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viernes, 17 de abril de 2020

San Francisco resumido en 4 días, 9 puntos y con gusto a poco. Octubre de 2015

Llegué a San Francisco directo en shuttle desde Monterey (www.montereyairbus.com) donde pasé días encantadores con mis anfitriones los Honorato Martínez. El transporte lo tomé fuera de la estación de bus a las 7:00 am y sobre las 10:30, previa parada en los aeropuertos de San José y San Francisco, ya estaba instalada en mi hotel.

Elegí el Park San Francisco (http://park-hotel.san-francisco-hotels-ca.com/), por precio y ubicación. Sin ser una persona tacaña (menos conmigo misma) me parecieron carísimos los hoteles de la ciudad y yo quería quedarme cerca de la plaza, por lo que esta fue una buena opción, a pesar que era bien justo y medio viejito, era limpio y la persona de la recepción muy amable (incluso recibió unas compras que había hecho en línea), por otra parte llegaba solo a dormir y está al lado de Union Square y a pasos de la entrada al Barrio Chino, con su Dragon´s Gate por calle Grant y Bush (además de la bodega de Calvin Klein con súper buenos precios), así que cumplió correctamente con la expectativa.

Lo primero que tengo que decir que San Francisco es una ciudad para enamorarse, me gustó mucho  y quedé con gusto a poco porque me faltó tiempo para visitar varios de sus iconos,  4 días no son suficientes en especial para hacer algunas otras actividades como cruzar el puente en bicicleta y volver desde Sausalito en ferry, que se veía muy entretenido o incursionar en las catas de vino de Napa Valley.

Acá dejo un recorrido personal resumido en mis nueve puntos favoritos de la ciudad, sin preferencia, sólo en orden cronológico, además de uno extra, dedicado sólo a la visita de una de mis marcas favoritas que precisamente tiene su origen y base en esta ciudad.

  • Union Square

Esta plaza, situada a una cuadra de mi hotel, es el centro comercial y social de la ciudad desde inicios de la historia de San Francisco. En su centro está la estatua de Dewey, marino muy importante en la guerra con España, a finales del siglo XIX y a su alrededor, cafés y escenarios para músicos y teatro (y también muchos homeless).

A su alrededor se emplazan varios edificios, mayormente dedicados al comercio, como el gigante Macy´s que además es muy bonito por dentro, la tienda Disney y un Nike de pisos y más pisos, con absolutamente todos los deportes.


La plaza también sirve de asiento a algunos de los 130 corazones que se regaron por toda la ciudad, como un proyecto para la fundación del Hospital General, en el proyecto "Hearts of San Francisco" y que uno puede ir cazando por toda la ciudad (con la cámara, obvio)


  • Golden Gate Bridge.

Este puente de 2.7 kilómetros de largo, es "el" icono de la ciudad. Lo visité en el tour de medio día que incluyó además un sightseeing en auto por la ciudad.


Fue creado por Joseph Strauss e inaugurado en 1937, siendo el tercer puente colgante más grande del mundo.


La visita incluyó parada en miradores de ambos lados de la bahía de San Francisco, por el lado más cercano en una especie de fuerte y por el otro lado Vista Point, que permitía además ver la entidad de la ciudad completa. 


  • Haight - Ashbury
Este barrio es de los más alternativos de la ciudad y a la vez el más colorido. Es  resabio de la comunidad hippie que se estableció con todo el Flower Power en este sitio en la década de los sesenta.


Lo más entretenido de circular por esta calle es que es realmente como retroceder en el tiempo; con alguna excepciones hipster, los personajes que se encuentran son bien exactos a los habitantes del pasado.


Todo el barrio está lleno de restaurantes de comida orgánica, tiendas vintage de ropa de segunda mano, de discos y artesanías, además de la casa donde habría residido el mismísimo Jimi Hendrix.


The Haight, como también es llamado el barrio es asiento de las casas de arquitectura de principios del siglo XX del tipo Reina Ana, y de la que está regada también Álamo Park, con sus célebres Painted Ladies,, el que no alcancé a visitar por tiempo.  Las casas son hermosas, y muy bien mantenidas, y colaboran con su color a la estética ya floral del barrio.


  • Fisherman´s Warf
Terminando mi tour de mediodía por el puente y sightseeing, nos depositaron en la oficina de Grey Line, cercana al muelle y ahí empecé mi recorrido personal por la zona. 

