Etiquetas

domingo, 28 de julio de 2013

Día 8: Teotihuacan y Basilica de Nuestra Señora de Guadalupe.

Iniciamos nuestro día como es habitual disfrutando del profuso bufete de desayuno en la terraza del Hotel Holiday Inn Zocalo,  observando al mismo tiempo como la ciudad comenzaba a despertar.

Partimos temprano el tour  que contratamos el día anterior,  saliendo muy puntuales  a las 08:30 horas, para recorrer los 45 kilómetros que separan al D.F de la "ciudad donde nacieron los Dioses", más conocida como Teotihuacan.

Hicimos una parada muy turística (como odio esa parte de los tours organizados) a un sitio donde enseñaban sobre las distintas especies de piedras preciosas y semi preciosas originarias  y su uso en artesanía, con un gran salón de ventas a precio de turista first class.




Lo único bueno de esa parada fue que además de las piedras y sus usos nos enseñaron sobre el Maguey, que es el nombre pre hispánico que se daba las distintas clases de Ágave, materia prima para la elaboración del Mezcalito y Tequila (como habíamos aprendido en el estado de Jalisco días antes), pero también fuente de origen del Pulque - bebida que según dicen tiene propiedades afrodisíacas- que nos convidaron para degustar.



Esta planta es tan  versátil que, de acuerdo a los que nos contaba el encargado, permitía obtener de sus hojas papel, agujas y fibra vegetal que servía para hacer  ropa; incluso nos contó anecdóticamente que la capa del indígena Juan Diego donde se imprimió milagrosamente la imagen de Virgen de Guadalupe- Patrona de México- estaba hecha con fibras de Maguey.



Luego de recorrer la tienda emprendimos la marcha hacia la ciudad de Teotihuacán, una de las ciudades más grandes e importantes de Mesoamérica,  que fue asiento de la cultura del mismo nombre, la que tuvo su mayor apogeo entre los siglos III y IV d. C, desapareciendo misteriosamente durante el siglo VII dC,  siendo declarada como Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en 1987

La historia que se conoce del sitio tiene como punto de partida investigaciones que iniciaron en los años 60, cuyo levantamiento permitió conocer que la ciudad que se extendió por 20 kilómetros cuadrados y llegó a tener más de 120.000 habitantes.




Iniciamos en recorrido en el recién restaurado el Patio de los Pilares, del Palacio de Quetzalpapalotl, donde aun se conservan las pinturas con motivos geométricos únicos, tan antiguos y bien conservados que llegan a emocionar.


Se piensa que este palacio, también llamado de la Mariposa, fue habitado por los sacerdotes o por la elite de la sociedad, debido a sus profusos decorados y bajorrelieves, uno de ellos de la Mariposa emplumada que le da el nombre.


Justo saliendo del Palacio encontramos la Plaza de la Luna y la Pirámide de la Luna, que se eleva sobre los 45 metros de altura, y que tiene su origen en el año 200 d.C en la primera de sus etapas.



Se dice que en las excavaciones hechas a fines de los noventa se encontraron en su interior restos humanos y de otros animales como jaguares, serpientes, pumas y aves, además de piedras y   bastimentos presumiblemente perteneciente a guerreros. 



Caminamos luego por la Calzada de los Muertos que se extiende por dos kilómetros uniendo la pirámide de la Luna con la del Sol  y articulando además la Ciudadela.

Mientras la recorríamos con total calma, nos abordaban a cada momento varios vendedores de figuras de piedra y también de joyas, jurando aquellos que eran de plata 9.25, exponiendo sus mejores habilidades negociadoras, rebajando el precio al 30% del original, sobre todo cuando insistimos en nuestra calidad de sudamericanas, haciéndonos así de varias pulseras  muy bonitas y baratas (aun cuando resultaron ser de alpaca).




Llegamos a la zona de la Piramide del Sol en cuya base se ejecutaban danzas originarias por un grupo enorme de bailarines emplumados, quienes saltaban y giraban al ritmo de los tambores.


 

La Pirámide que data del siglo I dC, se eleva sobre los 65 metros de altura, es la segunda más alta de Mesoamerica (después de la de Cholula) y claramente es el objetivo principal de la visita para todos los turistas.

Nosotras nos animamos a subir un poco dudosas de nuestra capacidad, pero la verdad es que había tanta gente y la velocidad de ascenso tan lenta que no costó nada llegar a la cima.


