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lunes, 10 de diciembre de 2012

Día 44: Un adiós de casi un día en Tánger y regreso a Madrid.

La Maison Hassani despertó hoy en total silencio, lo que me costó creer, por lo revoltosas que habían sido Nayat y Fati los días anteriores; la explicación era muy simple estaban desayunando en la terraza con Daniel que había llegado en la madrugada desde París, todos en bata. 

Me incluyeron amables en la preciosa mesa que habían dispuesto bajo el sol que hacía la vista a la Medina y al mar brillante y compartimos el desayuno compuesto por café recién preparado, jugo natural de naranja, pan calientito y pasteles.





Después de tan grato momento de conversación trilingüe (con una palabra en español, una francés y una en inglés), salí a caminar hacia nuestra vecina Kashba, con toda la calma del mundo.


Encontré en mi camino con la Puerta de la Kashba que ha inspirado a pintores como Matisse y Bruno Richter, quien la inmortalizó, tal como existe hoy (salvo por el farol con energía eléctrica).




 

Visité el Museo del Kashba, que funciona en un Palacio que fue levantado en el siglo XVII y,que sirvió como casa del Sultán,  pero ese día estaba cerrado, no se si por la hora o porque no funciona del todo....




Me devolví por la Puerta Mágica (lo digo porque entrar a la Medina es retroceder en el tiempo de inmediato) y bajé adivinando al Socco hasta que di con la Plaza 9 de abril situada en las afueras del Grand Socco y rodeada de edificios tan importantes y emblemáticos como le Cinemateque Rif, la Mezquita Sidi Bou Arrakia y el café Al Mountanzah, con una gran terraza de la que había disfrutado la noche anterior.. 




Me quedé largo tiempo mirando a la gente pasar, y midiendo el ritmo acelerado de esta zona, y disfrutando del sol que iluminaba y alegraba aún más la escena. 

Crucé la calle y la Puerta de ingreso a la Medina y al Socco, y el comercio se vino encima; mayormente dedicado al cuero en esa parte y también a las imitaciones de grandes marcas, que la verdad no me interesaban mucho.





Pasé a la pastelería a comprar algunas piezas para no olvidarme del sabor de mis favoritas Corns De Gazelle, hechas de almedras, azúcar y agua azahar y seguí mirando ropa, zapatos y souvenir.




Continué mi recorrido por otra parte del Socco, dedicada a la alimentación, donde encontré todo tipo de panes, más pasteles y cerros de dátiles.



Seguí por otro pasillo donde aparecieron los colores de las frutas y verduras ...


Regresé a la Maison a despedirme y a agradecer por la gran estadía, a todos sus habitantes y al vecino Medhi que desinteresadamente me aconsejó, acompañó y condujo por la ciudad (y lo mejor en Español).

Pasé a Café Baba por mi último te a la Menta y pasó Mohammed Ali a buscarme para llevarme al aeropuerto, (100 dirhams) por encargo de Nayat.


Llegué a Ibn Batoute International Airport, el que se encuentra a 30 minutos de la Medina (11 kilómetros), con bastante tiempo para abordar el avión que había reservado y comprado desde Chile en Ryanair, por 30 euros.(solo incluía el pasaje una pieza de equipaje de mano - la maleta grande la había dejado en Madrid- viajar ligera de equipaje es mi mejor consejo).

El viaje fue tranquilo- obviamente no incluyó nada- y tardó 1 hora 15 minutos. 

Una vez en el aeropuerto de Barajas compré el ticket de metro combinado y por 4.95 después de 45 minutos estaba en Estación El Sol, camino a mi hotel Carlos V, Best Western, que siempre me acoge en mis estadías en Madrid.(54 euros, sin desayuno).

Salí una vez instalada a caminar hacia Callao donde aproveché de comer algo ligero y de vitrinear por FNAC ( a punto de cerarr) y sus ofertas que estaban muy atractivas como es usual, sobre todo en la selección de Greatest Hits, así que me fui feliz con mis discos, alimentada y cansada a soñar con mis últimos dos días de vacaciones en la capital Ibérica :).   


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