Fisherman´s Wharf es una gran caleta, además punto turístico, donde se establece todo el comercio de los pescadores que han tenido ahí mismo sus embarcaciones y redes por generaciones y generaciones, pero además rodeado de restaurantes, incluyendo los mejores de la ciudad.



Obviamente los productos estrella son los productos del mar, que esperan fresquitos ser llevados o devorados ahí mismo, aunque al frente y en las calles perpendiculares está lleno de tiendas chinas, donde venden mucha ropa, muy barata, especialmente Levi´s y productos de fotografía, además de estar la sede de todas las agencias que organizan tour de navegación.




Unos metros más alejando está Pier 39 que es un sitio hermoso con restaurantes, mayormente de comida marina, y muchas tiendas de todo tipo.



Es perfecto para caminar perdido,  tiene un mirador que domina toda la bahía, incluyendo a los leones marinos, una marina y además es sede del acuario de la ciudad.



  • Alcatraz Island

Otra actividad que para mí era un imperdible fue la visita a la Isla de Alcatraz, compré los tickets en línea por 38 usd en www.alcatraztickets.com, y sólo tuve que llegar al Pier 33 (igual había harta fila para comprar en el mismo lugar).


El trayecto hasta la isla dura 15 minutos y permite una vista hermosa hacia la ciudad desde el lado opuesto al que había visitado el día anterior. La visita está muy organizada por grupos, con un mapa del recorrido y audio guía, incluida en el precio de la entrada.


La isla, también conocida como The Rock, está situada en la bahía y sirvió de asiento para un fuerte en tiempos de la guerra civil, fue Prisión Federal y hoy Parque Nacional, rescatándose actualmente también como patrimonio de los pueblos originarios.



Sin duda lo que más le ha dado fama a la isla es servir de asiento a una de las cárceles más famosas de todo el mundo, que funcionó hasta 1963, con fama de estricta e inexpugnable al estar rodeada de frías aguas y por lo mismo asentamiento de máxima seguridad para los criminales más peligrosos de la época, incluyendo al mismo Al Capone.


Hay varios espacios que están intactos, aunque hoy lucen pulcros, ventilados e iluminados, como no creo que haya sido cuando estaba en uso. Caminé por el sitio con el audio guía haciendo el recorrido tal cual como los presos de antaño: por las duchas, los camarines, para luego pasar a las celdas.



Como toda cárcel que he visitado, por más museo que sea en la actualidad, a mi me dio mucha tristeza, aunque ahora la retraten como estricta, pero bien tratante. En toda la visita cuelgan carteles con las reglas del lugar, la más famosa, la número 5: "Usted será dotado de comida, ropa, refugio y atención medica. Todo lo demás que obtenga es un privilegio"




La visita guiada también hace referencia al mítico escape que quedó registrado en la película Escape from Alcatraz, protagonizada por Clint Eastwood, y que recrea la que sería la única fuga exitosa de esta cárcel en el año 1962. 
.  


El recorrido guiado también incluye el comedor, el patio y las oficinas administrativas. Los tres pasillos en los que se distribuyen las celdas fueron bautizados por los presos con distintos nombres, el pasillo central se llamaba Broadway y estaba  reservado para el "desfile" de los recién llegados.



También estaba la obvia tienda de souvenir, que incluía productos como los jabones, lápices y magnetos que llevan escritas las reglas de la cárcel, además de libros y dvd con documentales, que también son exhibidos para recrear el contexto en el que funcionaba este recinto.


Ya fuera de la cárcel se pueden recorrer las instalaciones de las casas de los funcionarios y de sus familias, además del faro más antiguo de todo el océano Pacífico, que preside en altura la isla desde 1854.


La historia de la isla no sólo ha estado escrita con la famosa penitenciaría. Después que cayó en desuso fue reclamada y ocupada por los indios nativos, que originaron el movimiento Red Power, reivindicando los derechos de los pueblos originarios, de los cuales hay toda una sección de documentales y vestigios para hacerse una idea de un reclamo que es hasta ahora vigente.



A pesar que el día estaba soleado, estaba frío y ventoso, era imposible no hacer esa reflexión de cómo habría sido la vida dentro, en especial en invierno... afortunadamente pude salir cuando quise y previos 15 minutos de navegación ya estaba en el Pier 33, libre y en tierra firme.



Caminé de nuevo por la zona de Fisherman´s wharf para pasar a almorzar al Rainforest Cafe, que había conocido en Miami, con todos sus enormes animales y la selva, así que aquí repetí.


