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martes, 3 de septiembre de 2013

Día 1: Bienvenida a Vietnam, despertando en Hanoi. 3 de Febrero de 2013


Arribé al Aeropuerto Charles de Gaulle en París proveniente de Santiago a las 11 de la mañana, después de 12 horas de vuelo tranquilo vía Airfrance (esta vez sin opción de comida vegetariana), así que tuve tiempo suficiente para cambiar de Terminal, pasear por el Duty Free enorme, y esperar tranquila a que llegara mi amiga Mariela, con quien me reuniría para abordar mi conexión a Hanoi vía Vietnam Airlines.

Puntualmente a las 13:30 horas abordamos el vuelo que casi 11 horas más tarde nos dejaría en la capital de Vietnam, Hanoi, luego de recorrer casi 10.000 kilómetros y 6 husos horarios.

A las 6:30 horas llegamos al Noi Bai International Airport, donde nos estaba esperando el taxi que previamente y por 18 US, habíamos pactado en el Hotel (luego de reservar en boooking.com, se pusieron en contacto conmigo para arreglar los detalles de la recogida en el aeropuerto, el day use  de la  habitación, sugiriéndonos algunas tours a precios muy competitivos en relación a las ofertas que se encontraban en línea).

Llegamos al Essence Hotel (www.essencehanoihotel.com) después de recorrer los 45 kilómetros que separan al aeropuerto de la parte antigua de la ciudad (Old Quarter, área de Hoam Kien),  los que  atravesamos por una carretera grande rodeada por varios campos de cultivo, el río Rojo, que corre ancho y caudaloso  y adentrándonos en una ciudad plena de movimiento, llena de motos con 2,3,4 personas y otras además cargando árboles (después sabía por qué).



Pham, fue nuestra recepcionista a cargo, nos explicó el detalle de la cuenta, las actividades que podíamos hacer esos días, la ubicación del hotel entregando el mapa respectivo, además de brindarnos un jugo de Sandía muy reconfortante y una toalla caliente para sanitizar nuestras manos cansadas, ubicándonos en nuestra habitación "prestada" por ese día (25 US) y bienvenida al lujo asiático! (en versión budget eso sí)

Luego de ducharnos, partimos de inmediato a la calle para recorrer la ciudad, le pedimos a Pham que nos pidiera un taxi fiable (los blancos con taxímetro), cambiamos dinero en el mismo hotel (20.000 dongs por 1 dólar) y partimos al primer y más importante highlight de la ciudad: Ho Chi Minh Complex.

10 minutos después estábamos en la puerta del complejo, donde empezó toda la solemnidad. Después de pagar los 20.000 Dongs en la entrada pasaron nuestras carteras por el detector de metales, nos instruyeron a taparnos los hombros y a dejar las cámaras fotográficas y teléfonos en custodia (los   devuelven a la salida), indicándonos además que es un recorrido único pre determinado, debiendo ceñirnos a él y a las indicaciones de los guardias.



Iniciamos el recorrido por el Mausoleo de Ho Chi Minh, que conforme iría descubriendo con los días es la verdadera alma de Vietnam, y la figura más importante del movimiento revolucionario que puso fin al colonialismo Francés (Viet Minh o Frente para la liberación de Vietnam), sentando además las bases del Viet Cong que años más tarde derrotaría a los Norteamericanos en la Guerra de Vietnam.


El tío Ho, como familiarmente  lo llaman murió de Tuberculosis en 1969, y si bien deseó ser cremado, fue embalsamado para exhibirlo y exaltar su figura. Su cuerpo yace dentro de este enorme mausoleo, fuertemente custodiado en una sala muy fría, en la que no se puede reír, hablar, ni detenerse más que unos segundos frente al líder para admirar su tono grisáceo de piel y su delgadez, pensando si el pobre estaría descansando en paz si no se cumplió su voluntad en nombre de la revolución.
  
Saliendo del Mausoleo y habiendo recuperado nuestras cámaras continuamos el recorrido hacia el Palacio de Gobierno - que sirvió de residencia al Gobernador de Indochina en sus días, y que por razones obvias el tío Ho, no habitó, reservándolo sólo para ceremonias oficiales - y al Jardín de Mangos.




Luego visitamos la dependencia privada donde guardaba su auto (Peugeot 504) y la habitación contigua donde estaba su escritorio y  continuando alrededor de la laguna encontramos la Casa   donde el líder  residió hasta su muerte.



La casa muy sencilla hecha de madera es preciosa y alberga en su interior algunas pertenencias personales como su teléfono y unos cascos.


La laguna está rodeada de Cipreses y unos jardines verdes y exhuberantes, que maravillan a todos los visitantes, que a esa hora afortunadamente eran pocos.



Caminamos al área de las tiendas y encontramos otro lugar precioso:  One Pilar Pagoda, precedida por un altar a la Maestra Quan Yin. Esta pagoda fue construida en 1049 por el emperador Ly Thai Tong, en gratitud por habérsele concedido un hijo que no podía tener,  y representa una flor de Loto saliendo del estanque. Si bien, no es la construcción original, es de las edificaciones más lindas que vi en la ciudad.



