A las 8:45 horas partió puntual el tren desde la Stazione Santa Lucía y llegué a las 11:30 a la Stazione Santa María Novella en Firenze. (Es ningún buscador de trenes sale como Florencia), había comprado desde Chle mi ticket o biglieto en AV Eurostar por 36 euros en http://www.trenitalia.it/).
El hotel está situado en Via della Scala muy cerca de la Estación de trenes (http://www.hotelmontreal.com/) (nuevamente por el consejo de no andar arrastrando maletas, al tratarse de ciudades más bien pequeñas donde no se puede o no se justifica tomar un taxi), se trata de una dependencia anexa en otro hotel llamado Elite, donde la graciosa Nadia me atendió y me entregó las llaves de la habitación y del edificio para que yo circulara con total libertad. La habitación era grande con una cama pequeña y T.V, tenía además un lavatorio y una ducha dentro, así, tal cual, sólo con showerdoor, el baño, como tal estaba fuera de la habitación, aún cuando era privado.
La primera parada fue al lado del hotel, me detuvo un olor maravilloso que salía hasta la calle, se trata de Santa María Novella Oficcina Profumo Farmaceutica, que data de 1612 y se ha encargado históricamente a cargo de los Frailes Dominicos de hacer todo tipo de tizanas y ungüentos para todo, las más ricas, agua de Rosas para curar los males de la peste y la pasta dei Mandorle, o pasta de almendras inigualable. (14 euros el agua de rosas 500 ml y un elixir Agua SM Novella de 25 ml).
La segunda parada ya fue en el centro histórico de la ciudad, que concentra todas las mayores atracciones, partí por el Duomo Santa María dei Fiore, con el Campanille del Ghioto y el Baptisterio de San Juan, el ingreso a la cúpula del domo, vale 8 euros y son 463 escalones, los que permiten la más maravillosa vista de la ciudad.
La vista es maravillosa, se ven las cúpulas de las cientos de iglesias, cubiertas de mármol toscano blanco, rosa y verde, dispuestos de manera que forman líneas y figuras encantadoras, y se destaca también el color particular de arcilla en los techos y mostaza claro en las paredes de las casas y edificios.
Luego caminé unas cuatro cuadras a la Piazza della Signoria, explanada rodeada por el Palazzo Vecchio, sede del ayuntamiento y loggia della Uffizi, más adornada por la fuente de Neptuno y de la réplica del David, junto a Hércules. (El original se encuentra al interior del Palazzo, 6 euros la entrada)
Siguiendo la ruta histórica y previo jugo de naranja más rico de la historia por 3 euros, caminé hacia el puente Vecchio, situado sobre el río Arno, construido se cree que en 1345 ... hoy está lleno de finas joyerías. Se dice que fue el único puente que los Alemanes no destruyeron durante la Guerra Mundial, por expreso mandato de Hitler.
A pesar de siempre haber sido sede de comercio, incluso de carnicerías, se considera el lugar romántico por excelencia, en la reja que rodea una de sus estatuas los enamorados van y cierran dos candados con sus iniciales y tiran la llave al río, como símbolo de una unión eterna.
Continuando la marcha me encuentro con el Mercato del Porcelino o Loggia del Porcellino, se trata de un mercado pequeño, donde venden mayormente cosas de cuero y recuerdos, pero está esta estatua ... cuenta la leyenda que si uno inserta unos centavos de euro por su brillante boca tiene asegurado su regreso a Florencia, por esta vez yo pasé.
Mención aparte merece el gelato (Italia ! cafetto, cornetto, gelato y pizza!)... leí muchas guías y siempre la mención ganadora la llevaba Gelatería Vivoli de Firenze... me costó dar con ella, está situada en el sector de Santa Croce, pero valió la pena cada vuelta... había mucha gente dentro y era muy bonita.
Previo pago de 3.2 euro, tuve en mi mano un vasito con mousse de cafe, ciocolatta con nociolatta y nocciola, o avellana, cremoso, pero ligero, maravilloso !, claramente merece ser la "Pluri premiata".
Luego de ese momento sublime, cruce a Santa Croce, la atracción por la que había decidido pagar ese día, costaba 5 euros y se trata de una iglesia Franciscana, que se empezó a construir una vez que murió Francisco de Asís en el año 1252, alberga las tumbas de Niccolo Machiavelli, Michelangelo y el mismísimo Galilieo Galilei, qué confusión si la iglesia católica lo excomulgó!...
Tiene un bonito museo, un panteón y dos Chiosto, o claustros, patios plantados de rosas, soleados, donde se puede estar en paz, y pasa el tiempo volando, dicen que esta iglesia albergó incluso a San Antonio de Padua y sirvió de residencia de retiro a varios papas, deben haber disfrutado mucho su tiempo allí en esos patios, de eso puedo estar segura.
Dicen que fue aquí que Stendhal sintió mareos, vértigo, confusión y palpitaciones en su visita de 1817, lo que se explicó por la exposición a la acumulación de belleza , lo que en definitiva dio origen al llamado Mal de Stendhal, él mismo lo describe: "Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme".
En la noche regresé a la piazza della Signoría y a la Loggia della Uffizi, iluminada y tranquila, afortunadamente la belleza en mi sólo produjo felicidad.
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