Despúés de tomar el cafe latte más rico de Italia (pequeño a 1.3 euro), me fui caminando al muelle Beverello. A las 09:30 horas estaba comprando mi pasaje a Capri en Catamarán o Aliscafo (42 euros andata e ritorno), media hora más tarde después de una pequeña espera, estaba en Marina Grande, en la elegante isla de Capri, refugio de los emperadores Romanos desde el siglo I d.C, como Augusto y Tiberio.
Vista de Napoli desde el Golfo (se ve Castel Sant´Elmo) |
Vista de Capri. Marina Grande |
Conforme todos los consejos que recogí de los foros, decidí ir a la Grotta Azurra, el "highlight" de la zona, en la mañana, dicen que el efecto de la luz es mejor y las mareas hacen más fácil el ingreso a esa hora, después entendí por qué. En la misma marina contraté el paseo (11 euros). Primero, una lancha nos condujo hasta una "paradero" de botes a remo, donde hay que comprar otro ticket (10.5 el bote a rmo, más propina para el botero), y cambiarse de embarcación, la que admite solo cuatro personas. Se hace una fila lenta, porque a la Grotta se entra acostado, tirando el bote con una cadena.
Una vez dentro el espectáculo es conmovedor, se trata de una cueva de roca muy oscura, ya conocida por los Romanos, por cuya abertura ingresa la luz de la mañana, que enciende y tiñe de azul cobalto el agua. Los remeros, una vez dentro, entonan Sole Mio y Torna Sorrento a todo pulmón, y los Venezolanos con los que me tocó en el bote coreaban con mucho entusiasmo, siendo un paseo muy especial, aún cuando la fila para entrar y salir era interminable.
Boletería in situ |
Una vez de regreso a Marina Grande, tomé el funicular (1.4 euro), con el matrimonio Venzolano, que andaba con su hijito pequeño, 5 minutos más tarde llegamos al centro de Capri, muy glamoroso y elegante, había un mirador de postal y una plaza preciosa, donde se ubica el municipio y su característica torre de reloj.
Tomamos un bus (otros 1.4 euro), a una cuadra de allí, y subiendo un escarpado y sinuoso camino llegamos a Anacapri, pueblo blanco muy bonito, aunque más sencillo que el anterior. Desde allí, desde la Piazza Vittori, subimos en Seggiovía al monte Solaro (8 euros, 20 minutos andata, 15 minutos ritorno), el punto más alto de la isla, a 589 mts S.N.M, desde donde se obtienen magníficas vistas de los pueblos, los Farrellones atracción por excelencia de la "Isola" y de los golfos de Nápoles y Salerno. Vi ahí también al ermitaño de Cetrella enganchado a un balcón mirador natural de roca desde el siglo XIV.
Fariglioni. (Nada que envidiar a Conti) |
Retornamos a Capri y probamos la Granitta de Limón, producto estrella de la isla... (por la módica suma de 7 euros el vaso) vendían absolutamente de todo de limón, desde el tradicional Limoncello en botellas de todos los tamaños, hasta cerámicas y prendas de ropa con la fruta impresa y todo muy amarillo.
Luego, ya separada de mis amigos, me dediqué a recorrer tranquila las elegantes calles, llenas de boutiques y cafés elegantísimos. En la plaza del Municipio, estaban filmando una serie Italiana, con actores muy muy glamorosos y estupendos, hay que decirlo.
Bajé, nuevamente por el Funicular y volví a Marina Grande, y paré a vitrinear, luego fui a un barcito de playa a tomar un Spitz Aperol (10 euros), como manda la tradición, disfrutando el sol y viviendo la Dolce Vitta (dolce far niente, como aprendería un año después), allí conocí a un matrimonio inglés que celebraba al vino Chileno y juntos hicimos la hora para tomar el Motoscafi de regreso a Napoli.
Una vez de regreso a la ciudad me fui de inmediato al Duomo, ahora estaba abierto y puede visitar la Capilla de San Gennaro, que alberga la sangre del Santo, la que se licua milagrosamente dos veces al año, el 19 de agosto y la primera semana de mayo, en ambas oportunidades se hacen grandes procesiones y la creencia indica que si la sangre no se licua grandes desgracias azotarán la zona ( el Vesubio principalmente).
Por recomendación de un colega Porteño, luego del Duomo me fui caminando a la Antica Pizzería Da Michele (había pasado antes pero había una fila interminable), me pareció buena idea un almuerzo tardío o una cena temprano y me animé a entrar. El lugar es sencillo, funciona desde 1870, se trata de dos grandes comedores de cerámicos blancos con un gran forno a legna, ... me comí la pizza más rica de mi vida, una pizza Margherita de masa livianita, que pensé que no me iba a acabar, pero así fue y me hubiese comido otra!
La particularidad del local, es que es tan solicitado, que a los comensales solos, los ubican con los otros solitarios y se arman muy buenos grupos, a mi me tocó sentarme con un Siciliano amorosísimo, llamado Carmelo Bonomelli, que me dejó muy invitada a su Isla... toda la experiencia me costósólo 5.5 euros y sin cargos por servicio (pizza más bibita de 300 ml.)
Salí de ahí y caminé las 6 cuadras que me separaba del hotel feliz, aún saboreando la pizza y pensando en regresar.
Esa noche no encontré internet point, así que usé el del hotel por 0.35 euros el segundo !!!... mamma mia !!!
Hola Ceci, soy Argentino y la verdad me gustó mucho este post, ya que estoy por hacer un viajecito a Europa unos días, y realmente quiero conocer Capri, hay alguna manera, un mail o algo para contactarte y hacerte unas preguntas que me comen un poco la cabeza? graciaaaas!
ResponderEliminarNacho
Hola !!! Mi correo es ceciliacarolina@gmail.com. Escribeme yo feliz de ayudar !!!
ResponderEliminarUn saludo desde Vina del Mar