Continuamos el paseo al área del Museo de Ho Chi Minh, que funciona en un edificio espectacular,  en el que se guardan sus pertenencias, y fotos, y en el que decidimos no profundizar en honor al tiempo.


Seguimos paseando esta vez por la explanada frente a la plaza Ba Dinh, en la cual constantemente marchan soldados cambiando la guardia del mausoleo, enmarcado por decenas de banderas de Vietnam y del Partido Comunista, con su rojo y amarillo brillando la hoz y el martillo, recordándonos su estirpe.



Desde la plaza se obtienen estupendas vistas del mausoleo, y de su impronta, así como de la frase destacada también en un fuerte rojo "República Socialista de Vietnam para siempre". Nosotras nos quedamos  ahí largo rato sacando  fotos y oficiando también de fotógrafas para todos los viajeros solitarios que querían su postal.




Una vez terminado nuestro paseo por el Complejo y habiendo ya subido un poco la temperatura, previa agua mineral de rigor (por 10.000 dongs) continuamos con nuestro recorrido caminando hacia las atracciones más cercanas, deteniéndonos a mirar por fuera la Torre de la Bandera, uno de los símbolos de Hanoi, que data de 1812 y que se erige contigua al Museo Militar de Vietnam.





Apenas cruzamos la calle encontramos una de las pocas estatuas en pie de Lenin, situada en un parque muy lindo, verde y frecuentado.



Guiadas por nuestro mapa caminamos unas 7 cuadras por un barrio lindo donde se ubican algunas embajadas y el Hospital.


Una curiosa arquitectura

Llegamos a nuestra siguiente parada: el Templo de la Literatura, que data del año 1070, y que fue la primera universidad en Vietnam, fundada para educar a los hijos de los mandarines, la nobleza y la realeza, funcionado allí por 700 años. (Entrada: 28.000 VND más folleto)




El templo tiene varios patios, todos adornados con letras hechas de flores y lámparas suspendidas de cables, es un lugar realmente pacífico que supone un descanso, considerando el ajetreo exterior y, tan hermoso, que estaba lleno de niñas sacándose fotos vistiendo sus lindos Ao Dai, que son esos trajes de seda compuestos por una túnica abierta a los lados con un pantalón ceñido del mismo color, o uno similar que  les hace  una facha tan delicada y femenina a todas las que lo llevan.



Una viajera que se creyó el cuento

Avanzamos por los patios recogiendo postales y nos encontramos con la laguna a cuyo rededor se encuentran varias tortugas cada una de las cuales representa a los 82 Laureates que recibieron su doctorados en la universidad desde 1442.


Continuamos nuestro paseo y dimos con una explanada con algunas tiendas de recuerdos mayormente dedicadas a los libros y amuletos de origen Chino, encontrándonos también con el Templo dedicado a Confucio, que es uno de los ejemplos más clásicos de la arquitectura Vietnamita.




En el interior del Templo habían varias estatuas dedicadas a Confucio, frente a las cuales las personas oraban haciendo movimientos muy sincronizados y en un clima de total respeto y recogimiento.



Emprendiendo ya la salida nos encontramos con la puerta de Khue Van, que también es un símbolo de la nación y presente en los billetes de cien mil Dongs.




Después de habernos quedado largo rato admirando los patios del Templo decidimos tomar un taxi de regreso al hotel (7.000 VDN) y salir a recorrer los alrededores de nuestro Old Quarter que a esa hora bullía en actividad, transitando en las estrechas calles decenas de motos y bicicletas, y entre medio de las aceras varias personas comiendo sentadas en asientos bajitos.

Caminamos sólo un poco pues nos entusiasmamos con un masaje de pies de 75 minutos que prometía ser una experiencia superior y la cura para cualquier jet lag que nos pudiera afectar, así es que pagamos gustosas los 200.000 VND (menos 20% de descuento, que igual dejamos de tip), y recibimos a cambio un masaje de lujo: la encargada nos hizo varias pulsiones en piernas y pies, poniendo toallas humedecidas con agua caliente para relajar, y luego de hacer un drenaje, pasó a hacer un masaje cortito en la cabeza, cara y cuello que a mi me dejó como nueva, no notando que había viajado contra el tiempo las últimas 24 horas. 

De regreso al hotel decidimos comer en el restaurante, inclinándome yo por un  pollo salteado con verduras y almendras, con sopa y arroz de cortesía, explicándonos la garzona sobre los platos, y la forma de comerlos, instruyéndonos que primero tomáramos la sopa, y jamás la mezcláramos con el arroz y sobre los vinos que tenían en el menú, sorprendiéndose cuando le dijimos que éramos Chilenas igual que el vino de la carta, porque ella nos decía que nunca había visto a nadie de nuestro país.


