Etiquetas

jueves, 4 de noviembre de 2010

Día 9: Paseando Roma

Estaba lloviendo cuando desperté, tomé desayuno frugal en el hotel (incluido en el precio) y salí, no llevaba ni una cuadra cuando el binomio Croc´s/adoquín hizo lo suyo y caí al suelo... rodilla morada, pero dueña del lugar ... avergonzada y cambiada de ropa reanudé la marcha.

Caminé desde las 10 de la mañana por la Piazza Di Spagna regalada por Fernando de Aragón, en su pie se encuentra Fontana della Barcaccia diseñada por el mismísimo Bernini y su escalinata conduce a la iglesia de Trinità dei Monti, bajé hacía la vía Condotti, vitrineando por sus lujosas tiendas, dirigiéndome luego a la  piazza Navona, adornada por la famosa Fontana dei Quatre Fiumi o fuente de los cuatro ríos (protagonista de la escena en ángeles y Demonios, cuando el Cuarto Preferiti es arrojado a ella), seguí por Campo dei Fiori y Vía Julia, todas postales que había visto una y mil veces en cine y revistas, pero que en directo parecían aún más vivas, más impresionantes, estaba todo húmedo y no había tanta gente, quizás eso hizo cada imagen más encantadora.

Piazza Di Spagna

Vía dei Condotti

Piazza Navona

Campo dei Fiori

Seguí mi rumbo hacía el barrio Trastevere (al otro lado del Tiber), adoquinado y de atisbos medievales, ahora lleno de pub y restaurantes que olían como el paraíso, me di una y mil vueltas para dar con la joya del barrio Santa María in Trastevere, y me encontré de choque y de casualidad con la iglesia donde descansan los restos de Santa Cecilia Mártir, erigida en su  honor en el siglo IX d.C (derribando mitos me contaron que es la patrona de los músicos sólo por una mala traducción de su leyenda) ... pasé un rato ahí, de mucha paz, desafortunadamente llegue a la hora del cierre y no puede visitar a tumba, sólo el interior de la iglesia, muy sencilla y el patio plantado de rosas.


 Continué la marcha hacia el mercato de Porta Portese, que dicen tiene más de 4.000 puestos, en el que hay literalmente de todo, es asimilable a una feria persa chilena, pero con productos importados por ejemplo de India y Nepal, compré un sombrero para la lluvia  y un collar morado con lana negra por 4 euros cada uno.

Caminé por la orilla del Tiber hacia la Isola Tiberina, en esa parte el río  es verde y la isla no tenía mucho que ver (nada como Île de la Cité) ... menos mal a esa hora paró de llover, así que reanudé la marcha hasta el Colloseo. 


Ingresé al área a través del área del Circo Máximo. Pero antes de llegar, en una plaza cercana llena, pero llenísima de inmigrantes, llegué a la iglesia  Santa María in Cosmedin, donde se encuentra la famosa Bocca della Veritá. No se por qué cuando chica me llamó tanto la atención esta historia de la máscara de boca grande que le come la mano a los mentirosos, y busqué hasta encontarla, había mucha gente haciendo fila, así que por esta vez omití pasar la prueba estilo "vacaciones en Roma".




El día anterior los españoles de la necrópolis me habían dado un dato, que comprara la entrada para el Coliseo por el Pallatino, y era verdad, la fila sólo duró 15 minutos, en cambio en el monumento mismo pasaba la hora de espera. El valor del ticket es el mismo 12 euros, sirve para el Coliseo, el Foro y Palatino y dura para dos días.


Caminé hacia el Coliseo y lo primero que vi es el arco de Constantino, el arco más grande de todos los arcos triunfales romanos ( 25 metros), a su alrededor está lleno de vendedores y personas disfrazados de Romanos para sacar la foto turista.

