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jueves, 16 de febrero de 2012

Día 6: Ephesus

El desayuno del hotel Bella fue buenisimo, había pan, café, huevos revueltos con tomate y jugo y unos 10 pocillos con dátiles y otras cosas para picotear.

Partimos temprano nuestro recorrido con el guía apodado "Rules", quien nos explicó el programa que cambiaba a cada minuto.

Comenzamos por las ruinas de la ciudad, en su asentamiento originariamente Griego y que después pasó a manos Persas, comandadas por el mismísimo Alejandro Magno y luego al dominio Romano, a contar del siglo II y I cobrando protagonismo algunos célebres como Marco Antonio, y alcanzando la ciudad su máximo esplendor como potencia marítima y comercial.

La ciudad en ruinas data del siglo IX a.C, está muy bien conservada, aún cuando llena de gente - es parada obligada de los cruceros que atracan en Kusadasi, distante a unos 20 kilómetros y es considerado uno de los yacimientos arqueológicos más grandes de Turquía, y de los más importantes, por cuanto fue emplazamiento de una de las 7 maravillas del mundo: el templo de Artemisa, del cual queda una columna hasta nuestros días (de 122 ...)

Nosotras entramos por la Puerta de Magnesia y caminamos por la vía principal, perfecta, admirando el antiguo Hospital, siguiendo por la vía de los Curetos desde donde se llega a la Plaza de Domiciano y a la Fuente de Trajano y se empieza el descenso hacia el área de la biblioteca. 






Bajando por el empedrado camino, es difícil decidir para donde mirar, si al Templo de Adriano  o a las casas de la ladera, ejemplo típico de un barrio residencial romano, con casas pareadas y adornadas por mosaicos que perduran en perfecto estado hasta hoy.






Hay algunas casas que se pueden visitar por fuera, pero también se puede ingresar, previo pago de una entrada de 15 LT, a la zona arqueológica resguardada y techada que da cuenta del estilo de vida romano a través de dos de sus casas, situadas en terrazas. 


www.viajaresguay.blogspot.com/2009/09/apuntes-de-un-viaje-turquia-12.html


El Templo de Adriano data del siglo II d C. y da cuenta del esplendor máximo que alcanzó la ciudad en esa época, se levanta luminoso y orgulloso ante los ya cientos de visitantes que había a esa hora, aún cuando sus piezas originales se encuentran en el museo de la ciudad.



Visitamos también los baños de Escolastiquia y las letrinas, donde encontramos a un español de unos 70 años - Ricardo- un apasionado de la historia que dirigía a su grupo de amigos y les contaba la historia del lugar y nos dedicamos a seguirlo, él estaba feliz porque éramos un auditorio más atento de quienes lo acompañaban y nosotras también porque el guía que nos asignaron ese día era demasiado bromista y un poco descortés.


Saliendo de allí, continuamos la caminata y  dimos con la joya del lugar: la biblioteca de Celso, que data del siglo II d.C, y maravilla de tanta perfección, nuestro guía ad hoc nos contaba que tuvo tres pisos y que llegó a guardar más de 12.000 papiros y que fue construida por un Cónsul Romano para honrar a su padre fallecido.


 La verdad es que a pesar de estar el lugar lleno de gente logra maravillar y emocionar la perfección de las formas del edificio  y también el sólo hecho que esté en pie después de tanto tiempo, terremoto, aluvión e invasión.


Pasamos por la Puerta de Adriano y dimos con la vía Arcadia, una original calle comercial Romana, que conducía al antiguo puerto.


Y nos detuvimos también a mirar el Ágora Inferior.



Continuamos hacia el teatro que fue erigido en los siglos III y II a. C, fue el mayor Teatro de Asia Menor, adquiriendo  fama de perfección acústica que conserva hasta hoy.



Abandonamos la antigua ciudad, previo paseo por un bosque de pinos muy lindo, que proporcionaba una tranquilidad mayor, con el sonido de las ramas al viento y el olor que despedían.

Tomamos la van y fuimos a dar una rápida mirada al Museo de la Ciudad, dedicado casi por entero a Artemisa, guardando además de muchas esculturas de ella, una réplica del Templo, de impresionantes dimensiones y el célebre Priapo, símbolo de la Fertilidad. 