Una vez arriba pudimos dominar la vista de todo el sitio intentando dimensionar la cabida e imaginar como transcurría la vida en los tiempos de sus habitantes originarios, recordando que según la leyenda creada por los Aztecas en este lugar fue donde nacieron el sol y la luna.



Bajamos despacito también al ritmo de la aglomeración y observamos la pirámide desde abajo, igual orgullosas por haber alcanzado la cúspide.


Y caminamos a la puerta donde nos reuniríamos con nuestro grupo para ir a almorzar; el lugar elegido fue el restaurante El Jaguar, donde nos ofrecieron un bufete de especialidades mexicanas (incluido en el precio del tour), amenizado con danzas originarias ejecutadas al ritmo de fuertes tambores y cascabeles.




Conversamos con varias personas del grupo mayormente mujeres viajando solas, provenientes de Argentina y Colombia, todas muy interesantes nos contaban sobre su vida, trabajo y fascinación por la cultura Mexicana: María Teresa, abogado Cordobesa nos relataba de la reivindicación de los derechos reproductivos de las mujeres que hacía desde la universidad donde trabajaba, mientras Cecilia- mi tocaya- nutricionista también argentina, nos contaba de su propia reivindicación que la animó a viajar sola, mientras nosotras contábamos de nuestro trabajo y donde queríamos dirigirlo.


Desde el restaurante regresamos al D.F para visitar la Insigne y Nacional Basílica Santa María de Guadalupe, situada en el sector de Tapeyac, lugar donde la Virgen se habría aparecido al indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin en 1531 solicitándole que le pidiera al Obispo de la época que erigiera un Templo. 

Cuenta la leyenda que Juan Diego efectivamente habló con el Obispo, quien confundido le pidió pruebas de su contacto con la Virgen, instruyendo aquella al indígena  a subir al cerro y recoger las flores que allí habría no obstante ser pleno invierno, él obedeció y recogió las flores más hermosas que había visto, las envolvió en su capa (que como habíamos  aprendido en la mañana estaba hecha de fibras de Maguey) y se las presentó al Obispo, sorprendiéndose ambos al descubrir que la imagen de la Virgen estaba impresa en las fibras que contenían las flores, exhibiendo orgullosa la virgen un rostro mestizo ...  el Obispo ordenó obviamente de inmediato dar cumplimiento al pedido, dedicando el Templo a partir de ese momento a quien se convirtió en la Patrona de México y en el alma del país. 





Caminamos por el Atrio de las Américas, que es una explanada en cuyas orillas se sitúan los edificios más relevantes como la antigua Basílica y el Convento de las Capuchinas, y que a esa hora estaba en plena actividad, y llena de personas provenientes de todo el mundo.



Ingresamos a la Basílica Nueva levantada a partir de 1974, debido a los daños estructurales de la original, cuyo suelo se estaba hundiendo y para aumentar su capacidad para albergar a los mas de 20 millones de fieles que la visitan al año, convirtiéndola en la iglesia más visitada después de San Pedro en el Vaticano.




La imagen de la Virgen está situada detrás del altar principal, corriendo debajo de él dos cintas transportadoras que permiten una vista estupenda e impiden al mismo tiempo los atochamientos: estar ahí tan cerca de esta imagen de tanta leyenda y simbolismo supone una verdadera emoción por lo que tienen que garantizar que todos tengan espacio y tiempo para admirarla, además de hacer el lugar más seguro.


Estar ahí en frente de la cariñosamente llamada Lupita es realmente emocionante, la atmósfera y la devoción de los visitantes la aumentan, no pudiendo uno evitar maravillarse por estar ante una imagen de casi 500 años, y también por la cantidad de simbolismos  y mitos que la rodean: el hecho que sea una imagen de la virgen Mestiza, que se haya aparecido a un indígena, que las estrellas del manto coincidan con la locación de los astros en diciembre de 1531, y que a pesar de haber estado la capa a la intemperie durante años, no se haya dañado, permaneciendo intacta incluso después de una bomba.




Saliendo de la Basílica donde se estaba desarrollando la misa y nos dedicamos a disfrutar de su original forma y colores y a recorrer los otros edificios.



Visitamos la original Basílica que data de 1685 y el contiguo Templo y Ex convento de las Religiosas Capuchinas que fue levantado en 1792, ambos en actual proceso de conservación por el hundimiento del suelo donde se encuentran levantados. 


