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domingo, 31 de octubre de 2010

Día 3: Murano y Burano


El día amaneció así de feo, previo previo café, definido como el mejor sabor de Italia, salí de mi barrio Cannareggio en busca de la parada de Vaporetto ( lancha de pasajeros con recorrido y paraderos fijos), compré mi ticket de 48 horas, o biglietto due giorni, por 26 euro y tomé la línea 42 con destino la Isola di Murano, 18 minutos después, habiendo pasado antes por el Cementerio Isla de San Michelle, estaba en Murano, de nuevo con el nudo en la garganta de emoción. ...


Caminé por la orilla de los canales disfruando cada vitrina. de joyas, jarrones y figuras,  con hartas ganas de ver un taller, pero descubrí que estaban reservados para los compradores de las tiendas exclusivas ... en eso me cruce con dos chicos cargando una carretilla con antiguedades, me sonrieron y les pregunté si podía entrar a ver que estaban haciendo en la fábrica desde afuera y me encontré asomada por la ventana con esta imagen conmovedora de tanta belleza...

 ... y me dejaron entrar...

Seguí mi recorrido conversando con las vendedoras, todas se quejaron que los chinos copiaron sus diseños y los venden más baratos por lo que sienten que su negocio se acaba.



Más tarde, previa pasada por Coop supermercado a comprar un te helado de 1.5 euro, tome la linea N con destino a Burano, una isla preciosa con casitas pintadas de colores para que los dueños de casa (marineros) pudieran reconocer la suya desde lejos.

Haciendo la razón, Murano es a Vidrio, como Burano es a ganchillo. Se dice que las mujeres de cada familia idearon un punto a crochet y lo desarrollaron, dándole fama a su clan ... cada pieza es carísima, pero fína y delicada. Las vendedoras, también se quejaron que el bordado a máquina les restó valor a su trabajo, pero están equivocadas, les suma el valor de lo exclusivo, de lo hecho a mano, de haberle dedicado tiempo a la pieza, eso es lo que finalmente las hace únicas y valiosas !.
 

Una curiosidad es que cada casa tiene además de puerta una cortina, un paraguas y una mopa...  la cortina es por el calor, me explicó una de las propietarias, lo otro se explica por si mismo.

 Ya de regreso (40 minutos Burano  aPiazzale Roma), decidí recorrer el Gran Canal en Vaporetto, desde allí se puede ver el finísimo Casino, la colección de Peggy Guggenheim alojada en un esplendido edificio, la estación de Vigili dei fuoco (Bomebros), la maravillosa Chiesa Santa María della Salute y los únicos cuatro puentes que lo cruzan, el Ponte della Constituzione, más moderno, diseñado por Santiago Calatrava, el puente de los Descalzos o Ponte degli Scalzi , el Rialto de 1581 y el Ponte dell´Accademia, que es el único de madera. 


Desembarqué en la estación de la Plaza San Marco, donde decidí subir al Campanille (por 8 euros, en ascensor), desde allí se obtienen vistas maravillosas ... más aún a la hora que subí porque estaba atardeciendo, aún cuando debí escuchar las campanadas que dieron la hora ! .  

San Giorgio Maggiore 
Santa María della Salute

Ya abajo de la torre, emocionada y también sorda, caminé de regreso al hotel, compré algunos recuerdos en el Rialto, aun cuando eran realmente caros, y pasé nuevamente por el supermercado por Yoghurt y aguas.

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