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lunes, 6 de diciembre de 2010

Día 26: Reinas y Reyes en Luxor

Hoy debí despertar tempranísimo, porque la salida era a las 07:30 horas, la idea es terminar el recorrido antes de la hora de almuerzo porque después el calor es insoportable.El desayuno nuevamente conformado por guisos, porotos, ensaladas, lo usual y omelettes !

Cruzamos a la rivera occidental del Río Nilo para visitar el valle de Los Reyes, complejo arqueológico funerario construido  desde la Dinastía XVIII, donde se encuentran 62  tumbas de los faraones del imperio nuevo entre ellos Amenofis I, Thutmosis I, Akenathon , el importantísimo Ramses II y el mismísimo Tut Ankh Amon, más conocido como Tutankamón (descubierta en 1922). La entrada vale 60 libras y da derecho a entrar a tres tumbas, la más cotizada - cerrada cuando yo fui - es precisamente la de Tutankamon, vale 80 libras, pero dicen que está vacía, todos sus tesoros se encuentran en exhibición en el museo del Cairo.

Todas las tumbas están "escondidas" dentro de la roca (se dice que estas tumbas son  la evolución natural de las pirámides por motivos de seguridad,  porque eran más difíciles de saquear), para entrar hay que bajar por unas plataformas de madera, no se puede fotografiar, ni filmar, y tampoco hablar en su interior, porque se supone que cuando hablamos alteramos el nivel de humedad que hay en la tumba (vapor, más calor) lo que puede afectar el color de las pinturas originales que se encuentran en su interior, cuyos colores son impresionantemente vivos, rimando los azules, amarillos y algunos dorados.

En la tumba de Tutmosis III y en los techos de otras tumbas, apareció mi divinidad egipcia favorita Nut, que es la diosa Egipcia del cielo, está representada como una mujer gigante de cuerpo azul cubierto por estrellas que aguantaba el cielo con su espalda, su hijo, el sol, cada noche entraba en su boca, pasando por todo su cuerpo, renaciendo cada mañana desde su útero.

No era raro ver los pasajes de los libros de la tierra y de los cielos pintados o en bajo relieve (No photos please! era lo único que se escuchaba)


Luego nos fuimos al valle de las Reinas, llamado también Lugar de la Belleza, donde se encuentran las tumbas de las Reinas y de sus hijos. Sólo se pueden visitar dos o tres tumbas, Titi y de dos hijos de Ramés III Kamaust y Amón-her-Khopechef,  en una de ellas, había un  feto de príncipe niño, pero olía muy mal. (Please no photo !!! )

La estrella del recinto es la Tumba de Nefertari, pero está también cerrada, aquella fue descubierta e inventariada por arqueólogos alemanes, por lo que sus principales piezas se encuentran en el museo de Berlín.
  

www.artehistoria.jcyl.es/arte/obras/7675.htm
 
  Luego recorrimos el templo de Hatshepsut construido por ella misma en el 1473 a.C en forma de terrazas, las columnas se confunden con la ladera de los acantilados de Deir el-Bahari, sobre los cuales descansa.

Hatshepsut fue la primera mujer faraón, que vestía como hombre y llevaba barba para poder gobernar, fue nieta, hija y esposa de faraones, pero a pesar de eso, sólo consiguió reinar gracias a un carácter fuerte y a su disfraz ... m m m machismo ?

El templo es perfecto, está emplazado en una zona muy silenciosa. Está conformado por varias capillas erigidas en honor a Anubis y la más hermosa dedicada es la de Hator situada tras el templo.





Hator es la Diosa del amor y de la bondad, de la alegría, patrona de la música del arte, la belleza, la danza y protectora de los placeres e del amor y toma forma de mujer con cuernos de vaca o derechamente como vaca.



Después de esa visita nos fuimos a ver los Colosos de Memnón, que serían los únicos restos visibles del templo de Amenhotep III. El guía dijo que uno de ellos emitía un ruido en la mañana, saludando a la Aurora, pero luego de una restauración ya no se oyó más.

A esa hora ya hacía muchísimo calor y nos fuimos a un fábrica de alabastros, me enseñaron a distinguir uno verdadero de uno falso y también lo que significaba el escarabajo, amuleto de protección en contra de las enfermedades y la muerte para los vivos y en el caso de los muertos, símbolo de la reencarnación, y ayuda al momento del juicio frente a Osiris (permitía que su corazón no declarara en su contra en el juicio).

 

Ya de regreso a  la ciudad después del mediodía me fui a caminar por la Cornish, a la orilla del Nilo, donde pude admirar los embarcaderos de Falucas, visitar las tiendas (más alabastro, algodón y piedras) y hasta una peluquería flotante



Caminé y puede completar los tres kilómetros hasta el templo de Luxor y desde allí  me devolví en Calesh hasta el Templo de Luxor. El joven que la conducía tenía 14 años y me llevó por 15 libras, bien negociadas.



Allí descubrí que estaba cerca del mercado o Souk, fui abordada por un montón de niñitos  vendiendo marca páginas de papiro por 1 euro, saludaban si hablabas en castellano "hola hola Pepsi Cola" y si hablabas en inglés "see you later alligator"... todo con tal de vender. Los mayores también abordaban al punto del acoso, incluso ofreciendo matrimonio con un hermano soltero... nuevamente "Lá, Shukran" fue mi salvación.

Ya dentro del mercado me tocó otra vez negociar unas túnicas preciosas, que esta vez las conseguí a 60 libras (no a 100 como ayer), el chiquillo que me atendió era muy amoroso, se llamaba Allá, debe haber tenido unos 16 años  y me convidó a tomar te a la menta, mientras el mismo me buscaba en los negocios vecinos una túnica  fuccia que no pudo encontrar en la suya. 


Luego de eso, me devolví al embarcadero a tomar mi Faluca, que había pactado en la mañana por libras, la que me estaba esperando. (El guía de la agencia me cobraba 150 libras y yo la negocié in situ con el patrón de la "Alaska" por 40 libras más propina para el velero).

El paseo estuvo resposado, con poquito viento, por lo que pudimos admirar el templo de Luxor con total calma, viendo como se teñía de los colores del atardecer, siendo adelantados de tanto en tanto por los románticos cruceros tipo Agatha Christie que recorren el río a toda hora, o por alguno de los botes que van a la isla Plátanos.





El atardecer en el Nilo es de las cosas más hermosas que me ha tocado ver en mi vida, los colores del atardecer son encantadores y perfectos,  y pude incluso tocar el agua fría donde ha corrido la historia ! ... es realmente de ensueño estar ahí y mandatorio agradecer por tener la oportunidad de presenciar esa maravilla viviente.






Una vez en el hotel, comí y fui conducida luego de hacer las últimas compras a la estación de trenes donde tomé de nuevo el expreso Español, que me llevaría de regreso al Cairo.


Repasé los números  en árabe del uno al diez que había aprendido con ayuda de mis amigos: cero sifr صِفْر  uno wahid واحِد dos iznain اِثْنان  tres zalaza ثَلاثة  cuatro arba’a أرْبَعة  cinco jamsa خَمْسة  seis sitta سِتَّة siete sab'a سَبْعة ocho zamania ثَمانية nueve tis'a تِسْعة diez ‘ashara



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