Una vez en el lugar preciso la entrada al Colloseo, llegó la emoción, y quedé sin palabras, tomé el tour guiado en español que ofrecen dentro del lugar por 6 euros, el guía  era un historiador del arte estupendo se encargó de derribar uno a uno los mitos de los gladiadores, por ejemplo que el dedo en señal de gracia es mentira, al igual que el pueblo romano era sangriento y le gustaba ver morir a los gladiadores, señalando en cambio que eran gente piadosa que disfrutaba en conceder la gracia a los morituri (Ave Cesar, Morituri te salutan! ).



Estar ahí es indescriptible, la perfección de la construcción que data entre el año 72 y el 80 d.C y el hecho que aún queden, incluso después de ser cantera, espacios conservados con el mármol que alguna vez lo cubrió es impresionante. Está lleno de gatos y por supuesto de gente. Debo decir que estuve inquieta todo el tiempo, percibí una onda media densa, quizás era la esfera del sufrimiento y quise salir de ahí lo antes posible.



 
Crucé la calle hacia el Pallatino, es una de las colinas de Roma, precisamente donde estaba la cueva donde encontraron a Rómulo y Remo, criados por Luperca, justo por encima del Foro ... o sea estuve donde todo partió, en el lugar mismo donde nace Roma.  

Se trata en los hechos de una extensión de césped y grandes pinos que durante la República fue el lugar de residencia de la clase dirigente romana y durante el imperio pasó a ser la residencia oficial de los emperadores, desde que Augusto lo decidió así. Se encuentran allí los Domus (casas) Flavia y Augustana y
la casa de Livia, ejemplos de la "casa romana".

Desde allí se puede bajar directamente al Foro Romano,  se recorre a través de la Vía Sacra, partiendo por el Arco de Tito. Es impresionante como están ahí los restos de la ciudad, el centro de la vida política, económica, judicial y comercial de la antigua Roma y, lo mejor que tan sólo mirando las ruinas se puede reconstruir mentalmente como era el templo de Saturno, o el de Dioscorus y percibir con facilidad como se fueron construyendo edificaciones encima de otras.

 
Vista de la Vía Sacra, Arco de Tito y Coliseo.



Templo de Dioscorus
Decidí salir hacia la Piazza dei Campidoglio (Capitolina), que se halla situada en la colina del mismo nombre, desde su centro baja la Cordonata, su famosa y enorme escalera, adornada con estatuas de Castor y Polux, los primeros gemelos según la mitología Griega y Romana.


Estando allí en el Campidoglio, se veía una gran conmoción, mucha prensa y muchos curas y monjas de distintas congregaciones, lo que ocurría es que esa misma tarde, el Alcalde y el Cardenal recibían de regreso los restos mortales de Santa Francesca Romana, co patrona de Roma, que habían estado en procesión por Roma todo el año. La Santa murió en el año 1440, y posteriormente se descubrió que su cuerpo había permanecido incorrupto, y exhalaba un perfume que resultaba conocido a todos quienes habían tratado con ella, ahora se exhibe en una urna de cristal en la Iglesia Santa María Nuova, situada al lado del Foro.




Me devolví caminando por el Teatro de Marcelo, en pie desde los tiempos de Julio César, de vuelta hacia la Plaza Navona y decidí comer ahí, en Navona Notte Pizza e Cozze,  habían italianos así que pensé que debía ser bueno, comí bruschettas al Pomodoro, vino blanco y Lasagna Romana  (salsa de carne, tomate, laurel y queso parmesano), hecha al forno a legna, estaba todo riquísimo, salvo el vino, venía en una jarrita como de 300 ml. lindo, pero de gusto astringente, todo eso por 13 euros y con broche de oro. la persona que me ubicó y eligió la mejor mesa para mi, salió a despedirse a la esquina "Ciao Tesoro"... revelando lo galanes que son los Italianos.

Como la noche estaba exquisita , seguí caminando la hora que me separaba del hotel, completando un total de 8 horas de apacible y paseada caminata...  no tomé ni un medio de transporte, o sea, literalmente estuve paseando por Roma... o no?  

No hay comentarios:

Publicar un comentario