Después de almorzar mi amiga Mariela se fue derecho a dormir una siesta y yo a dar una vuelta por el barrio comercial y movido al máximo, sorteé motos y bicis y tras varios bocinazos, empecé a habituarme al ritmo acelerado de las calles (recordé Cairo y Nueva Delhi y la hazaña que supone cruzar una calle más grande), no dejando de llamarme la atención la cantidad de motos que llevaban arbolitos cargados de mandarinas o flores, Pham me contó que en los días siguientes se celebraría la fiesta del Tet (año nuevo Chino), siendo de buen augurio adornar la casa con estos arbolitos ("just like your christmas tree" me explicó).



Después de tomar un Te de Loto en el Café de París (3.500 VND), fui a buscar a mi amiga al hotel, para salir a recorrer el resto del barrio y el lago Hoan Kiem, de agua natural y escenario de una famosa leyenda que nos cuenta sobre una tortuga le entregó una espada con la fuerza de mil hombres a un Emperador con la que éste logró ganar a los conquistadores Chinos, devolviéndosela al animal el que se sumergió junto con ella hasta el fondo del lago, donde permanece hasta hoy.





Caminamos un poco por la orilla del lago, rodeado de hermosos jardines llenos de plantas y flores, para conocer el Templo Ngoc Son, al que se llega por un punte rojo bellísimo, pero que ese día estaba cerrado a los visitantes por ser sede de una convención.



Nos devolvimos unas cuadras al  área más comercial, y encontramos la calle de las joyas (Hang Bac) llena de pequeños talleres con los joyeros trabajando en oro, plata y jade, y con la calle del papel (Hang Ma), que era bellísima, llena de globos rojos con dorado, de papelerías  y de todos los posters del año de la Serpiente que estaba por comenzar, ( por lo mismo estaba repleta).




Continuamos el paseo aprendiendo de a poquito de las tradiciones del año nuevo, y de lo que teníamos que comprar para asegurarnos prosperidad y amor en el año venidero, particularmente compramos por 1 dólar unos sobres rojos con unas serpientes dibujadas en las que se guarda dinero para entregar a los niños de la familia.



Paseamos avanzando un par de cuadras por el área del Mercado Cho Dong Xuan, que ya estaba cerrado y decidimos regresar curioseando por las tiendas de ropa, y alimentos, maravilladas por la cantidad de colores y luces, incluidas las banderas patrias por todas partes, en calles y casas.




Avanzamos otro poco y nos encontramos con una sorpresa la Catedral de San José, erigida por los Franceses en 1886, a imagen y semejanza de Notre Dame y por lo tanto nos recibió la misma Virgen María. 


La verdad a mi me sorprendió encontrar una iglesia Católica acá, pero me explicaron que tanto los Portugueses y luego los Franceses introdujeron la religión, cuyos practicantes hoy no superan el 10% del total de la población mayormente Budista.

El interior de la iglesia es muy bonito y sencillo, y trasmite una paz muy grande no obstante situarse a un par de cuadras de la avenida donde circulan las mil motos en un desorden total.


Llegamos de regreso a la zona del lago y subimos al City View Café, cuya terraza permitía una vista amplia al lago, los globos que emergían de él y al movimiento de la ciudad, el que no decaía ni un poco no obstante ya ir avanzando la noche.




Ordenamos para comer una pizza Napolitana y cerveza Hanoi, no muy buenas, disfrutando de la mejor vista al lago y del espectáculo que se montó en plana calle, el que incluyó canto, baile y número de malabarismo y monociclo, el que provocó un atochamiento de aquellos ...





Bajamos y caminamos el par de cuadras que nos separaban del Teatro Municipal donde disfrutaríamos para cerrar la jornada de las Marionetas de Agua (La entrada la consiguió Pham ese mismo día  por 6 dólares cada una, pero para la última función cercana a las 22:00 horas).


El espectáculo es realmente bonito y para mi un imperdible, por la música  que interpretan tres mujeres en  vivo tocando distintos instrumentos (lamento tanto no haber comprado el disco) y  las lindas escenas de actividades cotidianas que van montando con las pequeñas figuras que parecen flotar en su escenario.


Paseamos, guiadas por la música y los textos que en inglés proyectaban en unas pantallas, por cultivos de arroz, escenas de la vida de los pescadores, pasando por episodios del  Emperador y los bailes de las Diosas.




Cerraron el espectáculo saliendo a escena todos los marioneteros, quienes con el agua hasta la cintura y portando en sus manos flores de Loto encendidas, explicaban sin hablar a los asistentes la técnica con la cual le daban vida a estos pequeños que tan bien retratan las escenas de la vida más tradicional del país. 




Después de tan lindo espectáculo regresamos caminando al hotel donde nos asignaron nuestra habitación definitiva, en la que habían acomodado nuestras pertenencias; estaban las camas abiertas, con pétalos de flores encima, listas para recibirnos exhaustas de tanto paseo, pero felices y expectantes de lo que nos deparaba el país para los próximos días, si este fue sólo el primero!

Hotel: Essence Hotel Hanoi.
Guía: No








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