 Salimos del Museo y fuimos de inmediato al sitio donde estuvo emplazado el Templo de Artemisa, con sus 127 columnas de 18 metros cada una ... hoy sólo queda una ...

www.toni2836.blogspot.com/2011/08/el-templo-de-artemisa-en-efeso.html



En ese sitio se da la particularidad que se ve lo que queda del Templo de Artemisa, pero también la Mezquita de Isabey que data del siglo XIV, la Basílica de San Juan, donde se cree que escribió su Evangelio, y la Fortaleza de Selçuk, convergiendo así en el campo visual todos los habitantes que han vivido en la ciudad  a través de los siglos. 

Ya había llegado la hora de almorzar, así que paramos en un bufete, donde probamos pollo espaciado y otras delicias turcas, un postre muy rico llamado Kadaif y el usual café turco que ya se ha convertido en nuestro favorito.

Primera vez un guía de esta agencia nos lleva a una parada comercial,  como la zona es famosa por sus cueros, y paramos en una fábrica donde nos ofrecieron un desfile ... a pesar de todos los descuentos que ofrecían, una chaqueta de un cuero exquisito que se podía doblar casi para ponerla en el bolsillo costaba 400 Dólares.




Después de esa parada tan poco convencional el guía nos anunció que iríamos a la casa donde vivió la Virgen María y donde pasó sus últimos días ... yo no tenía idea que la íbamos a visitar, tampoco que la Virgen había sido ahí, si bien conozco la historia bíblica de la Asunción, nunca la había situado geográficamente, y ahora me entero que hay referencias históricas que confirman que vivió ahí, y que Juan, haciendo eco del pedido de Jesús en la Cruz la llevó a vivir a Efeso y se encargó de ella.



La historia cuenta que en 1891 dos sacerdotes franceses comienzan con la búsqueda de la casa donde habría vivido la Virgen María, por petición de la Superiora de las Hijas de la Caridad de Izmir Marie de Mandat Grancey, quien se basó en las visiones que años antes habría tenido otra religiosa de origen Alemana Anna Caterina Emmerick, quien soñó vívida y exactamente con la casa y su ubicación y por ese hecho fue beatificada en el año 2004, encontrándola años después en el lugar adelantado por la religiosa.

El lugar está ubicado en la cima del Büllbüll, en medio de una arboleda, donde te reciben los carteles explicativos en todos los idiomas, que dan cuenta de la confirmación histórica de su veracidad, siendo reconocida como "la casa" en el Concilio Ecuménico del año  432 d.C y por tres Papas incluyendo el actual, que han ido a honrar a la madre de Dios a este lugar... está además fuertemente resguardado.

Se trata de una casa de piedra de la cual se conservan los cimientos y algunas piedras originales, y que fue reconstruida en el siglo VII. En su interior hay un altar presidido desde luego por la imagen de María, siendo un lugar de mucho recogimiento y emoción. (Se tiene que hacer una fila y dentro sólo se puede permanecer un momento para rezar, no se pueden sacar fotografías en el interior)



La tradición manda que a la salida de la casa, se ofrenden pequeñas velitas a la Virgen y que, bajando a la terraza inferior de la casa se amarren las intenciones o peticiones que le quieres hacer ella, luego de haber pasado por las fuentes de agua, y la Virgen intercederá ante Dios para que se hagan realidad.

Respecto de una de las fuentes se dice que tocándolas se tiene un deseo garantizado. 





Una vez formulado nuestro pedido, caminamos tranquilas disfrutando de la paz que se respiraba en el lugar, y salimos por el área más comercial donde vendían de todo alusivo a la Virgen, de hecho compramos recuerdos par nuestras madres y tías más creyentes (Martita, Gilda, Ximena, Teresita y Cecilia, en cuyas oraciones estuvimos todos esos días), que al igual que nosotras, se maravillarían con la historia de este lugar y la sorpresa de haberlo recorrido y disfrutado sin siquiera planificarlo.


