiento facial consistía en poner la cara sobre una olla que expelía vapor de agua de rosas para abrir los poros, luego pasaban dos pindas (bolsas de género rellenas con arroz remojado, frías) que tenían como efecto refrescar la piel, emparejar el color y suavizarla y un tercer paso y final un masaje con aceite, que me dejó la cara sin tensión, y lozana al máximo.
El tratamiento facial consistía en poner la cara sobre una olla que expelía vapor de agua de rosas para abrir los poros, luego pasaban dos pindas (bolsas de género rellenas con arroz remojado, frías) que tenían como efecto refrescar la piel, emparejar el color y suavizarla y un tercer paso y final un masaje con aceite, que me dejó la cara sin tensión, y lozana al máximo.
Salí con al menos 5 años menos y me fui a recorrer algunas tiendas del área, donde encontré a un amoroso vendedor que me explicó pacientemente- luego de venderme unos cuadernos preciosos hechos en papel reciclado- la forma y la regulación para enviar productos fuera de India, que incluía hasta el requisito de forrarlos con género blanco y sellarlo con lacre. (700 rupias por kilo, que incluía impuestos, cargos y envoltorio) ... me contó la historia de la ciudad y resumió su importancia en la frase "City for Learning and Burning", haciendo referencia a la Universidad y los Crematorios.
Me hubiese gustado mucho tener la información sobre los envíos, porque a este ese minuto había sido tremendamente cautelosa con mis compras, para no exceder el peso reglamentario de 23 kilos que permiten los aviones... debiendo elegir de cada sitio visitado algo pequeño y representativo; por lo que de haber sabido que no era caro mandar las cosas, hubiese comprado más aprovechando además los precios tan convenientes de las telas y de la ropa.
Desde Assi Ghat decidí tomar un barco que me llevara hasta la zona cercana a mi hostal (50 rupias), Dasaswamedh Ghat, donde se sucedían las fiestas del Ganga Mahotsav, festival que se extiende por cinco días, dedicado ese día a la danza y representaciones divinas.
Me quedé disfrutando de los ritmos y danzas Punjabies y bajé por el río de vuelta al Hostal, encontrándome con el mismísimo Lord Shiva que posó orgulloso para mi ... todo un rockstar ...
Caminé hacia mi hostal tentándome de subir a la terraza de un hotel contiguo para ver el espectáculo desde el cielo. Luego de subir los 6 pisos que me separaban del restaurante, seguí disfrutando de la música que resonaba, disfrutando mis Pakoras, feliz de la vida.
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