  • Tranvía Powell - Hyde

Esta fue una de mis actividades más queridas de la ciudad, desde haber presenciado el cambio manual, tal cual como en sus inicios, hasta haber abordado el cable car o tranvía para regresar desde la zona de Fisherman´s Wharf a Union Square, mi barrio. Es una visita muy turística y por lo tanto hay fila y espera, pero es muy entretenido ver la actividad de intercambio y giro de los carros, así que bien vale la espera.



Abordé el tranvía Powell-Hyde, que transita por Nob Hill, dejando atrás la vista de la bahía y de Alcatraz, que recién había visitado, en un paseo de muchas subidas y muchas bajadas.




Los otros días usé para desplazarme por la ciudad siempre el tranvía o Street Car, en especial el F  Market and Wharves, que me servía para ir a todos mis destinos desde Union Square. Los carros son reacondicionados de los antiguos tranvías italianos, conservando aún el encanto de época y el idioma de la señalética. 



  • Market Street

Una vez en el área de Union Square, me dediqué al vitrineo y la compra, primero en Westfield para hacer mis últimas compritas (no en las tiendas de lujo por supuesto) y luego en Levi´s Store donde pude comprar mis jeans de calce perfecto y con 30% off si comprabas dos o más prendas. La tienda es enorme, y muy bien atendida, y da la posibilidad de poder personalizar los jeans y las chaquetas en su Tailor Shop.

  • The Castro


Me trasladé en mi tranvía F desde Union Square hacia este barrio donde queda de manifiesto toda la disposición que esta ciudad históricamente ha tenido hacia la diversidad y libertad de sus habitantes. 


Desde la segunda guerra mundial este barrio sirvió de asiento a la comunidad homosexual y alcanzó su máximo auge en los tiempos de Harvey Milk, quien fue el primer homosexual en detentar un cargo público, luchando desde ahí y hasta su asesinato por la reivindicación de los derechos de la comunidad gay.

Hoy el barrio está lleno de colores, de cafés y tiendas hermosas, especialmente las de mascotas, de las cuales habían muchas, con el lema "Dogs/Cats are the new kids". En ese tiempo yo preparaba la llegada de la Emi, así que le compré varias cosas para recibirla en unos días después, justo terminadas  estas vacaciones. 


En la misma calle Castro se encuentra el teatro, también súper icónico y la enorme bandera de la comunidad gay que da la bienvenida a todos al barrio, fuera de la estación del metro Harvey Milk.


Las calles y todas las tiendas están pintadas con  los colores de la bandera de la comunidad LGTBI, incluyendo el famoso y super fotografiado Rainbow Crosswalk.


Actualmente el lugar donde estaba la tienda de fotografía de Harvey Milk es sede del Human Rights Campaign Action, donde se concentra toda la actividad reivindicativa que se mantiene hasta hoy,  con la consigna Equals, para visibilizar todas las formas de discriminación vigentes. También funciona allí una tienda, con souvenir, libros y documentales.



El barrio además de interesante por la historia, lo es también por su arquitectura, lleno de casas hermosas y antiguas, pero con toques muy modernos, pop y de colores.



  •  Chinatown. 
Tan solo cruzando mi vecina Dragon´s Gate, comienza la calle Grant que parece realmente transportar a otro país. No solo por las tiendas, sino por toda la arquitectura, los templos y el estilo pagoda que está presente en las cuadras y cuadras que conforman este enclave, el mayor de Estados Unidos, solo superado por Nueva York.



El comercio está separado, entre tiendas de artículos de casa, ropa y souvenirs por calle Grant y por lo referido a pescado, frutas y verduras, por calle Stockton, que cierra muy temprano, por lo que hay que visitarla durante el día.


También hay muchos restaurantes donde probar la verdadera comida china y también las galletas de la fortuna que tienen su origen aquí y no en China y, por supuesto mis favoritos masajes, pero a un precio bastante más alto de lo que pude encontrar en Asia... igual sucumbí a uno corto sólo de pies para despedir esta notable vacación.


Lo mejor del sitio, por supuesto las Bargain Stores para comprar los souvenirs, realmente baratos (creo que lo único barato que vi en la ciudad).


  • Benefit San Francisco.

Finalmente, pero no menos importante, está mi visita a Benefit  Cosmetic Boutique en su ciudad de origen. Afortunadamente la tienda estaba justo frente a mi hotel, en la misma calle Sutter, así que pude experimentar el Brow Bar, directamente en "la fuente" y comprar también algunas cosas de la marca que me encantan como el Bene Balm y el Bene Tint.