Terminada la visita bajamos del monte, obteniendo las más lindas vistas del Egeo entre medio de los árboles, y volvimos a Selçuk donde tomamos un bus hacia el aeropuerto de Izmir donde abordamos nuestro vuelo de regreso a Estambul; una hora más tarde estábamos de nuevo en el aeropuerto Ataturk, tomando la van que nos llevaría a nuestro nuevo hotel, pensando en que bueno habría sido quedarnos un día más para disfrutar de Kusadasi (a 20 kms) y bañarnos en el Egeo.

El nuevo hotel donde llegamos - cuyo precio estaba incluido en el precio del tour - se llama Yusufpasa Konagi (www.yusufpasakonagi.com) está ubicado igualmente en Sultanhamet, pero más cerca de la calle Kennedy y del mar, es muy  lindo y acogedor y el staff realmente preocupado, brindándonos apenas llegamos un fresco jugo de Granadas.

Paramos unos minutos a descansar y emprendimos nuestro viaje a Taksim en traim y funicular, hasta Istiklal Caddesi, que es "la" zona para pasar el sábado, llena de restaurantes y bares desde donde salían notas tecno y de fiesta en general.

Elegimos Tarihi Çiçek Pasaje, que es un edificio que data de 1876 y está remodelado y habilitado para albergar muchos restaurantes muy lindos, adornados a la usanza de las antiguas épocas, comimos (para variar) peynerli, más brochetas de carne, pollo y cordero (Shish) y vino blanco Turco, por 70 LT... al ritmo de una banda que apenas nos ve empieza a tocar Lambada... seguida por Simarik del mismísimo Tarkan... muak muak ...




Luego caminamos a otro bar muy ondero que nos recomendó Demen - un oriundo de Izmir que iba a correr la maratón de Estambul al día siguiente y que conocimos en el avión esa misma tarde- donde tomamos un vino Turco Rosé por 15 LT.... 

Ya caminando de regreso a la zona de Tunnel, nos encontramos con un Turco muy simpático llamado Merdan que atendía un negocio y que hablaba un perfecto Italiano, que nos ofreció café y conversación   hasta la hora del cierre del local y un paseo por la ciudad.

Fuimos hasta Uskudar, el lado asiático de la ciudad, previo paso desde el Puente sobre el Bósforo que se revelaba iluminado y colorido, y  pudimos disfrutar un te a la manzana y la mejor vista a la Torre de la Doncella.




Como se hacía ya tarde decidimos regresar a través de Besiktas hasta la zona del Sultanhamet, nos despedimos de nuestro guía ad hoc felices y agradecidas que nos haya paseado, llevado a a casa seguras y lo mejor sin pedir nada a cambio :)





lunes, 13 de febrero de 2012

Día 5: Castillo de algodón. Pamukkale y Hierápolis.

Alcanzamos a dormir algo más de tres horas desde que nos instalamos en el hotel vecino de la agencia hasta que nos tuvimos que levantar. El desayuno estuvo correcto y la ducha reconfortante.

Iniciamos nuestro recorrido cruzando la calle, literalmente ... ahí mismo se encontraba la entrada al parque, que es Patrimonio de la Humanidad desde 1988.


La mañana estaba muy soleada aun cuando no hacía calor, el sol hacía brillar el blanco de las laderas ...


Pamukkale significa Castillo de Algodón y debe su nombre a las formas producidas por  el escurrimiento de aguas termales con alto contenido de calcio que produce piedra caliza y travertino, la que asentada parece nieve, o nubes, y que también forma cascadas, que han ido progresivamente cubriendo laderas y formando terrazas, donde asentada el agua, destella todos los tonos de celeste y Turquesa .

Cuando ingresamos al parque la primera instrucción que nos dio nuestra guía Kupra fue quitarnos los zapatos; para la protección del suelo y porque había harta agua. En general es bien grato caminar, pero en algunos tramos el suelo en rugoso y molestan los pies... un precio mínimo por poder sentir y ver esa maravilla de la naturaleza.


Comenzamos a caminar por la orilla de las terrazas y las laderas se descubrían onduladas ante nosotras, realmente de lejos parecen de algodón, pero de cerca son de apariencia dura, el ascenso es a 160 metros, pero como entre medio se va parando a sacar miles de fotos y para meter los pies al agua se hace más liviano.