Pasamos también por la tienda de recuerdos para comprar Rosarios y regalos para nuestros familiares y amigos más creyentes y pasamos por el estratégicamente situado Módulo de Bendiciones donde un sacerdote arrojaba agua bendita a personas y objetos, incluyendo a nuestro grupo, emocionados, agradecidos y maravillados con la devoción popular que despierta la también llamada Reina de México.



Salimos de la Basílica a través de la feria donde vendían toda clase de imágenes religiosas, flores y velas y nos despedimos felices, caminando hacia la van de regreso al hotel.





Llegamos al Hotel a descansar y arreglarnos para nuestro posterior plan, otro high light de la ciudad al que íbamos con altas expectativas: la mundialmente famosa Plaza Garibaldi. 

Como ya era usual el botones del Hotel nos advirtió sobre los peligros de la ciudad, sobre todo de este sitio, (insisto que no me pareció tan peligroso y que tomando simples medidas de seguridad- no llevar la cámara Réflex e ir con poca plata- se puede ir con tranquilidad y disfrutar de un súper buen panorama)  por lo que optamos tomar un taxi del hotel, pactando también que nos recogiera a una hora y en un punto determinado lo que nos resultó más que bien.


www.maspormas.com/noticias/df/mezcal-de-oaxaca-la-plaza-garibaldi


El panorama cuando nos bajamos del taxi era espectacular, nos recibió el remozado Museo del Tequila y el Mezcal, y la explanada llena de gente y de músicos tocando al unísono, tanto Mariachis afinadísimos como bandas interpretando música del norte, que está ganando terreno progresivamente.

Para elegir a que local entrar decidimos alejarnos un poco del circuito turístico que obligaba a ir a Guadalajara de Noche (en Guadalajara habíamos visitado El Bariachi que en el fondo era más de lo mismo), así que seguimos a los grupos de locales que presumíamos celebraban algo y acertadamente entramos al Salón Tenampa (www.salontenampa.com), "donde la tradición se vive".






Nos sentamos al lado de la barra donde pudimos disfrutar de la música animada de grupos de Mariachis que tocaban grandes clásicos y de la onda relajada de las personas que celebraban sus cumpleaños, aniversarios, la vida misma y las vacaciones, como nosotras, al sabor de los Margaritas (muy suaves) y las Botanas que nos recomendaron, con quesadillas y tacos de pollo más Guacamole.



La garzona que fue la persona más amorosa que nos tocó, nos animaba a tomar más Margaritas, regalándonos un corto de tequila en cada pasada, presentándonos además a la fotógrafa que por unos pesos nos inmortalizó  en la máxima turistada a la que nos prestamos felices de la vida.

Salimos del Tenampa a disfrutar un poco de la plaza antes que llegara nuestro taxi a buscarnos a lo Cenicienta, (12:30 AM, porque después según el mismo taxista la cosa se ponía compleja por los borrachitos),  y observamos toda su actividad, hay harta policía, y se permite el consumo de alcohol dentro de ella.

Los Mariachis se acercaban a ofrecer sus canciones, y a conversar de donde veníamos y donde estaban nuestros esposos,  acercándose también los oferentes de la entretención más bizarra que he visto en mi vida consistente en la venta de "toques", para determinar al "más macho" del grupo, y que en definitiva es la aplicación de corriente eléctrica en las manos del valiente proveniente de una batería que el oferente lleva colgando en el cuello... y que obviamente no experimentamos...

Nuestro taxista Angelito llegó puntual a buscarnos ávido de nuestra opinión del lugar, riéndose de nuestro entusiasmo por la onda de la Plaza y dejándonos sanas y salvas en el Hotel, donde nosotras subimos  directo a descansar.



Hotel: Holiday Inn D.F. Zocalo
Tour: Teotihuacan y Basilica de Guadalupe Agencia Kinich Coyol (www.kinich.com)




2 comentarios:

  1. Una entrada preciosa pero me quedo con la subida a las pirámides... no te imaginas las ganas que tengo que visitarlas!!
    Una entrada preciosa y toma nota de todos tus consejos y comentarios.
    Un besito desde http://yoadoroviajar.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Como Siempre gracias por pasar a leer y un gran animo para salir a recorrer !!!!
    Cariños desde Viña !!!!

    ResponderEliminar