Y su carrito de autoservicio en el aeropuerto.


Al siguiente día ya abordaría mi vuelo de regreso a Santiago, vía Dallas, de regreso de una notable ruta que me tuvo disfrutando de unos días en el paraíso de Hawaii, en Oahu y Big Island en solitario, recorriendo Los Ángeles y parte del West Coast en Monterey y Carmel, con mi amiga Caro, Javi y los niños, y mi broche de oro en solitario nuevamente por San Francisco, que se convirtió en una de mis ciudades favoritas y que me encantaría repetir.

Next destination: Santiago de Compostela, Marzo de 2016.


















sábado, 4 de abril de 2020

4 días en Monterey y Carmel. Octubre de 2015.

Después de nuestra excelente incursión por Los Ángeles, y habiéndose agotado el break de los Honorato Martínez (mis anfitriones en esta parte del viaje), nos trasladamos en el gigante auto familiar a Monterey, una ciudad preciosa situada en las las orillas del Pacífico, entre L.A. y San Francisco, al norte del Big Sur.

Partimos el camino hacia casa desde Hollywood por la ruta interior para poder pasar por Gilroy Premium Outlets (www.premiumoutlets.com/outlet/gilroy). Como el camino es bien largo, hicimos varias paradas para entretener a los niños y descansar un poco de los sones de "Do you want to build a snowman?" de Frozen que sonó sin parar.

El Premium Outlet no es un sitio, sino cuadras y cuadras de tiendas. Desde ahí Javier se ganó el apodo de "pobre Javi", porque se encargó de manejar y entretener a los niños, mientras a mi me perdieron en las tiendas de Calvin Klein y Tommy, que estaban muy baratas y tenían tallas más grandes, de las que en Chile no se encuentran jamás.

Javier en ese entonces se encontraba cursando sus estudios en el Naval Postgraduate School, que funciona en Monterey desde los años 50, en un edificio lleno de historia y donde antes funcionaba el Hotel Del Monte, de los más lujosos de todo el país a fines del siglo XIX.



De hecho un día que fuimos a buscarlo a clases, pudimos visitar una parte del edificio, recorrer sus salones hermosos y sacar lindas fotos a los jardines súper cuidados.


Nuestros días en Monterey fueron caseros y turísticos: jugando con los niños, replicando la rutina de Caro, que incluía varias idas al Costco (brownies para morir y por mayor!) y por la compra, sumadas a entretenidas caminatas en el lugar en los parques del donde vivían que eran verdes y hermosos (incluyeron ciervos que aparecían de la nada en la oscuridad) y conversaciones en la terraza de la entrada de la casa, donde  nos pusimos al día de todo cuanto había pasado en todo el tiempo en que no nos vimos, que no era poco.

Y también tuvimos salidas más turísticas, a comer y a comprar. En este rubro visitamos Del Monte Center, que es un centro comercial enorme al aire libre con todas las tiendas gringas incluídas las grandes como Macy´s (en ese tiempo The Body Shop no estaba en Chile, así que me traje todo) y lugares ricos para comer.

Visitamos también Cannery Row, donde se emplazó y desarrolló toda la industria pesquera y conservera de esta zona, que inició con la presencia de los inmigrantes chinos y luego de los japoneses dedicados principalmente a la explotación de la sardina, industria que se mantuvo en el apogeo hasta fines de los años de los ´50, cuando se agotó la pesca, quedando las instalaciones de las grandes empresas de enlatado en abandono,  para luego ser rescatadas y convertidas en hoteles, tiendas y restaurantes.


Caminamos tranquilos las pocas cuadras por las cuales se extiende tomando helado y disfrutando de los colores de los edificios, uno de los más lindos The Clement, que es un hotel Intercontinental, y que tiene una de las dos pasarelas edificadas sobre la calle.



En las orillas de la calle encontramos varias tiendas de dulces y cafés, todos bien animados y decorados en forma muy pulcra (entendería toda la estética local viendo Big Little Lies años después)




Al final de la calle se ubica el Acuario de Monterey, que también funciona en las antiguas instalaciones de una industria conservera.


Desde la Plaza Steinbeck se accede a la Bahía de Monterey, desde donde se obtienen las mejores vistas, además de emplazarse la estatua que honra a quienes desarrollaron la industria conservera y también al autor que inmortalizó la vida en esta calle en los años de apogeo John Steinbeck, en su libro Cannery Row.




