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martes, 9 de noviembre de 2010

Día 13:Pompei bajo la lluvia. 22 de octubre de 2009

Fui muy afortunada en la elección de las actividades en Napoli, y haber ido el día anterior a Capri, por cuanto este día amaneció el día muy nublado, lo que lo hizo especialmente dramático para ir a Pompeya.

A las 10 de la mañana estaba ya en la estación de metro Nápoli Garibaldi, donde también está la estación Circunvesubiana, compré el ticket a Pompei, por 25 euros, que incluía la entrada al recinto, tour guiado y el boleto giornalero en tren y, 25 minutos más tarde estaba en la Stazione Pompei Scavi, Villa Dei Misteri.


El recorrido, sólo en inglés y en Italiano, comenzó con una explicación del origen de Pompeya y de la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.C., y de cómo los cuerpos de sus habitantes  fueron immortalizadas cuando decompuestos, dejaron las cavidades de ceniza endurecida, que se rellenó con yeso, dando testimonio de una ciudad congelada en el tiempo y de la dinámica de vida de sus habitantes. La explicación de tal desastre, contaba el guía, fue el hedonismo de los Pompeyos, amantes del goce y del amor, lo que enfureció a los Dioses, quienes pensaron: "sólo más fuego puede apagar tanto fuego" y el Vesubio hizo lo suyo.

La visita guiada duraba dos horas, iniciamos en el sector de la Puerta Marina, continuando por el Templo de Apolo, y el Foro Central, donde estaban los Tribunales y donde se puede apreciar la Columnata de los Políticos y la entrada de la Basílica, continuamos por el Horrea o graneros del Foro que hoy se usa como almacén de artefactos y objetos diversos y de calcos de las víctimas de la erupción.
Foro
Templo de Apolo


Graneros del Foro
 Continuamos la caminata encontrando varias curiosidades, las calles adoquinadas ya tenían sistema de escurrimiento de aguas y también unos pasos de "cebra" para que los carros disminuyeran la velocidad, Pomepeya era un puerto concurrido por comerciantes de todas partes del mundo, por lo que debían ser muy literales en las señales del tránsito, por ejemplo, para ir a uno de sus muchos burdeles, la flecha era un pene.

Recorrimos también varias termas estupendamente bien conservadas y casas de personajes de la época, todas daban la bienvenida con la frase "Have" (vulgar para Ave), y estaban adornadas con lindos patios, mosaicos y pinturas, visitamos la casa del Fauno y de la Fontana Piccola, entre muchas otras cuyos nombres no puedo recordar y no anoté.


Más tarde, siguiendo las singulares señaless, dimos con los lupanare o burdeles de la época, adornada cada pieza, con una cama como de cemento y pinturas bien explícitas del destino del local. 


 Ya terminado el tour recorrí las restantes callejuelas hasta el anfiteatro, a esa hora ya había empezado a llover fuerte, así que para resguardarse de las chubascadas había que buscar albergue y luego continuar la marcha, así di con los primeros termos de conservación de la comida, ubicados en unas tabernas que han de haber sido bastante animadas.

Thermopilum de Vetutius Placidus, Via dell'Abbondanza

Antes ya de pensar en el retorno y completamente empapada, caminé hacia la Villa dei Misteri, donde se ubican los frescos más impresionantes,  ya tenía frío eso sí,  así que, previa tarta de espinaca en la cafetería actual de Pompeya (8 euros con bebida), decidí volver a la ciudad.

La verdad, aún cuando es impresionante estar donde todo ocurrió antes del siglo primero, me llamó mucho la atención que el sitio no estaba bien conservado, no habían reseñas o muchos signos para hacer un recorrido independiente, me habían contado que el Museo Arqueológico y Hercolano eran mucho más impresionante, pero por razones climáticas, junto con el ascenso al Vesubio, deberé dejarlo para una próxima oportunidad.

Detrás mio hay justo un paso de cebra.


Tribunales.

 Una vez de regreso en Napolí, tomé el Bus R2 con mi boleto Unico Campania por 1.1 euro, que me condujo hacia el Centro hasta la Plaza del Plebiscito, y desde allí caminé hacia el Lungomare, encontrándome con el Castel dell´ovo, castillo construido en el siglo XII, donde cuenta la leyenda Virgilio escondió un huevo, el que si remueven derrumba el castillo y trae desgracia a la ciudad.. Continué mi caminata por el Borgo de Santa Lucía, la lástima que ya estaba oscureciendo y no pude disfrutar de grandes vistas, aún así se notaba el esplendor pasado.
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Fontana del Gigante. Santa Lucía
 De regreso al hotel, pasé por Gambrinus, y frente a él compré Tiello (3 por 1.23 euros) se trata de unas argollas de masa con almedras y mucha pimienta, que comí viendo Un médico in Famiglia, miniserie que seguí desde Venecia, que dan en la RAI 1.

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