Estar aquí fue realmente un privilegio, nos sentimos felices, agradecidas y encantadas con lo precioso del lugar.



La mayoría de los visitantes (y ya lo anunciaba Lonely Planet) eran de origen Ruso .... no era difícil ver hombres y mujeres esculturales vestidos de mínimos trajes de baño posando como si estuvieran en una sesión de Soprts Illustrated y eso que a esa hora no hacía tanto calor.



Continuamos nuestra marcha tranquila admirando y sacando miles de fotos.


Cuando logramos la cima y nos aperamos con nuestros zapatos, comenzamos el recorrido por Hierapolis, una ciudad originariamente Helénica, dedicada al Dios Apolo, que pasó luego del siglo I, previos terremotos y destrucción a convertirse en una ciudad propiamente Romana ... y de la más alta estirpe por los poderes curativos de sus aguas y por creerse que allí se encontraba la belleza y la buena salud.

A esa hora ya hacia bastante calor, así que la guía decidió que el recorrido lo haríamos en un shuttle, que por una par de liras Turcas te conduce a los highlights del lugar, partiendo por el Anfiteatro, en excelente estado de conservación y la Necrópolis situada al otro extremo.



Desde la necrópolis caminamos en calma cruzando la Puerta de Domiciano, que con sus tres arcos daba la bienvenida al Agora y lo sigue haciendo hasta hoy.


Caminamos por la vía columnata, donde Kupra nos detuvo para explicarnos el proceso originario para la elaboración de aceite de Oliva.


Visitamos también las letrinas y seguimos caminando por la vía Frontino, sede principal del comercio del lugar.


Y llegamos al fin al museo Arqueológico, donde pudimos maravillarnos por la perfección de las esculturas, especialmente la de Tritón, que es realmente magnífica.

Saliendo de allí ya entramos al área comercial que rodea al Ancient Pool, con fast food y tienda de souvenir alusivo al poder curativo del agua.

Rodeamos la piscina con rumbo a los camarines, donde pudimos guardar todas nuestras cosas, y aprovechar de tomar agua de una fuente, la que realmente tenía poderes a pesar de su mal sabor ,  honestamente me sentí bastante respuesta de un resfrió que me molestaba hace días... efecto Placebo o poderes curativos del mismo Plutón?

La piscina tiene agua a 35º grados de temperatura, y está adornada con puentes, pasadizos y columnas romanas reales donde puedes sentarte a descansar, se puede acceder a ella previo pago de 25 LT.

Pudimos disfrutar de la piscina con total calma y relajo como por una hora, sumergidas, beneficiándonos del agüita y salimos rejuvenecidas :)





A la salida y por 20 dólares podías además optar al tratamiento de moda: pedicure con Garra Rufa, unos pececillos pequeños originarios Turcos que tienen una enzima en su saliva que digiere las células muertas de los pies mientras están "en remojo" ... nosotras por esta vez pasamos ...

Salimos del parque una vez duchadas y vestidas por el lado contrario desde donde entramos y nos fuimos a almorzar muy cerca del hotel. Se trató de un almuerzo bufete que compartimos con una pareja de Canadienses encantadores que estaban en una escala en su camino a Dubai.

Después de tan relajado almuerzo nos despedimos de la guía, de los comensales y tomamos la van que tres horas después nos dejó en Selçuk.

Nuestro hotel Bella, hacía honor a su nombre, el dormitorio y el pasillo por el que se accedía a a él era hermoso y con detalles muy delicados, además estaba excelentemente bien ubicado y tenía una tienda en que vendían piezas de cerámica perfectas, con unos colores lindísimos, compré un azulejo con el árbol de la vida pintado a mano, por 13 euros, que está hoy en la puerta de mi casa protegiéndola.



Decidimos salir a caminar por los alrededores y encontramos el encantador Eski Eve (The old House), con una terraza acogedora y una atención de primer nivel. Ordenamos nuestro favorito Peynerli y Patatosli, que es la  misma masa delgada a la plancha, pero rellena con puré de papas, por 7 LT cada uno, un Humus de lujo, vino Turco (sarap) y cerveza local Efes,  el total de a cuenta 39 LT.