Para comer visitamos Gilmore, Baja Cantina and Grill, donde pasamos un súper buen rato. Se trata de un restaurante, pero emplazado en un lugar lleno de recuerdos de las antiguas estaciones de servicio y talleres mecánicos.  


Dentro estaba lleno de locales viendo el partido, así que además aprovechamos de vivir la "verdadera" experiencia gringa.


La comida era exquisita, también bien inclinada al sabor mexicano, con las mejores salsas que he probado, pero los demás comieron hamburguesas que, según dijeron también estaban buenísimas.



También visitamos Old Fisherman´s Warf de día y de noche. Este muelle además alberga una gran Marina, llena de lindos yates y barcos para avistamiento de ballenas.



El muelle es bien turístico y por lo tanto bien concurrido. Como tal funciona desde el tiempo del Virreinato de Nueva España, donde se recibía y almacenaba mercancía traída desde oriente y Filipinas, y que luego se trasladaría a los puertos del Atlántico. Más tarde este muelle también fue utilizado en la industria de la explotación de la sardina, y hoy, es centro cultural y otro polo gastronómico de la ciudad.


A mí lo que me llamó más la atención fue la coexistencia de varios restaurantes marinos, con la sopa de almeja como producto más ofrecido, con tres grandes dulcerías, hermosas y muy bien decoradas, además de súper surtidas para nuestro deleite.



Una de las noches fuimos a un restaurante súper entretenido y bonito situado en este muelle: Sapporo (https://montereysapporo.com/) que les encantaba a mis anfitriones. Se trata de un restaurante Japonés, donde te asignan un mesón a cargo de un chef que cocina todo lo que ordenas frente a tus ojos. 


Lo divertido, para nosotros y los niños, era que en la medida que la comida se iba haciendo el maestro de la cocina iba arrojando los pedacitos de pollo y carne para que los atrapáramos en el aire con la boca, lo que disfrutamos mucho porque además estaban exquisitos. 


Una de las visitas más bonitas de esta porción del viaje fue el paseo por el día a Carmel By The Sea, que es un pequeño pero exclusivo pueblo distante a minutos de Monterey, pero que es totalmente diferente, aún cuando tiene también un tinte playero.



Nada más nos estacionamos y empezamos a recorrer encontramos cientos de postales; porque cada cuadra, cada esquina era más bonita que la anterior, haciéndolo aún más perfecto el hecho que había muy poca gente circulando.



Habían algunas cuadras que parecían casas de cuento, hoy dedicadas eso sí, al comercio, en especial galerías de arte.



Es bonito tan solo caminar y perderse entre las tiendas, porque entre ellas también hay varios pasadizos y lindos patios por los que vale la pena detenerse a mirar.


En todo el espacio de respira exclusividad, desde los autos que circulan a la pulcritud del pueblo ...




Y también el estilo elegante de quienes con que nos topamos y la talla de las tiendas situadas en la  calle principal Ocean Avenue, mayormente joyerías, incluyendo Tiffany´s.


Añadir leyenda

Una de las tiendas más bonitas que visitamos (y de las que pudimos comprar algo) fue Kris Kringle, donde se encuentran varios adornos de navidad en toda época del año y que pueden ser personalizados con el nombre o el mensaje que uno les quiera poner (yo compré una pareja de osos encantadores para mis papás, que arman aún árbol de navidad cada año).



Para comer basta con asomarse en alguno de los coquetos cafés, en ese tiempo todos con decoraciones relacionadas con los colores de Halloween, que le sumaban belleza a lo ya perfecta de la ciudad.



El restante tiempo de esta bella visita a Monterey lo pasamos en casa compartiendo con todos, e incluyendo un asado que preparó pobre Javi que nos consintió a todos. Yo  les llevé algo de Chile que ya estaban extrañando, incluyendo un tostador y manjar de tarro, y ellos me permitieron compartir estos encantadores días que atesoro, incluyéndome como una más en la rutina, 

Pude volver a compartir nuevamente con ellos, un poco más de un año después, cuando volvieron y se establecieron en Las Salinas (de acá, no de California) y luego en Sydney, donde están ahora y nos encontramos el año pasado celebrando de nuevo nuestra amistad viajera y el cariño que me une hace años con ellos y con los niños que están muy grandes y bonitos.

Desde aquí partiría a la última parte de mi aventura por Hawaii y parte del West Coast y que sería un broche de oro para mis vacaciones por USA.

Next Destination: San Francisco !