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lunes, 7 de mayo de 2012

Día 16: Jodhpur, Ranakpur y Udaipur. 25 de octubre de 2011.


Hoy desayunamos tempranito en el hotel Pal In Haveli, el habitual café negro, con tostadas y omelettes, con la mejor vista al Fuerte y emprendí luego de la despedida la retirada con destino a la ciudad Blanca de Udaipur. 

En el camino nos detuvimos en un sitio que según me contaba Dipa es todo un imperdible. Se trata del Templo de la Moto; India en general está lleno de templos de las más diversas religiones, pero este me pareció un tanto extremo....

La historia cuenta que un joven tuvo un accidente en moto y murió en la carretera ...  la moto quedó guardada en la estación de Policía y en la noche regresó sola al lugar del accidente, la policía informó a la familia del malogrado conductor y se la llevaron a la casa, desde donde volvió sola al lugar... Entonces la gente empezó a convertir al lugar en un centro de adoración, levantaron un templo al aire libre, donde  está el busto del joven y la mismísima  moto ... !



A la salida del templo  hay un árbol en el que hay que colgar una pulsera y se le pide un deseo... la tradición mandó y Dipa me alentó a colgar la mía....


Nuevamente nos lanzamos a la carretera, como es usual yo dormí mi correspondiente siesta en el asiento trasero y cuando despertaba Dipa me hablaba de los cultivos y de la forma de vida de las personas en el campo... Pasamos así de la zona desértica a una zona más verde, recorriendo los 226 kilómetros que nos separaban de la maravillosa Ranakpur.

Ranakpur es uno de los cinco lugares sagrados de la religión Jainista y esconde un Templo que es una verdadera joya, erigido en el siglo XV, está dedicado a Adinath, uno de sus 24 iluminados y como es usual fue construido con dinero de fieles que ganaron fortunas ejerciendo el comercio..

Se accede al complejo previo pago de 50 rupias y una revisión estricta del código de vestuario, pues no se puede ingresar luciendo piernas, ni hombros, ni artículos de cuero. (A quien va con short, le prestan una especie de pareo).




Está íntegramente construido en mármol blanco, y consta de 1.444 columnas, todas talladas en formas distintas... el lugar es magnético y se siente una muy buena energía en él ... no tiene paredes, solo los pilares ... y los techos forman 24 cúpulas también finamente decoradas, representativos de los 24 iluminados de la religión ( Se llaman Thirthan Karas).


Los jainistas practican la renuncia al mundo material para alcanzar la realización, por ello algunos se despojan hasta de sus vestimentas,  otros no, aun cuando conservan un respeto irrestricto a toda forma de vida, son vegetarianos estrictos, pues no consumen siquiera huevos, usan máscaras (no todos) para no matar ni siquiera un insecto ... 




En el interior del Templo principal pude presenciar la perfección...  no podía creer que exista un lugar tan hermoso ... el mármol brillaba distinto conforme estaba a la luz o a la sombra y en algunos tramados parecía transparente ... una maravilla y una fortuna ver algo así ...




Los Holly Men (no conozco la palabra técnica) circulan por el lugar, saludando con deferencia y dejan fotografiarlos a cambio de una donación para la conservación del templo.





Saliendo del gran Templo hay algunos otros más pequeños dedicados a otras deidades Jainistas, pero no por eso menos hermosos ... todos están profusamente decorados en su interior y exterior... lo único malo que caminar descalzo sobre el mármol caliente no es muy agradable ... 




Terminada mi visita volví al Templo grande, acercándome a un ángulo que me permitía ver el contraste con los verdes jardines  ... de verdad no me quería ir y no podía parar de sacar fotos... ha de ser uno de los lugares más lindos donde he estado en mi vida....



Caminé otro poco por el complejo donde además pude encantarme con las lindas flores ... y los verdes prados ....



Salimos de ahí y recorrimos un camino sinuoso alrededor de una montaña que nos condujo a nuestra parada intermedia para poder comer ...

Dipa ordenó Dal Guisado (too Spicy) y yo mi tradicional ensalada verde, con Chapatis adobadas con Ghee (mantequilla clarificada), que además fue disfrutada por los gansos que merodeaban en el lugar. 

Compartimos el almuerzo con otro conductor amigo de Dipa que paseaba a una pareja de italianos, y me contaban de las ventajas y desventajas de su  trabajo, que en términos generales los mantenía contentos a ellos, más no a sus familias, por las largas ausencias ...



Ya almorzamos reanudamos la marcha y recorrimos los casi 100 kilómetros que nos separaban de Udaipur, la ciudad blanca o la ciudad de los lagos, encontrándome nuevamente con las lindas imágenes  de carretera que no dejan de maravillarme: mujeres con cargas imposibles en la cabeza que caminan como si flotaran, ganados interminables y buses cargados hasta el tope.



Llegamos al Hotel Hill Lake , el que tenía una vista preciosa al lago Pichola, que brillaba a la hora del atardecer, pero que estaba un poco lejos del Bazar y al tope de una subida muuuy empinada para subirla caminando con la mochila.



 La vista de mi habitación era lindísima ... insisto en no se que tienen los atardeceres en India que son tan impresionantes.


Descansé un ratito y salimos con Dipa a caminar la ciudad ... a primera vista lucía comercial, y su ritmo  acelerado ... las calles contiguas al Fuerte estaban llenas y los Templos en plena actividad.

Todas las vitrinas tenían pequeñas velas o unos recipientes con aceite, pues estábamos en plena víspera del Dewali.


Caminamos a una de las orillas del lago, donde de día se ubican las mujeres a lavar la ropa y en la noche ofrendan velas y flores ...


Y continuamos al Bazar donde compré ropa realmente barata: ya era una ganga sin negociar el precio, pero, como la tradición manda, gané más descuento ofreciendo un 40% menos del precio original ofertado por el vendedor, y previa negociación (not for you not for me), llegábamos a un acuerdo satisfactorio para ambos....

También habían sastres que hacían vestidos a la medida en seda por 2.500 rupias, pero tardaban un mínimo de 48 horas en terminarlos. (Por tiempo fue un lujo que no me pude permitir)...

Pasé a vitrinear zapatos, que eran muy baratos, pero durísimos...! ... y me pude encantar con los workshop donde estaban los artistas elaborando las miniaturas Rajastanies en tiempo real.


Las vendedoras de flores para ofrendar en los Templos hacían más coloridas las engalanadas calles, haciendo lucir la ciudad aún más bonita ...



Regresamos al hotel donde había contratado previamente un masaje Ayurvédico (otro de mis vicios).  Esta vez elegí un masaje Abhyanga, por 1.200 rupias, por un poco más de una hora; la experiencia de relajo fue superior porque el aceite esta vez estaba tibio ...  una maravilla !

Subí luego de ello al roof top, donde funcionaba el restaurant del hotel, y ordené un panqueque con miel y agua tónica (para neutralizar el dulce), por casi 70 rupias.




Estando allí, miré el reflejo de las luces en el lago, y el Palacio iluminado, oyendo los petardos a lo lejos, me sentí feliz y agradecida, relajada y sin nada que me preocupara y nada que hacer, salvo disfrutar y descansar ... un verdadero sueño !!! ...


Distancia recorrida:  316 kilómetros.
Guía: Sukhdeep Singh (msshayam93@gmail.com)
Hotel: Hill Lake
Actividad: Masaje Ayurvédico en el Hotel.

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