Aprovechamos la salida para vitrinear el comercio local, caracterizado por la cerámica pintada a mano y las alfombras y cojines bordados, nuestra primera experiencia de regateo fue un total fracaso, terminé comprando una alfombra bordada en "hilos de seda", linda, pero que no tenía intención de comprar, y que después de un mes encontraría en Kathmandu por un tercio de lo que pagué :(....

De regreso al hotel subimos a su terraza que permitía una vista hermosa de la ciudad, y estaba también magníficamente decorada, pero cerraron muy temprano y nos quedamos con las ganas de fumar Narguile.




Nos quedamos mirando la basílica de San Juan Evangelista que estaba en frente, conversando de las maravillas que disfrutamos y lo rico que comimos y disfrutando de la noche, que estaba tibia y tranquila.

domingo, 12 de febrero de 2012

Día 4: Recorriendo Cappadocia

Partimos el día con una ducha exquisita en nuestro baño cueva, que incluía como amenidad hasta un guante exfoliante, así que con nuestra piel lustrada, nos fuimos a tomar un tranquilo desayuno que brindaba el hotel, que incluía mucha fruta, diferentes quesos, panes, y lo usual: jugos y café.




Desde que planee el viaje a Cappadocia me vi volando en globo aerostático por sobre la zona, desafortunadamente además de no haber reservas disponibles (hay que reservar con anticipación en www.royalballoon.com), el viento había impedido los vuelos matutinos (empiezan cerca de las 06:30 A.M) los 3 últimos días, así que estaba todo atochado, de hecho mientras estuvimos allí salieron sólo los  vuelos privados en la tarde.



Partimos nuestro recorrido con un grupo de 4 personas más y la misma guía que el día anterior en el pueblo de Mustafapasa ubicado a 6 kms de Ügrup. Se trata de un reducto muy poco turístico, donde residieron los Griegos Ortodoxos hasta principios del siglo XX, de ahí que también es conocida como Sinasos o "la Atenas de Asia Menor".

Después de finalizada la primera guerra mundial, se produjo un intercambio de habitantes, regresando los Musulmanes que vivían en Grecia, y abandonando los Griegos la zona para volver a su patria, dejando su legado de arquitectura  que perdura y es admirado hasta hoy y que con los años se fue mezclando con las formas Otomanas, lo que hace a este pueblo tan particular.



Caminamos tranquilas, mientras Feray, nuestra guía nos explicaba la diferencia entre las casas Griegas y Turcas (la existencia de cruces y el uso de tejas), nos enseñaba el monasterio situado justo en frente de la principal Mezquita y nos instaba a maravillarnos con las formas y pinturas de la Iglesia de Constantino y Helena.




Desde allí y previamente habiendo visto a los actuales habitantes de Mustafapasa en sus actividades cotidianas, nos fuimos al sector del Monasterio de Keslik, que data del siglo VIII y donde pudimos admirar las pinturas que caracterizan a las antiguas iglesias Bizantinas (se dice que en la zona había más de 400), además de la capilla de San Stefano y el lugar destinado al comedor con capacidad para 50 personas.



Las pinturas que se encuentran en el interior del Monasterio son del periodo iconoclasta (siglo VIII) y han perdurado gracias a la oscuridad que permite el hecho que las iglesias estén cavadas en roca, aunque, desde luego hay varias destruidas por la acción de los pueblos conquistadores Selyuquies, del humo y del mismo paso del tiempo, aún así resulta francamente impresionante que los colores aún brillen claros hasta nuestros días ...

Feray explicándonos las pinturas.


A la salida del monasterio la familia encargada del sitio nos paseó por los manzanares que rodean la zona ... a pesar que la única mujer presente no entendía nada de inglés igual nos pudimos comunicar... fue muy  preocupada por nosotras , aconsejándonos - conforme nos tradujo Feray- que no nos sentáramos en la roca porque estaba húmeda y helada y nos podíamos enfermar :)


A continuación nos exhibió un estante con muñecas típicas vestidas a la usanza de la zona de Anatolia,  hechas a mano por ella por supuesto y que costaban 5 LT.



Y fue ahí cuando nos sorprendieron reuniéndonos a todos para brindarnos te a la manzana o cherry sour, luego de alistar el agua en un hervidor muy especial ...



Nos despedimos alegres y reanudamos la marcha al sector de las ruinas de Sobessos, un asentamiento romano del siglo V, del cual se conservan las instalaciones de su antigua iglesia y sus tumbas adornadas por mosaicos perfectos.

El área aún está en excavaciones, por lo que se puede visitar sólo la parte donde los arqueólogos no están trabajando.



A la salida pudimos ver  los vestigios de la zona termal.



Nuestra siguiente parada fue la zona del valle de Soganli, hasta donde se llega por un camino lindo rodeado por álamos y que se caracteriza por las 26 iglesias cavadas en sus laderas.

Comenzamos por la Iglesia de las Serpientes, llamada así porque los habitantes no conocían a los dragones que protagonizaban uno de los frescos donde aparecen atacados por San Jorge y San Teodoro, por lo que por analogía lo nombraron por la especie más parecida, pero conocida para ellos.

En el interior de la iglesia hay un icono que representa a Jesús anciano, con sus cabellos blancos.






Saliendo de ahí cruzamos caminando el río hacia la otra zona del valle y seguimos el sendero en una marcha suave.



Visitamos Kubbeli Kilise, que es una iglesia impresionante, construida en tres niveles y adornada con una cúpula en su tope y también la iglesia escondida (Sakli Kilisi)

En medio del camino, la guía saludó a un hombre local que luego de unos segundos llegó con unos racimos de uva para nosotros, un gesto tan dulce como las uvas que estaban realmente deliciosas.


Una vez terminada la visita caminamos a la van y nos fuimos a almorzar. Había tres opciones de menú: meatballs, chicken cacerola y omelette vegetariano y de postre Braklava ... pero antes nos ofrecieron lo que sería nuestro plato favorito en adelante: Peynerli, que es una masa finita como de panqueque relleno con queso y barnizada con mantequilla, de li cio so :)

Omelette vegetariano

Caminamos luego de almorzar y tomar nuestro café turco por los puestos de artesanía, donde encontramos más muñequitas, camellos de cuero y muchas prendas hechas en lana, que son las que han hecho famosa a la zona.


Selma, quien hacía con sus manos la ropita de las muñecas.

Una vez finalizado nuestro tiempo libre nos dirigimos a la ciudad subterránea de Derinkuyu, que data del siglo VII y que fue erigida para protegerse de los enemigos al igual que la vecina Kaymakly. 

Esta ciudad es reconocida como la más grande de las de la zona, con 18 niveles, de los cuales solo se pueden visitar 8 y capacidad para albergar 10.000 habitantes, primero a los Hititas y luego a los Cristianos.

www.tectonicablog.com

Una vez finalizada la visita, que fue más breve que la que hicimos el día anterior a la ciudad subterránea de Kaymakli, paramos a tomar te a la manzana servido a la usanza Turca en coquetos vasitos y descubrimos como se hace el Peynerli .... 



Regresamos al hotel cerca de las 18:00, y tuvimos tiempo suficiente para maravillarnos con un atardecer de ensueño, usar internet y despedirnos de todas las personas que tan bien nos habían atendido, brindando con más te a la manzana por supuesto.


A pesar que era muy fácil llegar al terminal de buses caminando, nos llevaron  en la camioneta del hotel -como parte de su hospitalidad- nos despedimos agradecidas  y  abordamos  a las 20:00 horas el bus que nos conduciría a Denizli.

Después de dos paradas eternas de 30 minutos cada una, y de una porción de camino donde el bus bajaba raudo, y temblaba todo en su interior, llegamos sanas a nuestro destino a las 5:30 A.M.

La gente de nuestra agencia  nos esperaba y nos condujeron a Pammukale, distante a unos 15 minutos en auto, donde nos ofrecieron dormir unas horas en el hotel contiguo por por 50 LT, lo que aceptamos felices pensando que además aprovecharíamos la ducha y el desayuno, así que dormimos pronto y ansiosas por la maravilla que esperábamos visitar apenas saliera el sol ...